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La apertura en telecomunicaciones es vista por algunos expertos como el primer paso hacia la privatización.
Los conceptos de apertura y privatización en el campo de las telecomunicaciones son interpretados de distintas maneras, a la hora de analizar la condición que el gobierno estadounidense le impone a Costa Rica y Centroamérica para firmar el Tratado de Libre Comercio (TLC).
Especialistas consultados por UNIVERSIDAD acerca de si existen distintos conceptos técnicos para esos términos, dejaron en evidencia de que no hay consenso al respecto.
Este tema cobró gran relevancia, luego de que el representante comercial de Estados Unidos -Robert Zoellick- visitó el país el mes pasado y advirtió que Costa Rica podría quedar fuera del TLC si no se produce una apertura en las telecomunicaciones a cargo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Ante esta amenaza, el mandatario Abel Pacheco ha reculado en la posición que mantuvo meses atrás, de que las telecomunicaciones no serían objeto de negociaciones en el TLC, y ahora lo ve como muy posible.
En relación con este tema, Mayela Cubillo -directora de la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Costa Rica (UCR)- considera que «técnicamente hablando una apertura bien coordinada por un agente supervisor designado por el Estado, no representa ningún problema. Pero, en Costa Rica un grupo oligárquico presiona para abrir mucho más el sector de telecomunicaciones, porque desea participar activamente de algo que será un consecuente enriquecimiento».
Para ella, no se visualiza una transparencia que es necesaria porque el sector empresarial -entre los que se cuenta al expresidente de la República, Óscar Arias- desea ir hacia una privatización del ICE, cuya área de Internet Avanzada es el negocio del futuro, ya que ésta se utilizará en el futuro próximo para la telefonía por satélites. Los teléfonos fijos o celulares serán también proyectos rentables, pero con menores ganancias.
En este contexto, Cubillo estima fundamental que el país defina un modelo de desarrollo a partir del cual se decida cómo se dará una mayor apertura en telecomunicaciones.
«Esta es una apertura disfrazada. ¿Por qué no hablan de apertura en electricidad y solo en Internet Avanzada, celulares y banda ancha para ser utilizadas por las multinacionales? Es porque se trata de la posta de la carne lo que quieren aprovechar», aseguró.
La experta puntualizó que las privatizaciones se pueden dar bajo la figura de concesión, empresa mixta, cooperativas, asociaciones solidaristas, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y empresas transnacionales.
ES APERTURA
Por otro lado, para Verny Zamora -del Área de Planificación Estratégica del Sector de Telecomunicaciones del ICE-, sí existen diferentes conceptos de apertura, y la interpretación se da según el país en que ocurra.
En algunas naciones latinoamericanas -explicó- pensaron que la mejor manera de abrir este mercado era vender (privatizar) el sector de las telecomunicaciones, como ocurrió en Chile, Argentina y México.
En otras -agregó-, simplemente se hizo una apertura, aunque después tuvieron problemas en las regulaciones de los servicios.
Al pedírsele que aclarara la diferencia entre apertura y privatización, dijo que en la primera no hay venta de la entidad que presta los servicios, y las empresas entran al mercado con regulaciones o sin ellas. En la privatización se mantiene el monopolio por algún tiempo.
Zamora tiene fe de que en Costa Rica la eventual apertura vaya aparejada con el fortalecimiento del ICE, para que luego no se convierta en un simple cascarón que después desaparezca.
Más proclive a unas telecomunicaciones estatales, Henry Mora -director de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional (UNA)- expuso que la teoría de los bienes indivisibles del Estado hace que, independientemente de las posiciones ideológicas sobre apertura y privatización, involucre áreas que no deberían estar en manos privadas, como la salud, la seguridad y las telecomunicaciones.
«Desde los años 50 hasta ahora la economía de Costa Rica ha sido mixta, pero está cambiando hacia un modelo más consumista y capitalista. Lo bueno que aún nos queda en educación, vivienda, agua -en las que el país ha hecho grandes inversiones-, debe replantearse, pero no entregarse a un monopolio privado», advirtió.
UN ICE DOMINANTE
Mientras tanto, para Alexánder Mora -vicepresidente de la Cámara de Exportadores y presidente de la Cámara Nacional de Productores de Software- en el tema de la apertura de las telecomunicaciones podrían haberse dado problemas de entendimiento entre quienes negocian por el país.
Explicó que algunos de las nichos comerciales que el gobierno estadounidense pidió abrir, como Internet, banda ancha para celulares y redes corporativas, ya están abiertos. Lo que sí está monopolizado por el ICE es el acceso o conexión a estos servicios, excepto las redes corporativas.
Mora aclaró que en un proceso de privatización sería vendido el ente estatal que presta los servicios. Entretanto, en una apertura este continúa ofreciéndolos pero con competencia por parte de otras empresas.
La apertura dejaría al ICE y a RACSA como operadores dominantes y alquilando su infraestructura a los otros prestadores de servicios, ya que es una inversión muy alta que éstos difícilmente harán por su cuenta.
Mora precisó que en otros países se dio la privatización porque la infraestructura era muy deficiente, que no es el caso de Costa Rica, en donde sí es competitiva y lo que hace falta es hacer ciertas inversiones menores. Por ejemplo, «si la red avanzada de Internet estuviera implementada, todo esto se hubiera evitado y en la práctica se hubiera demostrado que el modelo monopolístico era capaz responder a las necesidades de los tiempos y de ponerse al día con la tecnología».
Para evitar malentendidos en el TLC, Mora propone que en el caso de Costa Rica a los negociadores se les apoye con expertos en telecomunicaciones, pues «es muy riesgoso que esto vaya a ser tratado por las mismas personas que negocian el TLC, porque no tienen ningún conocimiento técnico».
En algunos aspectos coincidió con Mora el Ministro de Comercio Exterior, Alberto Trejos, quien aseveró que un proceso de apertura como el actual no implica una privatización «demoledora» y más bien se promoverá la competencia.
Aunque no está en contra de una supervisión estatal con una entidad de control al estilo de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (ARESEP), no comparte la tesis de que la apertura en telecomunicaciones es el primer paso hacia una privatización.
Para el jerarca, lo adecuado es hacer una vigilancia muy cercana, para definir cómo se abre el mercado. En esto coincidió con la estrategia propuesta por Óscar Arias, quien es uno de los participantes nacionales en la cogeneración privada de electricidad.
«Desconozco que se esté dando una alianza entre grupos empresariales del país y compañías norteamericanas. En lo que respecta a las negociaciones, hemos actuado solo bajo las directrices trazadas por el Gobierno», destacó.
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