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Nicanor Duarte, nuevo presidente del Paraguay.
El nuevo presidente del Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, asumió el cargo el pasado 15 de agosto prometiendo cambios orientados a fortalecer el Mercosur y promover reformas en su país, en sintonía con las nuevas orientaciones políticas surgidas en los vecinos Brasil y Argentina.
Cuatro meses después de su triunfo electoral, Duarte planteó reformas para consolidar una revisión de las políticas neoliberales seguidas en la región en los últimos cinco lustros y que parecen llegar a su fin.
No se pueden sacar conclusiones definitivas sobre la orientación del nuevo gobierno solo sobre la base del discurso que el mandatario pronunció en su toma de posesión. Se trata de un hombre que hizo carrera política en el mismo Partido Colorado, que gobierna Paraguay desde hace 50 años, y que, inclusive, ocupó la cartera de educación en el gabinete de su antecesor, Luis González Macchi. Pero en su discurso destacó algunos aspectos novedosos, que refuerzan la tendencia a los cambios que se han dado en la política latinoamericana.
MERCOSUR
Duarte destacó la importancia de la alianza comercial creada con Brasil, Argentina y Uruguay, de la que Chile y Bolivia también participan.
Nuestro gobierno, afirmó el mandatario, «reafirmará y consolidará los importantes vínculos con los países del Mercosur. Su prioridad fundamental en materia de relaciones internacionales será sumar esfuerzos para relanzar y posicionar esta unión subregional, a fin de que se convierta en uno de los principales interlocutores en la consolidación de un mundo multipolar».
Duarte recordó que Asunción, la capital, fue sede de algunos de los acuerdos más importantes en la creación del Mercosur. Ello obliga al Paraguay, agregó, «a asumir un papel más protagónico en los ajustes y la innovaciones que debemos realizar para convertir el sistema no solo en un eficiente y dinámico instrumento de integración, sino de real y sólida unión entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, Chile y Bolivia».
«El Mercosur es estratégico para el Paraguay», enfatizó y pidió que se le reconozca a los países menos desarrollados del grupo «la concesión de un trato especial y diferenciado».
«Ese trato especial será el complemento necesario para un nuevo modelo de desarrollo económico que no debe limitarse simplemente a cuestiones arancelarias y relaciones con barreras comerciales, sino que debe extenderse a la creación de fondos especiales para los países menos favorecidos, como mecanismo para atraer inversiones y desarrollar potencialidad de exportación», añadió.
En medio de las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), una propuesta de Estados Unidos para unir bajo un mismo tratado comercial todo el hemisferio, la insistencia en fortalecer el Mercosur es vista con preocupación en Washington.
Una de las expresiones de esa preocupación es el viaje que el nuevo Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado, Roger Noriega, realizó por la zona. Noriega llegó a Asunción el 20 de agosto, menos de una semana después de que Duarte asumiera el mando, como parte de una gira que incluyó también Argentina y Uruguay.
Según la prensa paraguaya, el objetivo del viaje era «hacer una radiografía política y económica» del país. La Casa Blanca quiere saber si el nuevo gobierno de Paraguay »está alineado» con las corrientes anti Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Los medios destacaron que al gobierno de Bush «le llamó la atención el discurso de Nicanor Duarte durante su asunción al mando», cuando «criticó duramente al neoliberalismo y en algunos términos coincidió con las posturas de Chávez y Castro sobre el ALCA». Y agregó: «El alto funcionario norteamericano Noriega recibió la orden de auscultar la situación del nuevo gobierno de Paraguay».
En realidad, no se trata de una posición solo de Castro, cuyo país ni siquiera participa de las negociaciones del ALCA, o de Chávez. El propio presidente del Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, ha expresado sus preocupaciones por las consecuencias que ese acuerdo puede tener para las economías de la región.
DEUDA
El presidente argentino Néstor Kirchner, también está preocupado. Kirchner recibió a Chávez en Buenos Aires, después de que ambos participaron en los actos de toma de posesión de Duarte, y además de diversos acuerdos de cooperación, ambos manifestaron su preocupación por temas sensibles de la agenda regional, entre ellos el ALCA y la «impagable» deuda externa de la región. Sobre la deuda, los presidentes, una vez que asumen el cargo, se dan cuenta de que representa una carga que impide cualquier plan de desarrollo y obliga a la reducción (cuando no a la paralización) de los programas de inversión. Los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) imponen drásticas reducciones del gasto, de modo que queden fondos para asegurar el servicio de la deuda. Chávez llegó a reiterar, en Buenos Aires, su propuesta de cerrar el FMI.
El problema de la deuda es tan grave en Paraguay, como en casi todos los países de la región. Por esa razón, el Senado decidió crear una comisión para el control y seguimiento de la deuda que el país contrajo entre mayo de 1989 y agosto de 2003.
La comisión tendrá un plazo de 60 días para rendir un informe a la plenaria sobre el nombre de las instituciones prestamistas, el motivo del otorgamiento del préstamo, monto, condiciones de amortización del capital y servicios, grado de ejecución, comisiones, para analizar las consecuencias de esos préstamos y el destino de los dineros.
CASTRO
No pasó desapercibida tampoco la presencia de Castro en los actos de traspaso de poder. Fue la primera visita del mandatario cubano al Paraguay, país gobernado durante décadas, hasta 1989, por el general Alfredo Stroessner, hoy exiliado en Brasil. Después, se sucedieron cuatro gobernantes, todos involucrados en graves denuncias de corrupción y comprometidos con una política más conservadora.
Castro reiteró sus puntos de vista sobre temas sensibles de la política regional, entre ellos el ALCA, el papel de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la deuda externa.
Sobre la deuda destacó su efecto en el agravamiento de la pobreza de las naciones. Sobre el ALCA y la OMC los calificó de un «plan de anexión» y una entidad «antidemocrática», respectivamente.
Agregó que la división y balcanización de los países latinoamericanos facilitaron el estado de crisis social y económica en que está sumida la región, y enfatizó en la necesaria unidad regional para enfrentar la globalización.
El presidente cubano se reunió con Duarte en la misma oficina que ocupó, años atrás, el dictador Alfredo Stroessner, en el palacio de gobierno.
De ese modo, Paraguay, identificado no solo como un país pobre, sino como uno de los más corruptos de América Latina, se suma a las voces de cambio surgidas en los últimos meses en todas las naciones del área donde se han llevado a cabo elecciones. Así ocurrió en Brasil y Argentina, pero también en Ecuador y Bolivia, aunque con resultados diversos. Solo en Colombia, en el marco de una virtual guerra civil, se impuso la tendencia conservadora representada por Álvaro Uribe, lo que muestra una enorme sensibilidad de los electores por las tendencias neoliberales que se han impuesto en la región durante los últimos lustros. Y que parecen haberse tornado insostenibles.
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