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Reacomodo electoral en México

«No son los resultados que esperábamos», dijo el secretario de Gobernación de México, Santiago Creel, al comentar las elecciones del pasado 6 de julio. Dos cifras llaman la atención en estas elecciones de medio período: la del abstencionismo (casi 60% del electorado no votó) y el crecimiento del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que prácticamente duplicó su representación parlamentaria.

«No son los resultados que esperábamos», dijo el secretario de Gobernación de México, Santiago Creel, al comentar las elecciones del pasado 6 de julio. Dos cifras llaman la atención en estas elecciones de medio período: la del abstencionismo (casi 60% del electorado no votó) y el crecimiento del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que prácticamente duplicó su representación parlamentaria.
El Presidente Vicente Fox enfrenta resultados adversos para su partido en las elecciones de medio período.
Los primeros comicios nacionales después del triunfo del presidente Vicente Fox mostraron que la falta de entusiasmo con las propuestas electorales sigue acentuándose en México. El abstencionismo creció a casi 60% del electorado, lo que llevó al gobierno a reconocer que los resultados no fueron los esperados. El gubernamental Partido Acción Nacional (PAN) vio reducirse su representación parlamentaria, que pasó de 205 a 154 diputados.
Creel sugirió que el gobierno «debería ser más eficaz para dar un mejor servicio público a toda la ciudadanía» a partir de ahora, para hacer frente a la pérdida de popularidd.
El abstencionismo representa «una preocupación para el gobierno. Esto implica una reflexión profunda, seria y madura para interpretar este silencio. Este índice es sumamente alto, y esto hay que decirlo», reconoció.
Los ojos del PAN están puestos en las elecciones presidenciales de 2006 y crecen las advertencias en el seno del partido de que podrían perder los comicios. La propuesta de «dar un mejor servicio público a la ciudadanía» parece, sin embargo, lejos de responder a la magnitud del desafío.

DESCALABRO

Por ahora el presidente trató de desvincularse de los resultados. «Yo no estuve en la elección», dijo, en una entrevista poco después de conocidos los resultados electorales.
Tras divulgarse las primeras tendencias, el Presidente dio un mensaje en cadena nacional en el cual hizo un llamado a los partidos políticos a concretar acuerdos.
«Si la ciudadanía no votó por una mayoría, tenemos la obligación de irla construyendo el gobierno y las fuerzas políticas. Ese es el mandato que hoy recibimos», dijo.
Poco después, en una reunión de la dirección partidaria, el dirigente del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, admitió que tanto el partido como el gobierno deben cambiar sus estrategias. La conclusión fue que el PAN tiene una estructura débil en algunas partes del país y se ha alejado de los temas sociales.

REVIVE EL PRI

Con este título el diario mexicano «La Reforma» analizó los resultados del PRI, que se alzó con una importante mayoría parlamentaria, de 223 diputados, en una cámara de 500. Esto representó un aumento significativo, pues tenía 208 diputados, en la anterior legislatura, apenas tres más que el PAN.
Pero para un partido con décadas de experiencia en el gobierno y una fuerte implantación en los estados, puede ser, al final, un triunfo modesto.
El líder del PRI, Roberto Madrazo, seguro aspirante a la presidencia en 2006, reconoció que «la gente está muy desencantada por la falta de resultados. La democracia no es convincente si no es eficiente, si no da resultados», dijo.
Pero este grupo no parece tener tampoco propuestas capaces de reubicarlo en el escenario político, aunque la combinación de desencanto, provocado por el gobierno del PAN, y la tradicional presencia del PRI en todo el país, podría dar como resultado su regreso al gobierno dentro de tres años.

CRECE EL PRD

Otro aspecto del resultado electoral que se debe destacar es el logrado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que casi duplicó su representación parlamentaria, al pasar de 52 a 96 diputados, apenas cuatro menos del objetivo que se había trazado su presidenta, Rosario Robles.
«Somos los únicos que avanzamos, somos los únicos que crecimos en el nivel nacional. El PRD es el único partido que duplicará su número de diputados en la próxima legislatura», afirmó Robles, quien anunció también su objetivo de avanzar en una reforma interna del partido que le permita disputar con éxito las elecciones presidenciales, dentro de tres años.
El PRD mantuvo su control en la capital, donde ganó en tres departamentos considerados tradicionalmente panistas: Venustiano Carranza (donde se erige el nuevo aeropuerto internacional), Alvaro Obregón (que alberga la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM) y Miguel Hidalgo (asiento del legendario Bosque de Chapultepec y donde se localizan zonas exclusivas de la ciudad).
Pese a estos resultados, el gobernandor de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, líder del PRD y firme candidato presidencial para los comicios de 2006 aseguró que «no nos vamos a marear ni a confundir».
Una de las propuestas del PRD es revisar el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, un tema que ha estado presente en el congreso desde enero pasado, en el marco de las protestas de sectores campesinos afectados por las disposiciones del tratado.

CAMBIO DE ESCENARIO

El triunfo del PAN en las pasadas elecciones presidenciales no parece haber provocado ninguna conmoción en el escenario político. Por el contrario, vino apenas a consolidar las posiciones neoliberales que desde hacía dos décadas promovían los gobernantes del PRI.
Esas políticas empiezan a hacer agua y a debilitar aquellos partidos que las han sustentado. Eso se refleja, por un lado, en el aumento del abstencionismo y, por otro, en el crecimiento del PRD, partido que ha encabezado los llamados de atención contra los efectos que el tratado de libre comercio de América del Norte (NAFTA) ha tenido sobre el nivel de vida de la población.
Por un lado está la reivindicación de revisar las disposiciones agrícolas del tratado, una tarea muy difícil, pues deberá contar con la aprobación de los socios en el tratado, particularmente la de Washington.
Pero hay otro aspecto del NAFTA que despierta críticas: los resultados del sector financiero. Un estudio del Banco de México reveló que de cada $100 de inversión extranjera que ingresan al país, $71,3 se destinan al pago de los intereses de la deuda externa, sin amortización alguna del capital.
Entre 2000 y el primer trimestre de 2003, México captó inversión extranjera directa por $58.515 millones, mientras que, en el mismo período, transfirió a los centros financieros de los países desarrollados, principalmente de Estados Unidos, $41.766 millones, solo para cubrir el pago de los intereses de la deuda externa de los sectores público y privado, según datos del Banco de México.
Pero esta no es la única cifra sorprendente, en cuanto a las consecuencias del tratado de libre comercio para el sector financiero de la economía mexicana. Un estudio de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) sobre los flujos de inversión extranjera en la región mostró que la participación extranjera en los activos del sistema bancario mexicano pasó de 1% en 1994 a 95 % en 2002.
La CEPAL dice también que desde 1994, año en que entró en vigor el NAFTA y se abrió la puerta del sector financiero local a la inversión extranjera, hasta 2002, México recibió $28.500 millones para la compra de activos bancarios, lo que representó 57% del total de la inversión extranjera directa en el país.
Sin embargo, destaca el estudio, la adquisición de las redes bancarias mexicanas por grandes grupos transnacionales no se tradujo en un aumento del crédito ni en un menor costo de los servicios para los consumidores.
Ni el PAN ni el PRD incluyen en sus propuestas una revisión de lo actuado en estas materias en los últimos lustros, posición distinta a la del PRD, algunos de cuyos representantes han promovido una actitud crítica respecto a este modelo.

  • Gilberto Lopes 
  • Mundo
Democracy
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