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Para qué confites en los infiernos

Hoy en tiempos de globalización económica, o más bien, como afirma Su Santidad Juan Pablo II, de Capitalismo Salvaje, los pregoneros del neoliberalismo nos hablan de la libertad individual, de cómo con la libre empresa el país sale del estancamiento.

Hoy en tiempos de globalización económica, o más bien, como afirma Su Santidad Juan Pablo II, de Capitalismo Salvaje, los pregoneros del neoliberalismo nos hablan de la libertad individual, de cómo con la libre empresa el país sale del estancamiento.
Pero ¿cuál es la realidad de los hechos?,  ¿en qué se ha beneficiado la clase trabajadora de las políticas neoliberales?
Los neoliberales que nos han gobernado, no les ha temblado la mano para despedir gente del sector público, pero para no llamarlo a eso despido, con lenguaje elegante le llaman movilidad laboral.  La mayoría de trabajadores que han sido despedidos de esta forma, no han encontrado trabajo estable en otro lugar, entonces para sobrevivir han tenido que convertirse en taxistas piratas, vendedores ambulantes, dependientes de comercio y creando microempresas las cuales en la mayoría de los casos han ido a la bancarrota porque no hay posibilidades de mercadear sus productos a satisfacción.
La situación es de tal magnitud, que el así denominado sector de la economía informal, es hoy por hoy, un segmento de población considerable, y recuérdese que quienes laboran en estas condiciones no poseen seguro social, no cotizan para ningún régimen de pensiones, no tienen vacaciones, ni aguinaldo, ni salario escolar, es decir, los niveles de condición de vida sin exagerar son deplorables.
A lo anterior, debemos agregar que con el neoliberalismo y la globalización económica, ha crecido sustancialmente problemas sociales como el fenómeno de los/as niños/as de la calle, hoy es normal toparse infantes vendiendo flores a altas horas de la noche, ofreciendo otros productos como lápices, chicles, productos alimenticios; son personas que difícilmente hacen los tres turnos de comida al día, con los consiguientes niveles de desnutrición que esto conlleva.  Los datos son altamente preocupantes en lo que se refiere a la deserción escolar; y como problemática aparejada a ello se ha fomentado la prostitución infantil a lo largo y ancho del territorio nacional, funcionan redes altamente organizadas las cuales se benefician de modo considerable desde el punto de vista económico.
No podemos pasar inadvertido, el hecho de que en las últimas décadas ha habido una embestida contra toda la legislación social por parte del mismo gobierno, como del sector empresarial.  Dicha embestida se pone de manifiesto con las siguientes situaciones:  1)  Irrespeto a la jornada laboral de ocho horas,  2)  El Código de Trabajo se ha convertido en letra muerta,  3)  El Capítulo de Garantías Sociales de la Constitución Política no es más que un adorno en el ordenamiento jurídico nacional,  4)  Aunque las Convenciones Colectivas de Trabajo, tienen rango de ley entre las partes, hay una persistente compaña por eliminarlas de raíz,  5)  Hay una persecución sindical constante, y en donde se pretende conformar un sindicato ahí mismo los/as trabajadores/as que lo intenten son despedidos/as de manera inmediata,  6)  Imponen los arreglos directos de trabajo y quien no lo acepte le aplican la cesantía del empleo,  7)  Hay en la práctica una desregulación laboral, la cual viola en todos sus términos la Constitución Política y leyes laborales.
En este orden de cosas, dónde que la susodicha Democracia Centenaria del Jardín de Paz y de la Suiza Centroamericana, ese no es más que lenguaje vacío y aquí lo que impera es la Ley de la Selva contra la clase trabajadora.

  • Gerardo Contreras
  • Opinión
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