Además de dibujante y escultor, Juan Ml. Sánchez también trabajó la poesía y fue educador. Murió en 1990
Los sugestivos y delicados trazos de Juan Manuel Sánchez volverán a mostrarse al público nacional a partir del 10 de agosto.
El Museo de Arte Costarricense (MAC) exhibirá once desnudos femeninos en la muestra titulada «Berta Desnuda», los cuales forman parte de la amplia colección de trabajos de Sánchez que posee dicha institución.
En esta oportunidad, la selección de las piezas fue realizada por el pintor Fabio Herrera, quien además de dibujante es acuarelista, grabador y ha ganado varias veces el premio nacional de artes plásticas.
Herrera explicó que la tarea de preparar una exposición de trabajos de Sánchez es enorme, pues se trata de miles de obras. Calificó esta iniciativa de una «oportunidad excelente, pues soy un amante del dibujo y los trabajos de Sánchez son muy conocidos».
El curador lo considera como uno de los artistas más importantes de Costa Rica, por eso decidió hacer énfasis en «dibujos muy especiales que por la moral del tiempo en que fueron producidos, casi no se conocieron».
El personal del MAC realizó una preselección de desnudos femeninos, de los cuales este artista escogió los once que integran la presente muestra.
«Estoy muy contento con la selección, son pocos dibujos pero el público no está acostumbrado a estos desnudos. Todos los artistas de la generación nacionalista tenían una gran sensibilidad erótica, que se perdió por el costumbrismo impuesto en la época», señaló.
El MAC posee una colección que abarca casi la totalidad de las obras que produjo Sánchez, gracias a la donación que en 1998 hizo Berta Solano, esposa del artista.
En total,  la institución posee 253 esculturas y 4437 dibujos, bocetos, documentos y publicaciones de Sánchez.

POLIFACÉTICO E INNOVADOR

Juan Manuel Sánchez nació en 1907 y dio sus primeros pasos como artista en un taller de imágenes religiosas de Manuel María Zúñiga, a finales de los años 20.
Entre 1928 y 1937 aprovechó el espacio de los Salones Nacionales de Artes Plásticas para darse a conocer como «un artista de vanguardia frente al gusto conservador de la época», según la información facilitada por el MAC.
Estudió el arte precolombino y enfatizó en las formas zoomorfas y la talla en piedra. En su trabajo escultórico prefirió la piedra y la madera, actitud acorde con su afán de rechazar lo «pulido y académico» en privilegio de «la talla directa, el trazo espontáneo y el acabado deliberadamente tosco», según la misma fuente.
El claroscuro es un elemento ausente en sus dibujos, en los que las formas se simplifican por medio de la línea sencilla. Esta muestra es un ejemplo de la importancia de los desnudos en su obra.
Varias generaciones de costarricenses crecieron en relación cercana con sus dibujos, ya que durante muchos años ilustraron las ediciones de los «Cuentos de mi Tía Panchita», de Carmen Lyra.