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Detrás del telón de la OMC Chantajes, doble discurso y protestas

Debajo de la superficie de la OMC se puede ver el chantaje que se da detrás de las puertas cerradas.

Debajo de la superficie de la OMC se puede ver el chantaje que se da detrás de las puertas cerradas.
En abigarrada multitud, los manifestantes antiglobalización se hicieron sentir en Cancún.
Las negociaciones en las que participaron 146 ministros de todo el mundo, en la contrastante ciudad mexicana de Cancún -que en lengua maya significa nido de serpientes- evidenciaron un proceso enroscado por presiones, trampas, desigualdades y enorme influencia de las grandes trasnacionales. La reunión terminó sin ningún acuerdo, con gran frustración de los delegados pero gran júbilo de parte de quienes estaban seguros de que eso era mejor a que se hubiera adoptado un texto que empeorara las condiciones de millones de agricultores de todo el mundo.
El mismo día de la inauguración de la V Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio, Rubens Ricupero, secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), lamentó que la realidad del sistema de comercio internacional no coincidiera con su retórica.
«En lugar de mercados libres hay demasiadas barreras que atrofian, asfixian, ahogan y en lugar de normas mundiales negociadas por todos, en interés de todos, hay demasiadas decisiones tomadas a puerta cerrada, demasiados intereses particulares y demasiadas promesas rotas».
Después continuaron los discursos; ni siquiera los interrumpió el suicidio del campesino surcoreano Lee Kyung-hae, durante la manifestación de los «globalifóbicos».
Durante toda la semana, alrededor de 9.000 manifestantes de todo el mundo se instalaron al otro lado de la laguna Nichupté, que divide la lujosa zona hotelera, del centro de la ciudad. Unos en hoteles y otros en campamentos, vinieron dispuestos a todo con tal de detener la reunión. Pero la maquinaria no se detuvo.

«ES UN ANIMAL MUERTO»

Maude Barlow, observadora y representante de la organización no gubernamental canadiense Counsel of Canadians,  protestó junto con otros representantes acreditados dentro del salón donde se realizó el acto de inauguración.
Al salir expresó: «Esta institución ha colapsado porque sus objetivos son erróneos, es un animal muerto».
De la misma forma el brasileño Marcelo Furtado, jefe de la delegación de Greenpeace, señaló que no es que consideren que el comercio internacional esté mal, sino que la estructura actual es tan disfuncional, y está tan fuera de la realidad, «que sólo un milagro puede salvarla».
¿Cuáles son esas verdades? Federico Cuello, quien fuera embajador de la República Dominicana ante la OMC hasta el año pasado, es un personaje polémico, que se ganó la reputación de promotor de la unión de pequeñas economías. Él tiene historias que contar sobre las realidades del comercio global y opina que sólo mirando debajo de la superficie de la OMC se puede ver el chantaje que se da detrás de las puertas cerradas.
«Desde una perspectiva comercial, la OMC es la entidad legal más influyente. Le dijeron a mi país e incluso a mi presidente que si quería exportar algo a Estados Unidos, debía tener un embajador que se pusiera en línea. No importa qué reglas de la OMC permitan exportar determinados productos, si aún se usan tales amenazas evidentes (The Sunday Telegraph, septiembre, 2003)».

PRESIONES DE LOS GRANDES

Cuello también llamó la atención sobre la influencia de las grandes compañías farmacéuticas -en relación con un reciente acuerdo sobre propiedad intelectual y salud pública firmado la semana pasada-.
Las contribuciones políticas que hacen tales compañías son enormes, la industria farmacéutica occidental tiene un poder de lobby inmensamente efectivo y la presión de dicho sector privado funciona de maravilla. «He visto con mis propios ojos cómo se traduce directamente en cambios políticos dentro de la OMC», aseguró Cuello.
Consultado sobre si los delegados de pequeños países aceptan sobornos en este ambiente, respondió que si bien no usaría esa palabra, junto con las amenazas hay ciertos estímulos. «La promesa de un poco más de ayuda financiera externa usualmente basta para derretir la resistencia de los ministros».
El anuncio del Representante Comercial Adjunto de Estados Unidos Peter Allgeier de una donación de US$2 millones a la OMC esta semana, además de otro millón otorgado este año,  no queda fuera del rompecabezas.
Esto lo confirma mejor el informe de la organización mundial Amigos de la Tierra y el Corporate Europe Observatory (CEO), «Las empresas mandan: quién paga la cuenta, impactos en la gente y el medio ambiente derivados de la influencia empresarial de la OMC».
La realidad prueba que las reglas de comercio e inversiones de la OMC son sistemática y coherentemente modeladas en torno a los intereses de las transnacionales.
Algunos estudios de casos expuestos en esta publicación muestran cómo las grandes empresas tienen acceso privilegiado a los negociadores comerciales. Entre estas destacan Pfizer, Suez, Halliburton, Monsanto y Exxon Mobil, indica el documento. Algunos grupos de presión empresarial incluidos aquí son la Cámara Internacional de Comercio (ICC), Pharmaceutical Research and Manufacturers of America (PhRMA), Biotechnology Industry Organization, European Services Forum, Coalición de Industrias de Servicios de EE.UU.
Otros activistas antiglobalización, que están acreditados como representantes de ONG, protestaron por el carácter antidemocrático de la OMC porque las verdaderas decisiones se toman en los llamados «Green Rooms», informales y «miniministeriales», cuyos participantes son escogidos a dedo por los gobiernos poderosos: Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
Barlow agregó que en el papel todos los países son iguales; pero las reglas siempre las manejan los poderosos. En las sesiones a los delegados no les dan agua ni café; están sin dormir y gente de países como Africa, con pequeñas delegaciones, ni se quejan.
Fuentes costarricenses que participaron en las sesiones confirmaron que si alguien quiere una bebida debe comprarla afuera, pues en los cuartos las largas sesiones son sólo para los de gran fortaleza.
Las pequeñas delegaciones no tienen la capacidad de participar en desgastantes discusiones, a diferencia de las de Japón y Estados Unidos (alrededor de 100 o más cada una).

