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Mal comportamiento y estrés en niños

Largas horas en centros de atención infantil pueden provocar estrés y conductas agresivas.

Largas horas en centros de atención infantil pueden provocar estrés y conductas agresivas.
La incorporación de la mujer al mercado laboral ha incrementado las horas que niñas y niños deben permanecer en los centros de atención infantil.
La cantidad de tiempo que pasan niños y niñas  en  los centros de atención infantil puede incidir en su mal comportamiento y provocarles cuadros de estrés.
A dicha conclusión llegaron dos investigaciones realizadas en Estados Unidos, cuyos resultados fueron publicados en la versión digital del periódico «The New York Times», del pasado 16 de julio.
Según la nota, quienes pasan largas horas en guarderías pueden experimentar más estrés y son más propensos a ser desobedientes, tener conductas agresivas y dificultades de compartir con otras personas, así como  desarrollar otros problemas de comportamiento.
Así se plantea en el artículo elaborado por Susan Gilbert,  sobre la investigación realizada  por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, que forma parte de las Instituciones Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Mediante el otro estudio se descubrió que en menores de tres años, los niveles de «cortisol» (hormona asociada con el estrés) crecía en las tardes cuando pasaban todo el día en centros de cuidados, pero bajaban cuando  pasaban en sus casas.
Además, los niveles de cortisol en la saliva eran más altos y aumentaban en infantes catalogados por el personal del centro como los más tímidos.
A pesar de ello, sugiere que factores como la susceptibilidad de la madre hacia las necesidades infantiles y la condición socioeconómica tienen mayor influencia en el comportamiento de los infantes,  que la cantidad de tiempo que pasen en los centros de cuidados.
 

PROBLEMAS EMOCIONALES

Con respecto a los resultados de este estkudio, la profesora de preescolar de la de la Universidad de Costa Rica,  María Marta Camacho Álvarez, Fundadora y Directora de la Organización Innovaciones para el Desarrollo Educativo, manifestó que estos largos periodos alejados del grupo familiar pueden provocar en algunos casos problemas afectivos y emocionales, además de depresión o repercusiones a nivel físico, como gastritis.
Agregó que el proceso educativo se hace más largo, ya que  se ingresa cada vez con menor edad, fenómeno que responde a necesidades específicas de cada pareja, pero esencialmente, a la realidad de que la persona infante no se puede quedar sola en la casa.
Por ello sugiere que la institución no trabaje más de ocho horas diarias.
Otro aspecto señalado por Camacho es que las horas que el niño pasa con su padre y madre  no son quizá las más productivas, especialmente porque cada uno viene de su trabajo cansado y en algunos casos deben ayudar a otros hijos e hijas con las tareas escolares.
Los resultados encontrados en la investigación estadounidense que se inició en 1991, señalan que la mayoría de infantes que participaron en ella, pasaban 10 o más horas por semana en centros de cuidados y el 10% más de 45 horas a la semana.
Para Camacho, si bien el tiempo que el niño o niña se encuentra lejos de su ambiente familiar incide en su comportamiento, hay otras variables que también lo afectan.

CONJUNTO DE FACTORES

Menciona que el estrés y agresión entre infantes sucede no solo por el tiempo que pasan en alguna institución, sino también por la cantidad que estén bajo el cuidado de una sola persona, así como la familia, el espacio físico en el que se desenvuelve, la realidad social, la influencia de los medios de comunicación y la situación económica.
Por otro lado, el artículo del New York Times, expone la opinión de algunos especialistas quienes señalan que la calidad de los centros de cuidados importa para el desarrollo social y emocional de los niños.
Dichos comentarios apuntan a que entre más tiempo los infantes pasen en programas considerados de alta calidad, sus problemas de comportamiento se reducirán y aumentará su desarrollo intelectual y lingüístico.
A ello Camacho suma ciertas ventajas como que, por ejemplo, se aprovecha la capacidad innata del infante, se estimula su socialización, se les estimula en diferentes áreas y obtienen el apoyo de especialistas para desarrollar destrezas.
Según enfatizó, lo que ocasiona el mal comportamiento o el estrés, no es un único factor, sino un conjunto.
Por tanto, se debe cambiar el sistema para que las personas encargadas de niños y niñas, tanto en el hogar como en el centro, se comuniquen más entre ellas para que todas estén alertas y puedan identificar los síntomas y así tomar a tiempo acciones dentro del centro infantil.
Esto permitirá una constante evaluación y transformación que traerá consecuencias positivas para quienes se encuentran en cualquier tipo de modalidad de cuidado.
Con respecto al tipo de institución que se ocupa de la atención materno infantil en el país, hay al menos cuatro posibilidades.
La primera son los hogares comunitarios, cuya prioridad es satisfacer las necesidades básicas de cuidado y alimentación junto con un poco de educación. La segunda son las instituciones de educación formal o guarderías, cuya prioridad es la educación.
Además existen los Centros de Atención Integral (CEN) y los Centros Infantiles de Nutrición y Atención Integral (CINAI), cuyo énfasis es la nutrición.
Por último está el cuidado que ofrece alguna persona familiar o amiga de la familia, opción  que trata básicamente de suplir las necesidades de atención básicas del infante.

  • Lucila Espinoza Barahona
  • Universitarias
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