Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
La sociedad actual vive momentos difíciles, que marcan una época muy confusa, cuanto más se exige transparencia, honestidad y rectitud, en el suministro de información verdadera, que contribuya en la formación de una mejor opinión pública, sobre diversos acontecimientos mundiales, más mentiras aparecen, tratando de distorsionar y manipular la realidad mundial. Pareciera que la tendencia es mundializar la mentira por parte del IMPERIO, para sacar provecho económico, político y militar, como el caso de la agresión al pueblo de Irak, que aniquiló a Naciones Unidas, en su papel de la paz, significando toda una arquitectura a la falacia universal.
Porque los hechos que antecedieron la agresión militar al pueblo de Irak nos demuestran cómo la Administración Bush utilizó enormes recursos propagandísticos: discursos, comentarios, manifestaciones en foros, reuniones y conferencias de prensa, en donde se destacaba que el gobierno de Sadam Hussein fabricaba armas de destrucción masiva, químicas, nucleares y biológicas (nunca presentó pruebas convincentes), con el propósito de crear las condiciones psicológicas, políticas y militares, en los países miembros de la Organización de Nacionales Unidas ( ONU), para con ello, lograr el aval y el respaldo del organismo internacional, independientemente del informe de la Comisión de Control, Verificación, e Inspección de la ONU (COCOVINU) y de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA); que se logró en el mes de noviembre del 2002, adoptándose un acuerdo sobre Irak, la Resolución 1441.
Pero después de varias semanas de inspecciones en territorio iraquí, la Comisión de la Organización de Naciones Unidas no pudo demostrar la presencia de programas de exterminio, como argumentaba constantemente el IMPERIO; sin embargo, el pretexto de la agresión estaba planteado, en el plano político- ideológico, expresado por la propaganda norteamericana, después de los acontecimientos del 11 de setiembre, que postula que los enemigos de Estados Unidos son terroristas; porque dentro de este concepto no hay otra alternativa, o están con Estados Unidos o contra Estados Unidos. Esta advertencia del gendarme universal, va dirigida a países como, Libia, Irán, Corea del Norte y Cuba, contra los cuales el Departamento de Defensa y el Pentágono fabrican sus propias mentiras y pretextos, para hacer uso de la fuerza militar y expandir su maquinaria de muerte y destrucción sobre importantes territorios geográficos en Asia y Medio Oriente.
Para ello, cuentan con un significativo aumento de su potencial bélico, como lo destaca el informe del Instituto Internacional de Investigación de la Paz (SIPRI), con sede en Estocolmo. El gasto militar en el mundo alcanzó los $ 794 000 millones, lo que supone un 2,5 % del Producto Interno Bruto ( PIB) mundial. Un 43 % del total correspondió a Washington (un 7 % más que en el 2001) como consecuencia del aumento de un 10% del gasto en defensa del 2002, por parte de la Administración Bush, alegando razones de seguridad nacional e internacional.
Aún así este programa armamentista preocupa a la sociedad mundial, por las graves consecuencias contra la paz, la soberanía y los derechos humanos de los pueblos. Que hoy por su posición beligerante, contra las pretensiones del IMPERIO ven amenazado su futuro.
Sin embargo, la falsedad y falta de credibilidad de los informes en que se basó la decisión de ir a la guerra, ha desatado una tormenta política, tanto en Washington como en Londres, donde el futuro político del primer ministro Tony Blair, tiene un panorama sombrío; muchos piden su dimisión, máxime que al parecer la muerte del investigador David Kelly está relacionada con la política de manipulación informativa del gobierno británico. Por otra parte, la opinión pública británica cree que se exageró las informaciones sobre las supuestas armas de destrucción masiva iraquíes, que no aparecen por ningún lado.
Ante este panorama lleno de incertidumbre, amenazas de agresión y malintencionado manejo de la información, en el cual se perfila un nuevo desorden internacional, en que prevalezca la «ley del más fuerte» y «la falsedad universal», es imperativo el fortalecimiento del movimiento ciudadano global que tuvo un papel protagónico en la lucha, contra la intervención militar en Irak, capaz de incidir en las decisiones políticas, que puedan tomar los gobiernos, a través de la resquebrajada ONU, en la denuncia de esta política de desinformación criminal y genocida de la Casa Blanca, el Pentágono, y el Departamento de Estado, de ayer y hoy contra los pueblos libres del mundo.
Este documento no posee notas.