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Fabio Parreaguirre, director de Planificación y Mercadeo de Telecomunicaciones del ICE.
Si se ponderan factores como tarifas, cantidad de usuarios en proporción a sus habitantes, y calidad de los servicios, los costarricenses disfrutan de un sistema de telecomunicaciones que ocupa los primeros lugares entre los países latinoamericanos. Esto a pesar de mantenerse en manos del Estado y a las trabas impuestas por los últimos gobiernos.
Estos servicios, brindados por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), mantienen la competitividad comercial al comparárseles con los de naciones de Latinoamérica y del mundo, según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Además, al estar en manos estatales se pueden aplicar subsidios que permiten a prácticamente toda la población disfrutar de los servicios, sin importar la lejanía geográfica o las limitaciones económicas, detallaron José Fabio Parreaguirre -director de Planificación y Mercadeo de Telecomunicaciones- y Dennis Villalobos -director de Proceso de Estudios Económicos-, del ICE.
De acuerdo con un estudio reciente elaborado por Planificación y Mercadeo de Telecomunicaciones sobre la región latinoamericana, los resultados muestran que «luego de más de una década, el brillo de las privatizaciones se ha ido opacando».
Dicha evaluación indica que «actualmente Latinoamérica enfrenta el difícil hecho de que no mucho más de un tercio de los hogares de la región poseen un teléfono. Luego de los primeros años que siguieron a la privatización, las inversiones en la red de líneas fijas realmente cayeron en muchos países».
El mencionado análisis compara los resultados obtenidos por el monopolio del ICE sobre las telecomunicaciones y los que arrojan Argentina, Chile y México, en donde fueron privatizadas desde hace varios años.
Los datos que aporta la investigación permiten tener mayores criterios en torno a las bondades o desventajas de que las telecomunicaciones estén en manos del Estado o bien del sector privado, como lo desean algunos sectores costarricenses y como lo promueven los delegados estadounidenses en el Tratado de Libre Comercio (TLC) que negocian con Costa Rica y Centroamérica.
Cabe recordar, que el representante comercial de Estados Unidos -Robert Zoellick- visitó el país el pasado 1 de octubre y advirtió que Costa Rica podría quedar fuera de dicho convenio si no se da aquí una apertura comercial de las telecomunicaciones.
COMPARACIÓN
El tema de la privatización del ICE no es visto con buenos ojos por la mayor parte de la población costarricense y así ha quedado patente en diversas encuestas, aunque en algunas recientes se favorece una apertura parcial como forma de mejorar los servicios.
Lo que falta por determinar es si la ciudadanía estaría dispuesta a pagar el incremento que normalmente se da cuando se abre al sector privado la prestación de estos servicios, tal como ha ocurrido en otros países.
De acuerdo con el referido análisis comparativo de las telecomunicaciones en Argentina, Chile y México, la privatización no es sinónimo de mayores beneficios para el usuario, y Costa Rica es un claro ejemplo de ello, al «codearse» con las citadas naciones, pese a su monopolio y a la desigualdad respecto al desarrollo, tamaño y recursos económicos que estas poseen.
«En cuanto a los precios de todos los servicios, encontramos que Costa Rica en general presenta una muy buena posición; esto por cuanto en la mayoría de los casos, o estamos en la primera posición o somos el segundo país con los mejores precios, para beneficio de la sociedad», sostiene el estudio basado en datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones de 2001.
En el caso de Panamá, «el nivel y calidad del servicio sin duda ha mejorado. Hoy los tiempos de instalación y reparación de líneas son mucho menores y hay mas disponibilidad de servicios, aseguró José Alberto Lisac, gerente la empresa informática GSI, al preguntársele acerca de los cambios ocurridos allí a raíz de la privatización de los servicios, ocurrida en 1997.
Lisac detalló que en materia de telefonía residencial hay diversas tarifas, de las cuales la más baja es de $5 dólares por mes (¢2.050) más 1 centavo por cada minuto hablado (¢4,10). En Costa Rica, la tarifa básica residencial es de ¢1.650 y el minuto en horario pleno cuesta ¢3,25.
Mientras tanto, el empresario explicó que en telefonía celular el servicio vale $39 (¢16.000) con derecho a 200 minutos de conversación; después de este tiempo cada minuto hay que pagarlo a un promedio de $0,12 (¢49). En nuestro país, la tarifa básica de los móviles ronda los ¢3.400 con derecho a 60 minutos de uso; cada minuto adicional vale ¢30 en hora plena.
En Panamá se eliminó el pago de un monto por depósito al obtener una línea. Sin embargo, para tener acceso a las llamadas internacionales se debe pagar un depósito de $100 o poner a responder una tarjeta de crédito.
Uno de los factores que afectan las tarifas en Costa Rica es que en razón de las «amarras» financieras que los últimos gobiernos le han impuesto al ICE, este ha recurrido al alquiler de equipos con opción de compra («leasing»), como sucede con la telefonía celular, puntualizaron Parreaguirre y Villalobos.
Este modelo de operación encarece los costos para la institución y por ende para los usuarios, ya que las tasas de interés que deben pagar son más altas que si adquirieran un préstamo de un organismo financiero para comprar los equipos.
Por otro lado, destacaron que «en la teoría económica, un monopolio es nefasto para la sociedad; pero, un monopolio estatal, regulado de la manera que lo ha sido el ICE, y trabajando como lo ha hecho, lo que ha logrado es un beneficio para toda la sociedad».
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