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El jugador de baloncesto Minor Arias ha combinado exitosamente estudio y deporte en la Universidad de Costa Rica.
El deporte y el estudio pocas veces van de la mano, aunque en el equipo de baloncesto de la Universidad de Costa Rica (UCR) encontramos una de esas excepciones: el jugador Minor Arias Delgado.
Este estudiante de licenciatura en Farmacia de la UCR y bachiller en Administración de Empresas de una universidad privada, destaca no sólo por su alto desempeño académico, sino también por ser el único seleccionado nacional que milita en el equipo universitario.
A sus 28 años, Arias tiene una amplia trayectoria en el baloncesto nacional. Se inició en el equipo del Colegio Seminario cuando tenía 16 años, edad considerada tardía para comenzar en un deporte en el que la mayoría empieza a los 12 años.
«Me costó mucho el comienzo, porque yo era futbolero cien por ciento, pero me encantó ese deporte del que no sabía nada. Partí de cero a la par de muchos jugadores que ya tenían varios años de experiencia, y de ellos trataba de aprender; cuando había faltantes eso me impulsaba a esforzarme y superarlos. Siempre fui muy terco.»
Participó en los juegos nacionales San Ramón 90 y en las sucesivas ediciones, al tiempo que fue seleccionado juvenil y sub 21.
Finalizado el proceso de Juegos Nacionales, Arias pasó a las filas del Liceo de Costa Rica, donde tuvo roce con jugadores de renombre como Jorge Arias Tuck y Jimmy García.
Arias fue seleccionado nacional mayor para los Juegos Centroamericanos de El Salvador, y más recientemente para el Centro Básquet en México. Durante todo ese tiempo no dejó de lado al equipo celeste con el que jugó en segunda y primera división; además, ganó medalla de oro en la edición anterior de los Juegos Universitarios (JUNCOS).
Respecto a la escuadra de la UCR, recordó la unión del grupo donde se juega por amor al baloncesto y no por el interés económico. «He tenido ofertas de otros equipos pero he encontrado que en la U se preocupan porque estudie y los que estamos allí tenemos al deporte como un complemento para la formación personal, no como una forma de ganarse la vida».
Si bien los resultados de la UCR en el campeonato de primera división no han sido los mejores, Arias considera que se debe a la falta de fortaleza en las alturas y principalmente a la juventud del equipo, del cual tiene grandes expectativas por el buen proceso que llevan en la formación de jugadores.
Se describe como un jugador rápido a pesar de su altura (1.95 m.), que sabe combinar sus dotes de poste con las funciones propias de un alero, entre las que destaca su buen tiro. Pero por sobre todo, resaltan las ganas a la hora de jugar; es una persona muy emotiva y trata de contagiar de esa emotividad a los demás dentro de la cancha.
Con estas características, el espigado jugador se ganó el respeto y admiración de sus compañeros, quienes votaron por él para que reciba un reconocimiento a su liderazgo; el premio aún no le ha sido entregado.
ESFUERZO Y ESTUDIO
En su faceta de estudiante, Minor es una persona de habilidades e intereses diversos, pues además de sus dos carreras, siente una gran afición por las computadoras y su mantenimiento, labor que desempeña en su trabajo para la compañía BTC, a pesar de no tener estudios en informática o sistemas.
«No estudié informática porque encontré en Farmacia la posibilidad de tener contacto con las personas y tener en mis manos el conocimiento que pueda ayudar a mitigar su dolor. Me interesa mucho la gente y quisiera saber si el consejo que pueda darles funcionó.»
De esta forma encontró una disciplina que integra muchos de sus intereses, como el estudio de la química, pero a la vez le ha costado bastante, pues es una carrera que exige mucha dedicación y mucha memoria, mientras él prefiere el estudio analítico.
Entre sus aficiones están la práctica del ciclismo y la lectura de «libros que te compenetran», como las novelas de Isabel Allende o los libros de Paulo Coelho. También tiene «arrebatos de escritor», que no son más que la expresión de su forma de pensar.
Si bien no ha recibido reconocimientos en la parte académica, afirmó que sus notas se han mantenido entre las más altas, e incluso en la Universidad Internacional de las Américas (UIA), la beca deportiva que se asigna sólo por un año, le fue renovada por su alto desempeño académico.
Al hacer una comparación entre la universidad pública y la privada, indicó que existe una gran diferencia académica y en la formación de profesionales de calidad; aunque reconoció que en las privadas se dan mayores facilidades al estudiante.
«Estas últimas dejan en el mercado a muchos jóvenes profesionales sin una formación plena, te dan un conocimiento, pero la verdad no te forman. Nunca hay problemas de nada mientras se tenga el dinero para pagar el cuatrimestre,» dijo.
MAS APOYO
Arias expresó la necesidad de que la Universidad de Costa Rica elabore mecanismos que estimulen y faciliten más la labor del estudiante que practica deporte, en lo referente a flexibilidad de horarios y una reposición adecuada de lecciones y exámenes.
«En la Universidad no se ve al estudiante que hace deporte como algo positivo; no se le reconoce el esfuerzo de llevar una carrera y además, realizar una actividad que es provechosa en un nivel competitivo normal, no como una carrera.»
También recalcó la necesidad de tener cuidados médicos más adecuados para las lesiones de los deportistas, pues si bien se cuenta con un fisioterapeuta, se necesita también un ortopedista y los medicamentos adecuados para lesiones graves.
Sobre el baloncesto nacional, señaló que va por buen camino mientras no se repitan errores del pasado, como saturar de estrellas un equipo e inflar el deporte económicamente. Además, indicó que la Selección Nacional necesita una mejor preparación en entrenamientos y fogueos, si se quiere tener mejores presentaciones en el ámbito internacional.
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