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«Podrán hacer la guerra,
pero han de saber que son asesinos,
que así los llamarán los chicos de todo el mundo.»
(Ernesto Sábato)
El título pareciera un juego de palabras. Se trata de vocablos que fonéticamente suenan parecidos. Como cualquier palabra, tienen significado; designan una cosa o idea. En este caso son nombres propios. Veamos qué representan.
Probablemente Bush nos sea más familiar(?) que Bosch. Primero por George Bush padre, que fue presidente de Estados Unidos (´89-´93), y segundo por George W. Bush hijo, actual presidente de esa nación. Pero esto de sernos familiar no es porque estos hayan sido generosos con el mundo, aportando algo a la cultura universal; como ofrecer conocimientos o saberes intelectuales y/o artísticos o dado clases en alguna escuelita o escrito algo así como The English Roses de Madonna o My Side de Beckham (para no ser tan exigentes.) Nada de esto.
Por cuestiones de espacio, abreviemos. El padre tiene en su currículo la invasión militar a Panamá (´89) y la guerra del Golfo contra Iraq (´91.) Antes había sido director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), desde donde orientó las actividades terroristas de la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), la cual ordenó el secuestro y desaparición de dos funcionarios de la Embajada cubana en Argentina, Crescencio Galarraga Hernández y Jesús Cejas Arias, cuyos cadáveres fueron lanzados en los cimientos de una obra de construcción el 9 de agosto de 1976.
¿Cuál es el currículo del hijo? El lector debe saber más que quien escribe estas líneas. Para no redundar sobre este señor pacífico, manso y benévolo, refirámonos a dos situaciones recientes. La primera, cuando le informaron que en el mundo entero, artistas, escritores, científicos, intelectuales y premios noveles se manifestaban en contra de la guerra en Iraq, él creyó que se trataba de una profusión de moscas y cucarachas que le zumbaban los pies. La segunda, cuando la prensa internacional informó que los aliados habían destruido los 170.000 objetos del Museo Nacional de Iraq (la mayor colección de antigüedades de Sumeria, Babilonia y Asiria en el mundo), nunca entendió cuál era la pérdida. Aquí habría que hacer una paráfrasis libre del texto bíblico: ¿para qué darle las perlas a los cerdos?
Terminemos ocupándonos de Bosch. ¿Quién es este señor? Se trata del pediatra Orlando Bosch. A quien de nada le sirvió especializarse en enfermedades infantiles. Se convirtió en uno de los terroristas intocables de la CIA. Fue el creador de la CORU. Considerado con Luis Posada Carriles -hoy preso en Panamá- en el cerebro del atentado de 1976 contra el avión de Cubana (mataron 73 personas inocentes), purgó 11 años de cárcel en Venezuela. En 1989 en Miami, el Departamento de Justicia ordenó su deportación por terrorismo; sin embargo, gracias a que Bush padre, era director de la CIA en la época del atentado, ordenó al Departamento de Justicia en 1990 que rescindiera la orden de deportación. Favor con favor se paga. Gracias a papá Bush, Bosch fue liberado y desde entonces se pasea libremente por las calles de Miami. Desde donde coordina nuevos atentados contra Cuba.
Juzgue el lector si esto es un juego de palabras. ¿Cuán distintos son y cuán distantes están estos señores? Saque usted sus propias conclusiones.
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