«Lleva mucho sacrificio y orden combinar estudio y deporte.»
Marcos Herrera: «Siempre le doy prioridad al fútbol sobre el estudio».
El solo hecho de estudiar una carrera en la Universidad de Costa Rica ya es difícil y hasta agotador; ahora si se le suma la participación en un equipo profesional de fútbol, es casi imposible encontrar tiempo y constancia suficiente para seguir adelante.
Esta es la situación de Marcos Herrera Benavides, alumno de la UCR, quien diariamente busca la manera de balancear sus estudios y su carrera como deportista en el equipo de fútbol de la misma institución.
Es uno de los pocos que combinan ambas actividades, especialmente en el Club de Fútbol, de la UCR. Un caso similar es el de Manuel Oviedo Valverde, quien estudia Ingeniería Eléctrica y juega como volante de contención.
Herrera, por su parte, lleva Ingeniería Civil, mientras que funge como portero. Y aunque no goza de la titularidad, se entrena diariamente y busca la manera de aportar sus destrezas cuando sea necesario.
Para este joven, oriundo del pueblo de Valencia de San Carlos, la clave está en la organización y sacrificio.
«Es algo complicado, lleva mucho sacrificio y orden», comentó Marcos sobre las dificultades que debe afrontar.
«Sin embargo me agrada lo que estoy estudiando y el fútbol es una diversión más que todo», así justificó su decisión de combinar ambas pasiones.
Jugador de fútbol prácticamente desde los seis años de edad, ha estado presente en ligas menores de San Carlos, en la Selección Nacional Infantil (sub 17), con la que participó en el mundial de 2001, en Trinidad y Tobago. También estuvo en el proceso sub 20 en 2002 y formó parte del equipo de la UCR que llegó a la final del campeonato de Segunda División, el torneo anterior.

PRIMERO EL FÚTBOL

Para Herrera su primer compromiso es con el fútbol, es en este ámbito donde pone su mayor esfuerzo.
«Siempre le doy prioridad al fútbol sobre el estudio; hay estudiantes – futbolistas y futbolistas – estudiantes, creo que califico dentro los segundos», detalló.
El factor de ser deportista primero y estudiante después, le significa un retraso en su desempeño estudiantil. Por cuestiones de tiempo no puede matricular todos los cursos de cada bloque del programa, por lo que probablemente necesite de siete u ocho para graduarse, en vez de cinco.
Sin embargo, le favorece ser alumno de la misma institución en que juega profesionalmente, lo que implica cercanía de los lugares de entrenamiento con las aulas.
«Por eso hago todo lo posible para que este equipo suba a la primera división, para seguir estudiando aquí y seguir jugando».
También se refirió a la posibilidad de que el deporte le imposibilite continuar el estudio, y en este caso confía en que tomará la decisión correcta.

¿Y LA FAMILIA?

Combinar el fútbol y la Universidad requiere de mucha disciplina y sacrificio, por eso debe sacrificar el tiempo que pasa con su familia.
Esto limita las visitas familiares a escasos fines de semana, siempre y cuando no se interponga algún partido, examen o trabajo final que entregar.
Algo que no es nuevo para él, ya que desde hace tres años, cuando realizó el proceso de selección Sub 17, salió de San Carlos para vivir en San Pedro.

LUCHAR HASTA EL FINAL

Herrera ha aprendido a no rendirse; esto es algo que siempre aplica tanto en el deporte como en el estudio y lo ayuda a superar las pruebas.
Toma lo que aprende en cada uno de  los dos ámbitos y lo aplica al otro, de esta manera consigue sus objetivos.
Al igual que él, sus compañeros buscarán, esta temporada, conseguir el ansiado ascenso a primera división que acariciaron de cerca el anterior torneo.
Para conseguir este objetivo Herrera pide al estudiantado de la UCR que se incorpore activamente a la afición, y así darle el apoyo y motivación suficiente a los jugadores.