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Deiber Esquivel: «Soy una persona entregada al deporte, me doy al cien po rciento en los entrenamientos y en las carreras».
Entre hermosas montañas rodeadas de pastos y cultivos se guarda la medalla que salvó el honor del deporte costarricense en los recién finalizados Juegos deportivos Panamericanos Santo Domingo 2003.
UNIVERSIDAD viajó hasta Pueblo Nuevo de Palmira de Zarcero para conversar con Deiber Esquivel Benavides, quien obtuvo la medalla de bronce en la disciplina del ciclismo de montaña. Esta presea fue la única obtenida por la delegación costarricense en las justas continentales.
En la sala de su casa, repleta de medallas, trofeos y reconocimientos, Esquivel relató el desarrollo de la competencia en la que ganó el reconocimiento más importante de su carrera.
«El terreno de la competencia era muy quebrado y la temperatura estaba bastante alta. José Adrián Bonilla era quien estaba más capacitado para ganar la carrera, pero cuando él ponchó la llanta trasera al final de la tercera vuelta, me abrió campo y me dijo «vamos», entonces supe que la última oportunidad la tenía yo…»
Para Esquivel, ver a su compañero fuera de la competencia y a la otra aspirante de Costa Rica a una medalla, Karen Matamoros, con mucho tiempo de retraso, lo impulsó a hacer un esfuerzo mayor que pronto le trajo consecuencias.
» En las últimas dos vueltas me atacó el ácido láctico por todo el cuerpo, por lo que tuve que ceder frente a quienes lograron la plata y el oro, pero no podía abandonar el tercer puesto y me esforcé hasta el final».
Respecto a la organización y la delegación costarricense en los juegos, Esquivel no tuvo queja alguna y se mostró muy agradecido con el Comité Olímpico Nacional (CON), por facilitarle una beca que le permitió foguearse en Estados Unidos antes de los panamericanos.
Esta experiencia en Santo Domingo fue muy grata para Esquivel, por el ambiente que rodea este tipo de evento, y en especial cuando se asiste por primera vez como en su caso. «Fue una experiencia bonita, es un cambio muy grande pasar de Juegos Nacionales a estar en una verdadera Villa olímpica.»
Al valorar el papel de la delegación costarricense en los juegos, Esquivel la califica de muy pobre en la obtención de medallas, pero no cree que sea culpa de los atletas, pues en una competencia de tan alto nivel es palpable la falta de una adecuada preparación, que por las condiciones económicas en nuestro medio es muy difícil acceder a fogueos de alto calibre.
Para Deiber, obtener la única medalla de Costa Rica en los Panamericanos es un honor, pero manifestó que le hubiese gustado más que otros atletas aportaran al medallero nacional. «Querer que la mía sea la única es ser muy egoísta, soy tico y deseo lo mejor para mi país».
El joven ciclista de 21 años insistió en la necesidad de un mayor apoyo tanto del Estado como de la empresa privada, pues el panorama del ciclismo nacional es muy difícil dad la falta de patrocinadores. Sin embargo destacó el trabajo que realizan empresas como Pizza Hut-Café de Costa Rica, Dos Pinos y El globo.
DEL BALON A LA BICICLETA
Como la mayoría de los niños, Esquivel se inició como futbolista en los campeonatos escolares de Alfaro Ruiz. Poco a poco fue creciendo en él la afición de salir a pasear con sus amigos en la sencilla bicicleta montañera que compró cuando trabajaba en un ciclo. Pudo más el ciclismo que el fútbol.
«Una vez estaba jugando fútbol salón y me lesionaron una rodilla que tuvieron que enyesar, y como no podía quedarme quieto en la casa, salía montado en la bicicleta con todo y yeso: con un pie estirado y con el otro daba pedal»
El trabajo duro no le es nada extraño, pues desde pequeño tuvo que ayudar a su padre en las labores agrícolas y luego comenzó su carrera ciclística combinando los entrenamientos con un empleo en un ciclo de Zarcero.
La situación cambió cuando el equipo de Pizza Hut puso sus ojos en él, lo cual le permitió dedicarse por entero al deporte de sus amores. Sin embargo, el trabajo y la carrera deportiva han impedido que Esquivel inicie sus estudios secundarios, mas no escondió su interés por disponer de más tiempo para el estudio y aprender inglés.
Este joven sueña con ganar la Vuelta Ciclística a Costa Rica y asistir a una Olimpiada, evento para el cual nuestro país ganó una plaza en el pasado Panamericano de Ciclismo realizado en Colombia hace algunos meses, gracias al buen desempeño de José Adrián Bonilla.
Pero esto no le resta esperanza a Deiber de estar presente en Atenas 2004, pues asegura que quien esté en mejor nivel de competencia asistirá a los juegos, para lo cual ya se formó una preselección.
Como buen aficionado del ciclismo, Esquivel no pudo esconder su admiración por el pentacampeón del Tour de Francia, Lance Armstrong: «Es un ejemplo para todos, porque venció primero en la carrera de la vida y después hizo todo lo demás».
UN NIÑO INQUIETO
Tanto para José Antonio Esquivel como para María Eugenia Benavides, padre y madre de Deiber, el bronce logrado por su hijo en Santo Domingo es un orgullo, pues siendo aún de categoría Sub-23, logró colocarse entre los mejores del continente.
Su padre recuerda a su hijo como un niño inquieto que se tranquilizó un poco con la adolescencia, y ahora es un ejemplo de esfuerzo y dedicación para toda su familia.
Además criticó la apatía de la comunidad de Pueblo Nuevo ante el logro d Deiber, a diferencia de Zarcero, donde UNIVERSIDAD pudo constatar la admiración que existe por Esquivel: en varios locales pegaron en las ventanas fotos y recortes de periódicos con la frase «Gracias Deiber».
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