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La primera fecha del campeonato mayor de fútbol solo retrató una verdad.
Luis Martínez, delantero del Santos de Guápiles, salta con potencia física para bregar en las alturas con el ahora volante de marca del Cartaginés, el ex-manudo Sandro Alfaro.
Los goles que anotaron los tres delanteros llamados a ser máximos goleadores de la temporada y principales candidatos a ese logro, fueron la única verdad de la primera fecha, por la forma en que se produjeron.
El uruguayo Claudio Fabián Ciccia, delantero del Cartaginés y mejor anotador de la temporada anterior con 41 dianas, le anotó de penal al Santos en el juego que los brumosos perdieron 2-1 en Guápiles; fue por esa vía desde los once pasos, que Ciccia anotó 13 goles la campaña anterior.
Todos sabemos del olfato goleador del «cachorro» Erick Scott en el Alajuelense; esta promesa del fútbol nacional que ya se codea en la Selección Mayor, anota la mayoría de las ocasiones en la boca del marco, aprovechando rechazos de los porteros o a puerta descubierta, gracias a su ubicación y servicios de sus compañeros.
Pues bien, su primer gol del torneo contra Santa Bárbara, tuvo esas características; remató Steven Bryce, la pelota rebotó en el cuerpo de Pablo Tiscornia, zaguero barbareño y Scott recogió el regalo y lo impulsó a la red sin marca alguna. Ese es su fuerte.
Y el fuerte del goleador del Saprissa, el espigado ariete Álvaro Saborío, son sus remates de cabeza, duros, fulminantes, verdaderos rayos que parten las manos de los porteros contrarios.
«Sabogol», como lo llaman sus «fans» es un temible rematador de cabeza y el gol de Saprissa contra Carmelita fue así; de cabeza, picado, imparable y lógicamente rematado por Alvaro a servicio alto de Juan Bautista Esquivel.
Las tres grandes verdades de la fecha inaugural del Torneo Apertura: Gol de penal de Ciccia; gol de cabeza de Saborío; gol sin marca de Scott.
Lo demás fue otra historia.
NADA POTENTES
Los dos equipos que son firmes aspirantes a ganar el Torneo Apertura del fútbol mayor, al menos en las encuestas, Alajuelense y Saprissa, no pudieron terminar sus respectivos compromisos de la jornada inaugural debido al mal tiempo.
Las dos oncenas empataban sus partidos y por idéntico resultado, 1-1, la Liga de visita contra Santa Bárbara en el Estadio Nacional y los morados, como visitantes en Grecia ante Carmelita.
Durante los minutos que se jugaron, 54 del partido entre barbareños y erizos y 45 entre carmelos y saprissistas, los favoritos no fueron para nada contundentes en su fútbol y no pudieron envolver en el poderío de sus nóminas a dos cuadros que pintan para ocupar posiciones en la mitad de la tabla.
Eso sí, se vio mejor Saprissa que Alajuelense, algo lógico pues en principio, es más capaz la planilla de Santa Bárbara, que sigue un proceso de dos temporadas con el técnico argentino Jorge Mario Olguín, que la Carmelita, donde el temperamental Juan Luis Hernández, llegó a la dirección técnica por tercera ocasión a este club, a empezar de cero.
El nuevo entrenador del Alajuelense, el peruano Juan Carlos Oblitas, creyó muy cómodo alinear como titulares a sus mejores once jugadores, nueve de ellos seleccionados nacionales, aunque no jugaran todos en su verdadera posición y el proyecto no dio resultados.
Los seguidores de la Liga, fanáticos y poco analíticos, se regocijaron con la alineación: González en la puerta; Wallace, Marín, Chinchilla y Castro en la zaga; Bryce y López volantes, Scott y Fonseca delanteros, todos de la Selección Nacional; las otras dos plazas para Luis Diego Arnáez, volante de marca y el ídolo argentino, Pablo Izaguirre. Los erizos se frotaron las manos con su equipo soñado y solo era esperar que se iniciara el partido y cayera la lluvia de goles, pero lo que cayó fue un fuerte aguacero con granizo incluido.
Se comprobó en esos 54 minutos de acción que los equipos deben tener equilibrio en su formación y no improvisar a jugadores en posiciones que no son las suyas, solo porque pertenecen a la Selección Nacional, que fue lo que ordenó Oblitas.
Alexánder Castro, carrilero derecho, jugó de izquierdo y como no es zurdo, fue una nulidad; Izaguirre, jugador de reserva con el técnico anterior, Jorge Luis Pinto, fue titular al lado de Wílmer López y se dio una duplicidad de funciones en la que los dos se enredaron en sus propios mecates.
Alajuelense, el más claro candidato a la corona, no mostró solvencia en su primera salida al ruedo y Saprissa igual; su novel entrenador Hernán Medford, se decidió por una formación 4-4-2; no alinearon jugadores como Rónald González, Kevin Stewart, José Francisco Alfaro, Gabriel Badilla, Wilson Muñoz y Kenneth Vargas y tampoco pudo el cuadro de Tibás sacudir a su enemigo en la primera parte, de ahí que su rol de favorito se quedó en el vestuario.
BIEN POR SANTOS
El triunfo más rimbombante de la fecha lo dio Santos en su patio contra Cartaginés, el club más expectante del torneo desde que lo entrena Alexandre Guimaraes. Los seguidores del equipo brumoso se hicieron temprano a la idea de que en esta temporada, el Cartaginés liquidaría a rivales de menor cuantía y se daría cara a cara con los tres grandes, Liga, Saprissa y Herediano, pero en la primera de cambio los bajaron de la nube.
El ex-subcampeón nacional Santos, entrenado ahora por el charrúa Carlos Linaris, los derrotó con gol de penal de Gustavo Martínez en el minuto 92 y rápido el torneo se le puso a «Guima» y sus jugadores cuesta arriba.
La victoria de Santos fue la más sonada de la fecha, aunque el líder del torneo es Herediano que viajó a San Ramón para liquidar 2-0 a los benjamines de la primera división, marcador lógico y nada sorpresivo, como sí lo fue el de los santistas.
El partido entre Pérez Zeledón y San Carlos, equipos muy equiparados, terminó empatado 1-1, lo mismo que el clásico de la pampa entre Liberia y Guanacasteca, 2-2.
Una sola verdad en la fecha inaugural, los goles; la poca capacidad de la Liga y el Saprissa para liquidar en la primera parte y el trabajo efectivo de dos jugadores que anotaron dos goles cada uno, Gustavo Martínez de Santos y Evance Benwell de Liberia, son los pocos sucesos futbolísticos a repuntar del arranque del torneo.
Esto porque el gran suceso fue de índole natural: la granizada y tormenta que cayó sobre el Estadio Nacional y que hizo correr a esconderse no solo a los jugadores de Santa Bárbara y Alajuelense, sino a todos quienes estuvimos ahí.
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