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El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, visitó Perú y Venezuela la semana pasada, para consolidar un espacio político y económico que aspira a abrir nuevas expectativas a los países latinoamericanos.
Naciones vecinas pero históricamente lejanos, Brasil, Perú y Venezuela, dieron un paso hacia una mayor integración, lo cual deja en evidencia una percepción cada vez más clara de que al región no puede incorporarse desunida al proceso de globalización mundial.
No se pronunció una palabra en contra del proceso de globalización en las muchas reuniones celebradas durante la gira de Lula por esos países, pero se hizo un énfasis particular en la necesidad de que la región encuentre formas prácticas de integración que les permita enfrentar el desafío.
Para eso Perú y Venezuela se incorporaron como miembros asociados del Mercosur -conformado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay-, al que ya se habían asociado con anterioridad Chile y Bolivia. De ese modo, en América del Sur quedan apenas dos países sin vínculos formales con el Mercosur: Colombia y Ecuador.
INTEGRACIÓN ESTRATÉGICA
Pero si bien ese ha sido el paso más visible en el sentido de la integración, no ha sido el único. Brasil y Perú firmaron una serie de acuerdos de integración que el canciller peruano, Allan Wagner, se destacó en un artículo publicado en la prensa peruana durante la visita de Lula.
«El Perú y Brasil han acordado establecer una alianza estratégica que está llamada a constituir el núcleo de cohesión del gran espacio político, económico y social sudamericano», dijo Wagner, quien recordó la visita que el presidente peruano, Alejandro Toledo había hecho a Brasilia el 11 de abril último, cuando acordó con su colega brasileño elevar, «al más alto nivel e intensidad posible» los vínculos entre ambos países.
La idea es dotar «a la relación bilateral de un inequívoco y dinámico contenido integrador que facilite la construcción de ese gran espacio sudamericano».
Con esta decisión, agregó Wagner, «el Perú pasará a ser un actor central en la estructuración y desarrollo de Sudamérica y se proyectará, junto con el Brasil, a la Cuenca del Pacífico, adquiriendo al mismo tiempo una capacidad fortalecida para orientarse hacia el Atlántico. Este curso de acción constituye una de las iniciativas más importantes de la diplomacia peruana contemporánea», enfatizó.
TRES PILARES
Es imposible pasar por alto lo ambicioso del proyecto, que no se limita a la incorporación de Perú al Mercosur. El canciller peruano destacó que la nueva alianza estratégica entre ambos países «se sustenta en tres pilares fundamentales». El primero se refiere a aspectos de seguridad y se materializa en la incorporación del Perú, de una manera progresiva, en el Sistema Satelital de Vigilancia y Protección de la Amazonía (SIVAM / SIPAM).
El segundo pilar se refiere a asuntos económicos y comerciales, «cuyo componente más destacado -pero no el único- es la suscripción de un Acuerdo de Libre Comercio en el marco de Mercosur».
El tercer pilar es el relativo a la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA).
En cuanto al primer pilar, destacó Wagner, «cabe señalar que el sistema SIVAM / SIPAM ha sido desarrollado por el Brasil con una cuantiosa inversión con el fin de vigilar el espacio amazónico, incluido el aéreo, así como posibilitar el relevamiento de los recursos naturales del área».
En lo que se refiere a los asuntos económico-comerciales, el componente más importante es un Acuerdo para el establecimiento de una zona de libre comercio entre el Perú y el Mercosur, un paso hacia la convergencia de la Comunidad Andina con el Mercosur y la formación del espacio sudamericano.
La alianza estratégica con Brasil, sin embargo, añadió Wagner, «involucrará también otros elementos en el terreno económico-comercial tales como la promoción de inversiones, el turismo, la cooperación, la investigación científica y el acceso a nuevas tecnologías, especialmente, en lo relativo al aprovechamiento de la biodiversidad de nuestra Amazonía».
En cuanto a la integración física, la idea es promover la integración de los mercados regionales y la inserción económica internacional basada en la interconexión bioceánica.
ACUERDO DIFÍCIL
La firma del acuerdo de incorporación del Perú al Mercosur exigió un arduo trabajo de la cancillería brasileña, con la de los otros países que integran ese espacio comercial.
Entre otras razones, porque se negociaron una serie de aspectos que tomasen en cuenta la asimetría entre las economías regionales. De cerca de 8.500 ítems del universo tarifario, solo el azúcar fue excluido del acuerdo, pues ese producto no figura en las normas del Mercosur. Se contempla también una reducción arancelaria más lenta para la entrada de los productos brasileños y argentinos al mercado peruano, que los uruguayos y paraguayos, los dos países de menor desarrollo en el Mercosur. Se aprobaron también medidas de salvaguadia, para evitar daños a los productos peruanos más sensibles, cuando estos se vean afectados por las importaciones, una medida a la que se habían resistido hasta ahora los países del Mercosur.
El resultado de la visita fue destacado por la prensa peruana, al señalar que «la asociación de Perú al Mercosur rebasa la importancia económica. El acuerdo sella también un vínculo político en el afán de fortalecer a América del Sur como un bloque que pueda negociar en mejores condiciones con la Unión Europea y los Estados Unidos».
VENEZUELA
Al día siguiente de su visita al Perú, Lula viajó a Caracas, la etapa más sensible de la gira, por las implicaciones políticas que tuvo. Brasil es el coordinador del «Grupo de países amigos de Venezuela», creado a principios de este año, en plena crisis entre el gobierno y la oposición, con la idea de facilitar una salida negociada a un conflicto que amenazaba con desbordarse.
La oposición venezolana ve con cierta desconfianza la participación de Brasil en ese grupo, por estimar que Lula mantiene afinadades con el presidente Hugo Chávez. Sin embargo, Lula fue cuidadoso al explicar la participación de Brasil en ese proceso.
En una reunión en la Cámara de Comercio e Industria Brasil-Venezuela, Lula dijo estar convencido de que la unidad de América del Sur «no tiene regreso» y añadió que los sudamericanos descubrieron que son pobres y que la pobreza «no sensibiliza a los países ricos».
Con eso, afirmó también el presidente brasileño, no estamos diciendo «que no queremos negociar con los Estados Unidos, ni que no estrecharemos relaciones con la Unión Europea. Mas vamos a continuar luchando en los foros internacionales contra los subsidios agrícolas de los países ricos».
Y luego envió un mensaje a la oposición, interesada en la convocatoria de un referéndum que podría poner fin al mandato de Chávez. «Está previsto en la constitución venezolana y todo lo que esté de acuerdo con las normas constitucionales es legal». Pero, añadió, «Chávez tiene todas las condiciones de vencer cualquier dificultad política a través del diálogo y del entendimiento».
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