PRESIONES

En medio de todo esto, lo único positivo que surgió fue la iniciativa del  G-22 y el reconocimiento que logró. Se trata de un grupo de países en vías de desarrollo que se formó poco antes de Cancún y presentó una propuesta para que el proceso de negociación sea más inclusivo y balanceado. El 63% de todos los agricultores del mundo vive en los países que conforman este grupo, liderado por el Canciller de Brasil, Celso Amorim.
Alberto Trejos, Ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, acompañó a los Ministros de la India, Brasil, Argentina, China y Sudáfrica, en una exposición sobre la propuesta de este grupo, del cual Costa Rica forma parte (Ver recuadro).
Detrás del escenario y según informes extraoficiales, EE.UU. y la Unión Europea trataron de prevenir que otros países se unieran al G-22 y el presidente Bush llamó la semana pasada a los líderes del G-22 en un esfuerzo fallido de impedir que éstos asumieran una posición firme sobre agricultura en contra de los países desarrollados. También se dice que EE.UU. presionó a los países árabes; mientras la Unión Europea lo hizo con países africanos, caribeños y del Pacífico, para que se abstuvieran de incrementar la membresía del G-22 (Boletín Bridges,  11 set.).
Las negociaciones se realizaron bajo cinco grupos de trabajo encargados de los siguientes temas: agricultura, acceso a mercados no agrícolas, desarrollo, temas de Singapur (inversión, políticas de competencia, transparencia en compras gubernamentales y facilitación del comercio), y temas misceláneos. No obstante, el descontento prevaleció.
El colapso de la reunión se precipitó precisamente en la tarde del 14 de setiembre, cuando la delegación de Kenya abandonó la sala de reuniones donde se discutían los llamados temas de Singapur, y aseguraron que no volverían. El júbilo reinó en la sala de prensa y varios miembros de ONGs gritaron «No es no». El secretario de México, Luis Ernesto Derbez, entonces se apresuró a clausurar la cita, pero el fracaso ya era voz populi.
Tanto europeos como estadounidenses aseguraron que los países en vías de desarrollo han perdido una oportunidad para mejorar sus economías, ya que la eliminación de los subsidios a exportaciones en países desarrollados estuvo a punto de alcanzarse, pero ¿a qué precio? Ahora la próxima reunión será el 15 de diciembre en Ginebra, en la que sólo participarán los embajadores de los 146 países ante la OMC y allí revisarán el borrador que se discutió en Cancún más nuevas propuestas.
En el centro de Cancún, en la llamada «zona cero», terreno de los antiglobalización, la noticia del final de la conferencia generó una fiesta que duró toda la noche, con tequila y cerveza para todos.
Por un comercio justo
Una iniciativa alterna a lo que sucedía en el Centro de Convenciones de Cancún fue la pintoresca «Feria de comercio justo», en la que participaron pequeños productores de México, Guatemala, Bolivia, Brasil, Nepal e Indonesia. Ellos trajeron café, telas y artesanías, productos que promueven bajo un sello especial por ser hechos sin dañar el ambiente, promoviendo el mejoramiento económico de las familias y comerciando sin intermediarios. Antes no tenían mercado seguro para sus productos, dependían de los precios en la bolsa, como el café.
Bandana Shiva, reconocida activista ambiental, lamentó el hecho de que desde que las reglas de la OMC entraron en vigencia, las exportaciones de té y de café han bajado, porque el objetivo de éstas es acabar con la producción agrícola y desplazar a los campesinos de sus tierras y crear más inmigrantes. La historia de nuestros países centroamericanos.
Un discurso diferente
La declaración del Ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Alberto Trejos, fue firme en opinión de algunos presentes, y se diferenció de los discursos vacíos de otros representantes.
En lo relacionado con las modalidades de negociación agrícola, pidió que se confirme el compromiso de eliminar todos los subsidios a la exportación,  que sólo se discuta la velocidad y la pronta fecha; y que se acuerde un marco de reducción significativa y honesta de las ayudas internas que distorsionan el comercio, que no implique simplemente maniobras contables y cambios de cajas y categorías definidas sin suficiente precisión.
Y tercero que se permita mayor acceso recíproco a nuestros mercados, fomentando más comercio y prosperidad, con un trato especial y diferenciado a los países en desarrollo, dándoles flexibilidad para implementar de forma sana los acuerdos.
«Costa Rica es consciente de que nuestro futuro, como país pequeño que aspira al desarrollo, descansa en nuestra capacidad de seguir expandiendo rápidamente el volumen y la sofisticación de nuestras exportaciones industriales», añadió.
 
 

  • Fabiola Pomareda G. 
  • País
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