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Ottón Solís: Desconfío de negociadores

El líder del Partido Acción Ciudadana (PAC) considera urgente hacer cabildeo en congreso estadounidense.

El líder del Partido Acción Ciudadana (PAC) considera urgente hacer cabildeo en congreso estadounidense.
«Robert Zoellick sabe que telecomunicaciones no va. Lo que quiere es elevar la posición negociadora para sacar provecho en los temas agrícola y de propiedad intelectual», destacó Ottón Solís.
La inexistencia de una absoluta claridad en las negociaciones que se efectúan en el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica y Estados Unidos le genera al principal representante del Partido Acción Ciudadana (PAC), Ottón Solís, un sinsabor que llega a sospecha: si será que los negociadores costarricenses ceden más de la cuenta y piden a los estadounidenses ciertas presiones para favorecer a poderosos grupos locales.
Para el economista, quien fue candidato presidencial en los pasados comicios, es lamentable que la Sala IV haya votado negativamente un recurso de amparo que permitía el acceso a los borradores de negociación que manejan los jerarcas del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX).
Esto le parece peligroso porque no permite un control ciudadano o político directo, como se da en los cuartos adjuntos de lectura de estos textos en Honduras y en El Salvador.
En una entrevista concedida a UNIVERSIDAD el 15 de octubre, Solís destacó que el TLC tiene un interés más geopolítico que comercial para EE.UU., una convicción que trajo luego de una visita hecha al congresista estadounidense Sander Levin, quien es el presidente del Comité de Finanzas que le da el «sí» o el «no» a este tipo de convenios en el país más rico del mundo.
La visita a este y otros altos personeros fue hecha entre el 9 y 10 de este mes.
«No se ha hecho un buen cabildeo en Washington, lo cual me parece urgente», tal vez la única forma de revertir los efectos más perjudiciales que el tratado pueda tener sobre los sectores que quedarán muy vulnerables de primera entrada, entre ellos, el agrícola, aseveró el político.
De seguido un resumen de la entrevista.

¿Cuáles son los resultados de la reunión que usted sostuvo con el congresista Sander Levin, presidente del Comité de Finanzas del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica y Estados Unidos?

-Hay  una comprensión de que el TLC tiene sentido de que es para el desarrollo de Centroamérica, que los intereses de Estados Unidos son geopolíticos, como evitar migraciones, o bien que transite de Colombia hacia Norteamérica el tráfico de drogas. Mi conclusión es que no se ha hecho cabildeo en Washington por parte de las autoridades locales.
Este congresista había sido visitado por gentes de otras naciones de América Central, excepto del país. Fui la primera persona en irle a hablar del tratado.

Pero una delegación del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX) había ido en setiembre a Washington para visitar a senadores y congresistas. ¿Cómo es que no visitaron al presidente de ese comité si es tan importante?

– Es algo sorprendente, no sé a quiénes visitaron. Quizá ha habido un mal cabildeo o no se ha hecho, pues antes debemos sentarnos y decidir lo que queremos, ver las diferentes vertientes de cabildeo en Washington, la prensa, la academia, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), congresistas de diversa persuasión conceptual e ideológica.
Ha faltado una seguridad en nuestros intereses. Centroamérica y Costa Rica dicen que el TLC está bien como está y entran a negociar sin cuestionarse nada.
Otra señal del estilo negociador extraordinariamente raro que nos embarga es que los presidentes centroamericanos hayan ido a Estados Unidos y tuvieran una reunión individual cada uno como de dos minutos con el presidente George W. Bush para hablar del tratado y un encuentro grupal de 20 minutos.
Eso revela realmente un mensaje a Estados Unidos: «Mire, por favor, lo que quieran darnos, dénnoslo». La tercera señal inconveniente es que no se haya hecho cabildeo, es decir, aquí hay expresidentes del istmo que debieron haberse nombrado como embajadores honorarios para esta tarea.
Washington no es un bloque monolítico, hay congresistas de ultraderecha, de izquierda, de centro, existen muchas ONG, una prensa vibrante con diferentes puntos de vista, hay academia.

Algunos sectores cuestionan el papel de los negociadores costarricenses por considerarlos proclives a la posición de Estados Unidos, lo cual afectaría su papel de contrapeso en los intereses nacionales. ¿Siente que esto tiene que ver con esa falta de cabildeo?

