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¿»Ciencia versus «ciencia social»?

En la Universidad de Costa Rica,  se califica algunos conocimientos como ciencias o ciencias básicas y otros como ciencias sociales. En el Ministerio de Educación Pública se hace una distribución similar de las materias en el nivel de primaria y secundaria. Y en el Ministerio de Cultura se premia  obras  científicas,   excluyendo  disciplinas sociales; y las de este campo se incluyen en una  categoría residual de obras no-ubicables .

En la Universidad de Costa Rica,  se califica algunos conocimientos como ciencias o ciencias básicas y otros como ciencias sociales. En el Ministerio de Educación Pública se hace una distribución similar de las materias en el nivel de primaria y secundaria. Y en el Ministerio de Cultura se premia  obras  científicas,   excluyendo  disciplinas sociales; y las de este campo se incluyen en una  categoría residual de obras no-ubicables .
¿Cuáles supuestos, criterios y juicios hay tras de ese  uso de «ciencias» sin calificación -o  calificadas «básicas»- en comparación con «ciencias» calificadas «sociales»?¿Por qué  no  se designa o califica las primeras como «ciencia natural», similarmente a como se designa a las segundas como «ciencia social? ¿Será que aquéllas se acercan más al ideal científico que éstas?
Las dudas  anteriores  no son triviales. Se refieren a temas y juicios que tienen importantes consecuencias prácticas en la vida intelectual nacional. Por ejemplo, pienso que  transmiten a los estudiantes de todos los niveles la idea que las ciencias naturales son superiores a las ciencias sociales.  Además,  en la distribución de  reconocimientos que hace el Ministerio de Cultura,  los científicos naturales compiten entre ellos, en la categoría de «ciencias»; en cambio, los científicos sociales son relegados a competir con estudiosos de otras materias, en una categoría indefinida llamada «no-ubicable».

El problema con todo lo anterior es que las supuestas diferencias    entre «ciencia» (ciencia natural)  y «ciencia social»,  insinuando primacía o  superioridad de la primera respecto a la segunda,  carecen de fundamento. Y esto se debe a una confusión entre   «ciencia» y  «tecnología» , tanto en lo natural como en lo  social. Me explico:
La humanidad, mediante las disciplinas tecnológicas del área natural, ha adquirido  enorme capacidad para actuar sobre la naturaleza. Y esa capacidad se  confunde con «ciencia», la cual  pretende, no meramente influenciar, sino también  entender, interpretar y cultivar. Así, al conceptuar la tecnología, cada vez más como «ciencia»,  se renuncia a entender, interpretar y cultivar la naturaleza. Es posible mostrar que, durante  el  siglo XX , la tecnología  avanzó enormemente, mientras la ciencia  lo hizo relativamente poco. Por  ejemplo, el famoso estudioso de física Richard Feynman  decía que nadie sabe qué es «energía». Sin embargo se sabe cómo usarla en muchas formas,  algunas muy productivas y beneficiosas,  otras sumamente peligrosas y destructivas.
Por otro lado, con base en  disciplinas prácticas del área social,  la humanidad también ha adquirido  gran capacidad para controlar la vida social.  Por ejemplo, se sabe  organizar, operar y coordinar  millares   de empresas  productoras de mercancías,   así como  mantener  ciudades, naciones y uniones internacionales de millones  de personas. Inclusive un conocido sociólogo, Anthony Giddens,  ha dado razones para argumentar  que la práctica  social envuelve o supera la tecnología natural,  en el sentido que genera las estructuras  para operarla y dirigirla. Aún así,  los estudiosos de estas materias no suelen conceptuar las  prácticas sociales como «tecnologías», aunque cumplen todas las condiciones respectivas y guardan una relación con la «ciencia social» que es similar a la que existe entre  ciencia natural y tecnología natural.
¿Conclusión?  Las distinciones hechas en la Universidad de Costa Rica,  el Ministerio de Educación y  el Ministerio de Cultura  entre «ciencias»  (naturales) y «ciencias sociales», como se indicó al principio, no tienen base racionalmente sostenible, son anticuadas, engañosas y deben ser cambiadas cuanto antes.

  • Róger Churnside
  • Opinión
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