Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Capacitar la fuerza laboral de la población centroamericana y mejorar la transferencia de tecnología para aprovechar las ventajas de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica y Estados Unidos, es una de las conclusiones a la que llegó la M.Sc. Patricia Rodríguez Hölkemeyer, docente de la Escuela de Ciencias Políticas e investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad de Costa Rica.
En su estudio La nueva visión de la política comercial de los Estados Unidos, deduce que Centroamérica obtendría mayor provecho en las negociaciones del TLC si negocia solamente acceso a mercados y reducción arancelaria y deja para las negociaciones multilaterales algunos temas que requieren cambios legislativos e institucionales y que representan fuertes costos de implementación, como propiedad intelectual, inversiones, estándares laborales y ambientales, etc.
La investigadora considera que en el nivel multilateral, los países en desarrollo pueden establecer alianzas en los tópicos que requieren integración profunda (cambios legislativos e institucionales), y buscar de parte de los países desarrollados mayor reciprocidad en las concesiones mutuas.
Rodríguez llamó la atención sobre la forma en que se ha realizado la implementación en los temas de integración profunda, ya que Estados Unidos ha recurrido a la asistencia técnica para que se haga de acuerdo con sus propios términos.
Además analizó los mecanismos de negociación utilizados por Estados Unidos en los últimos 20 años, para fortalecer su política de apertura de los mercados en el exterior. Entre otras cosas, señala como la economía más grande del orbe utiliza los acuerdos bilaterales, regionales y plurilaterales, con lo cual se aparta de la postura adoptada por este país después de la II Guerra Mundial, centrada entonces en las negociaciones multilaterales y en su rechazo a tratados preferenciales.
Para la investigadora, la estrategia de negociación estadounidense se basa en lo que el especialista en comercio internacional Jagdish Bhagwati llama negociación secuencial.
Estados Unidos negocia primeramente con países pequeños y parecidos a sí mismo, para incorporar poco a poco más naciones e ir estableciendo las reglas, leyes y regulaciones en las distintas regiones, que favorecen mayormente sus intereses comerciales.
A través de este mecanismo, los estadounidenses consideran que será posible avanzar más fácilmente para conformar un gran Área de Libre Comercio en las Américas (ALCA) y obligar al MERCOSUR a adoptar las reglas del juego ya negociadas con los demás países.
CLÁUSULA 301
Según la especialista, conforme las relaciones comerciales estadounidenses con Japón y otras naciones se volvieron más conflictivas a principios de los 80, Estados Unidos «adopta una forma de unilateralismo agresivo en las negociaciones y emerge como juez e intérprete de lo que es justo o no en el comercio internacional».
Un ejemplo de ello es la Cláusula 301 aprobada en 1974 y enmendada en 1984 y 1988, con cuya aplicación se definen sectores prioritarios en cuanto a la apertura de mercados, entre los cuales se aprecia el interés norteamericano por las telecomunicaciones y la protección de los derechos de propiedad intelectual.
«A pesar que esa ley fue elaborada para el caso japonés -advierte- se ha aplicado a los países emergentes y en desarrollo, con el fin de eliminar las llamadas prácticas ‘injustas’ que afectan los intereses estadounidenses».
En las negociaciones de la Ronda Uruguay, la citada cláusula también se convirtió en un instrumento para que se discutieran los temas de alta prioridad identificados por Estados Unidos.
LO CONVENIENTE
La investigadora aseguró que a los países en desarrollo les conviene negociar en el ámbito multilateral, donde los temas de interés se discuten con la participación de todas las partes. Por eso considera como desfavorable la negociación secuencial, porque los países en desarrollo negocian desde una posición más débil.
Desde su perspectiva, el principio de reciprocidad debería aplicarse en aquellos temas que requieren integración profunda mediante el logro, como contrapartida, de una mayor flexibilidad laboral en las fronteras o el pago por el mantenimiento de zonas boscosas, como lo recomiendan varios especialistas.
También sugiere el establecimiento de un programa masivo de capacitación laboral que permita al sector productivo afrontar una mejoría en los estándares laborales, según exigencia de la ley Trade Promotion Authority (TPA) de los Estados Unidos. En dicha ley se admite claramente que el capítulo laboral exigido para todos los tratados que realice Estados Unidos en el futuro, se hace con el fin de no perder competitividad frente a la mano de obra más barata de los países en desarrollo.
En el caso específico de Costa Rica, la investigadora plantea la necesidad de que en el tratado se reconozca el derecho a la educación y capacitación, como un estándar laboral. Para este fin propone que Estados Unidos otorgue apoyo económico, el cual existe en abundancia cuando se trata de poner en ejecución estándares laborales más rigurosos, o de hacer más expeditas las aduanas de los países en desarrollo para sus exportaciones.
Finalmente, la M.Sc. Patricia Rodríguez indica que así como Estados Unidos ha dicho que el tema de los subsidios agrícolas no debe tratarse en el TLC, sino en la Organización Mundial del Comercio (OMC), Centroamérica podría solicitar, si se percibe que los beneficios de las negociaciones no son recíprocos, que algunos temas de integración profunda y que implican grandes costos, como el de la protección de la propiedad intelectual, se atiendan también ahí.
Los resultados de esta investigación se dieron a conocer recientemente durante el I Congreso Centroamericano de Ciencias Políticas, que se celebró en la UCR del 11 al 14 de agosto, con la ponencia Propuesta para optimizar las negociaciones del CAFTA (Central American Free Trade Agreement). Asimismo forman parte del libro ¿Con quién negociamos?: La estrategia comercial de los Estados Unidos en los últimos 20 años, el cual fue presentado por la M.Sc. Rodríguez este 20 de agosto, durante las Jornadas de Investigación.
ASPECTOS DE FORMACIÓN LABORAL QUE DEBERÍA CONTENER UN TLC
ENTRE CENTROAMÉRICA Y EE.UU., PARA BALANCEAR LA INCLUSIÓN
DE UN CAPÍTULO LABORAL CON SANCIONES
* Programas especiales de inglés y computación en las escuelas y colegios, con la participación de profesores de inglés voluntarios o pensionados de Estados Unidos.
* Ayuda masiva para que ningún niño o adolescente en Centroamérica quede excluido del programa de educación. Esto implica una recuperación de los desertores.
* Capacitación técnica a trabajadores en informática, idiomas y nuevas tecnologías.
* Programas conjuntos con universidades, colegios e institutos tecnológicos sobre innovación tecnológica.
* Capacitación en nuevas técnicas agrícolas y agroindustriales, destinada a pequeños y medianos productores agrícolas.
Este documento no posee notas.