– Los negociadores del COMEX son gente muy capaz, que saben de comercio internacional, pero la negociación de un tratado de este tipo no puede estar en manos de personas que no dan la información.
Como no han dicho cuáles son los límites, ignoramos cuál es su pensamiento, si quieren promover una apertura o no.
Ahora noto que cuando Zoellick viene y habla de telecomunicaciones toda Costa Rica se encuentra disgustada. Pero viene un expresidente y lo que parecía unido, lo muestra desunido y dice que sí se vale abrir telecomunicaciones. Y bueno, la regla «Divide y vencerás» ha sido importante.


Zoellick fue muy claro en su posición del 2 de octubre aunque el Ministro de Comercio Exterior, Alberto Trejos, dijo que el presidente mantenía no abrir las telecomunicaciones. Pero al día siguiente manifestó en El Salvador, a la agencia AFP, que se meditaría en la posibilidad de trabajar una «solución». ¿Cómo interpreta ese giro?

– Es debilitar la posición nacional. Hay un problema: Anabel González, Jefa Negociadora de la Delegación de Costa Rica ante el TLC ha dicho que los tratados son buenos en sí mismos. Creo que no es así y por no decir qué piensan es que uno tiene desconfianza, si serán ellos los que le estarán sugiriendo a los estadounidenses qué pedir. ¿Cómo es que Robert Zoellick, el secretario de comercio de los Estados Unidos sí dejó esto con claridad desde el 22 de agosto, cuando en una carta expresó lo que exactamente quería?

¿Considera que la oligarquía nacional presiona para que se den aperturas claves como la de telecomunicaciones?

– La visita de Zoellick no tiene que ver con telecomunicaciones. Los Estados Unidos saben y los sectores nacionales que quieren la apertura que el presidente Abel Pacheco dijo en campaña: «Esto no se va a dar», ¿cómo lo va a hacer ahora? ¿Cómo va a pactar con extranjeros lo que no acordó con nacionales? Eso sería un absurdo antidemocrático.
Zoellick sabe que telecomunicaciones no va, lo que quiere es elevar una posición negociadora para lograr algo en propiedad intelectual y en agricultura.

¿Qué desearía EE.UU. obtener en esos campos?

– Quiere en propiedad intelectual que se destruya la industria tica de los genéricos en agroquímicos y medicamentos, para que los productos de marca norteamericanos se apropien del mercado con un enorme costo para la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y para los agricultores.
Zoellick andaba atrás de una apertura en agricultura.


Usted dice que los estadounidenses no andan detrás de las telecomunicaciones. Pero Internet Avanzada es el negocio del futuro porque la telefonía será satelital y ya no solo fija o celular. ¿Podría el gobierno conceder esto que parece inocente y así evitar una revuelta popular?

– Hay sectores nacionales e internacionales que desean ciertos sectores de telecomunicaciones. Espero no estar engañado en que el Presidente mantendrá su posición de que la apertura se deja de lado, sería una imprudencia que se haga en esta etapa de la negociación.

El exmandatario Óscar Arias ya se manifestó a favor de la apertura en este campo, igual que lo está haciendo un importante sector empresarial. ¿Le parece reveladora la posición del Premio Nobel de la Paz?

-Desde hace años vienen presionando por la apertura en telecomunicaciones y van a aprovechar cualquier circunstancia -la amenaza de ser dejados por fuera de un TLC- como la excusa perfecta, igual que aprovecharon la visita de Zoellick para presionar por la apertura y crear todo un ambiente hacia ese cambio.

¿Es para el gobierno estadounidense este TLC más geopolítico que comercial?

– Para Estados Unidos es más geopolítico. Pero se ha caído en el juego de hablar sobre «las toneladas de acero», de «las libras de carne», de «los años de desgravación», porque sectores interesados en Estados Unidos se han aprovechado de la falta de la vigencia de esos factores geopolíticos para presionar a los negociadores y Centroamérica ha aceptado eso, en lugar de hacer el trabajo en el congreso estadounidense.


¿Qué posición les captó usted a los congresistas en Estados Unidos sobre este tratado?

