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Mes de la patria

La transición entre agosto, mes de gatos, y septiembre, mes de la patria, parece marcar una inflexión significativa en la venezolización a la tica que experimenta la política costarricense. En la guerra contra Pacheco, o Chávez local, se pasó de la asociación del presidente con donaciones legales no declaradas, ilegales paralelas e ilegales clandestinas a sugerir su vinculación con maleantes y a cuestionar su moral. Este es el objetivo de la crónica (LN, 31/8/03) que denuncia a Pacheco por asistir a la boda de un hermano de la fugada Anita Vemon, sospechosa de evadir impuestos por cerca de 4.000 millones de colones, a la misma hora en que sufridos «220.000 dirigentes y simpatizantes socialcristianos se preparaban para sacar a votar a la mayor cantidad de electores posibles». Para colmo, Pacheco habría hecho un discurso ¡en chino! a quienes gozaban de la fiesta en el lujoso hotel Real Intercontinental. La foto que acompaña a la denuncia permite ver a un Pacheco fingiendo ser popular (come en el Mercado Central) para irse después (con un provecho de 43.500 colones que en su prisa el gacetillero identifica con 15 millones de colones «al tipo de cambio de ese día») a la criminal fiesta referida.

La transición entre agosto, mes de gatos, y septiembre, mes de la patria, parece marcar una inflexión significativa en la venezolización a la tica que experimenta la política costarricense. En la guerra contra Pacheco, o Chávez local, se pasó de la asociación del presidente con donaciones legales no declaradas, ilegales paralelas e ilegales clandestinas a sugerir su vinculación con maleantes y a cuestionar su moral. Este es el objetivo de la crónica (LN, 31/8/03) que denuncia a Pacheco por asistir a la boda de un hermano de la fugada Anita Vemon, sospechosa de evadir impuestos por cerca de 4.000 millones de colones, a la misma hora en que sufridos «220.000 dirigentes y simpatizantes socialcristianos se preparaban para sacar a votar a la mayor cantidad de electores posibles». Para colmo, Pacheco habría hecho un discurso ¡en chino! a quienes gozaban de la fiesta en el lujoso hotel Real Intercontinental. La foto que acompaña a la denuncia permite ver a un Pacheco fingiendo ser popular (come en el Mercado Central) para irse después (con un provecho de 43.500 colones que en su prisa el gacetillero identifica con 15 millones de colones «al tipo de cambio de ese día») a la criminal fiesta referida.
En el frente privatizador (nada ajeno a la guerra anterior) el exaltado director del consorcio mencionado reclama el mismo día como indispensable la intervención del ICE, el retiro absoluto de cualquier ley que intente fortalecerlo y el despido de su Presidente Ejecutivo y Junta Directiva. De no hacerlo, las consecuencias podrían ser «aterradoras». Al día siguiente, un editorial menos hormonal llama al Gobierno a «controlar al ICE», empezando por negarle financiamiento o declarar ese financiamiento ilícito vía Contraloría y Banco Central. Insurrección y guerra de posiciones.
Aislar y destruir al ICE. Aislar y destruir a Pacheco. Aislar y destruir a Chávez. Gran diferencia es que en Costa Rica los medios comerciales no logran conmover a las minorías plutócratas, ni a los partidos, ni a las capas medias para salir a bramar por las calles. Aquí se espera «aclaren los nublados del día». O cachaza o aprensión, dirán muchos. «Taiwán da para todos» pensarán otros.
Es cierto que, en política, Pacheco resultó autodestructivo por lo que hace, por lo que dejó hacer y por su frivolidad. Pero él no inventó la corrupción que se teje en torno a los candidatos y sin la cual «resulta imposible ganar». Si Pacheco va a la cárcel deberían acompañarlo varios expresidentes y sus equipos de campaña y gobierno, exhaustiva investigación, hecha por daneses, previa. Sancionaría una corte internacional. Los hermanos Arias y otras bellezas no pueden retornar sin más a Zapote. Todas las figuras políticas locales y muchos altos funcionarios deben rendir cuentas.
Y en cuanto al ICE, esperemos que no sea en este mes que se apague la patria.

  • Helio Gallardo
  • Opinión
Notas

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