– Hay un sector de derecha, muy conservador, republicano, que no le gusta la ayuda a otros países.
Existe otro que considera que este tipo de tratado les quita empleos, especialmente en áreas agrícolas y textiles. Pero la mayoría de los representantes es muy consciente de la geopolítica, tienen una sensibilidad hacia los países del Tercer Mundo y ven en el mediano plazo las ventajas de una Centroamérica desarrollada.
Hay periódicos muy sensibles como el Washington Post, académicos y Organismos No Gubernamentales (ONG) muy dispuestos a ayudar.

¿Por qué solo visitó a un congresista y no a más?

– Quería hablar con el demócrata más poderoso en este tema, además me reuní además con Regina Vargo -la negociadora comercial estadounidense-, Michael Samuels -exembajador de EE.UU. ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) -, Heather Byrne -asesora personal del Vicepresidente de la República norteamericana, Dick Chaney – y Paul Travelli – Jefe para Centroamérica del Departamento del Tesoro -.
Otros fueron Maggy Bond -Jefa para el istmo del Departamento de Estado- y Linda Jewell -Subsecretaria para Asuntos de este TLC para el Departamento de Estado-, así como representantes del Instituto de Política Económica. A todos les di a conocer la propuesta de la Plataforma TLC-PAC. (Ver cuadro adjunto: «Lineamientos críticos»).
En realidad a Estados Unidos iba a otra cosa, fui invitado por el Colegio de Abogados de Estados Unidos a dar una charla y aproveché el viaje.

¿Cree que pedir $7 mil millones para Centroamérica en los próximos cinco años como parte de esa plataforma es algo ilusorio?

– Esa suma, dirigida a cinco países y en el periodo citado, no son nada para EE.UU.


¿Por qué Ottón Solís no sale sino hasta ahora a hablar sobre este tema, igual que otros políticos?
¿No es un poco demagógico y oportunista?

– No sé por qué hasta ahora nos dieron «pelota». El documento sobre la plataforma PAC-TLC estaba redactado mucho antes de que viniera Zoellick.
Rechazo que hasta ahora le demos importancia al tema de telecomunicaciones y del tratado, es la prensa la que ha fallado. Me he reunido con el Presidente en dos ocasiones sobre este tópico, uno de los encuentros fue hace año y medio. Entregué un comunicado de prensa y no salió nada. Los medios no le han dado la debida importancia a esto. Después de cada ronda invitamos al Ministro de Comercio Exterior, Alberto Trejos y le informamos a la prensa. Siempre le preguntamos qué paso y es la misma queja de que no nos dice nada. Por eso es que uno está convencido de que el gobierno no quiere dar la información.

¿Qué hacer ante esto ya que la Sala Constitucional no permitió el acceso a los borradores de negociación?

– Se debe convocar a los expresidentes de Costa Rica y de Centroamérica, a Vinicio Cerezo (Guatemala), a Alfredo Cristiani (El Salvador), Violeta Barrios (Nicaragua), para hacer una brigada de exmandatarios que ejecute cabildeo en el congreso de Washington. Esto es urgente. Se podría hablar de nuevo con George W. Bush.

Lineamientos críticos


La Plataforma Básica del Partido Acción Ciudadana (PAC) sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) propone:

* Tomar en cuenta las asimetrías existentes entre los países participantes.
* Negociar con los productores agrícolas para la exclusión del programa de desgravaciones arancelarias de los productos altamente sensibles o para la adopción de mecanismos -contingentes o cuotas y salvaguardias generales, entre otros-.
* No deben ampliarse los beneficios existentes en el país para el disfrute del poder monopólico a los productos de marca en medicamentos o agroquímicos.
* El TLC debe permitir un periodo de gracia de 15 años para la aplicación de los compromisos en leyes laborales y ambientales de cada país.
* Este tratado debe introducir un acuerdo dirigido a abrir su mercado laboral a trabajadores centroamericanos.
* Costa Rica debe exigir un paquete de Cooperación No Reembolsable para ser girado en los próximos cinco años el cual asciende a $7.000 millones -destinado a la competitividad internacional-.
* No debe comprometer al país a privatizar servicios estratégicos o abrir monopolios estatales.

FUENTE: «Plataforma Básica del PAC y su fracción legislativa sobre el TLC entre América Central y Estados Unidos», 30 de setiembre del 2003.

  • Fernando López González 
  • País
Seguro Social
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