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Los peligros del plomo en la sangre

Manuel Zamora  Mora tuvo problemas con el plomo cuando trabajaba en una fábrica de baterías.

Manuel Zamora  Mora tuvo problemas con el plomo cuando trabajaba en una fábrica de baterías.
Estudios   toxicológicos,   epidemiológicos,  bioquímicos  y  fisiológicos,  demuestran  que el  plomo tiene efectos dañinos para la salud humana, en especial en las personas expuestas a diversas concentraciones de este metal en el ambiente de trabajo.
En nuestro país están principalmente quienes trabajan en la fabricación de baterías de carros, ya sea en una fábrica, un taller o el patio de su casa.
Así lo planteó Marta Sánchez Molina,  microbióloga jefa del Laboratorio de Nefrología e Investigación Clínica,  ubicado en el Hospital San Juan de Dios, en el cual se sigue desde hace varios años  la situación de la población respecto a las concentraciones de plomo en la sangre.
Los resultados de las últimas investigaciones los dio a conocer Sánchez durante una conferencia dictada en  la Universidad de Costa Rica, organizada por la Escuela de Tecnologías en Salud.
Según estos, las concentraciones de plomo en la sangre de la población han bajado considerablemente a raíz de la eliminación en los años 90 de la gasolina y la pintura plomadas, así como la soldadura de plomo. Esto significa que desde entonces Costa Rica tiene menos contaminación por este metal en el aire, pues esas eran las principales fuentes.

CONTAMINACION
 
Sin embargo, ahora el foco mayor de contaminación son las  industrias en  cuyos procesos interviene  el plomo, como la minería, las  fundiciones, la combustión del carbón , las fábricas y talleres caseros de baterías para autos.
En estas dos  últimas, los trabajadores y sus familiares presentan altas concentraciones de plomo en la sangre, por encima de los rangos permitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son de hasta 40 miligramos por decilitro de sangre (mg/dl). De 41 a 60 mg/dl lo  establece de inaceptable y  como peligroso cuando rebasa los 60 mg/dl.
Según Sánchez, en 1986 la población que labora en estas fábricas presentaba niveles de 66 mg/dl, los cuales se redujeron en 1996 apenas a 59 mg/dl y en 2001 fueron de 58 mg/dl.
En los talleres caseros que se improvisan en los patios  o cocheras de las casas, en el estudio de 2001, se encontraron concentraciones de 61.5 mg/dl en el encargado y de 41.7 mg/dl en su compañera. Los infantes presentaban altas concentraciones: 79.4 mg/dl quienes tenían 5 años, 82 mg/dl  los de 3 años y 111.8 mg/dl los menores de 1 año. Todos ellos con contaminación tipo envenenamiento con serias secuelas.
Tanto en las fábricas como en los talleres caseros ha costado mucho censar la población afectada por la contaminación de plomo, debido a que temen su detección por cuanto esta refleja el mal manejo y la ausencia de medidas de protección como guantes, máscaras y botas.
 
INFANTES MAS AFECTADOS
 
Sánchez explicó que quienes resultan más afectados  son las personas menores, pues a menos edad mayor concentración de plomo en la sangre y más daño,  ya que son más sensibles a la toxicidad.
Agregó que Costa Rica es uno de los países que ha logrado rangos más bajos de  plomo  en la sangre de sus infantes, pero todavía se dan casos de muerte por esta contaminación.
Distintos  grados de exposición a este elemento pueden reducir de modo significativo el coeficiente intelectual  en la edad escolar.
Si bien al respecto hay estudios en otros países, en Costa Rica no se han hecho porque en el Hospital Nacional de Niños, donde se llevan las estadísticas sobre la contaminación infantil con plomo, ninguna persona se ha interesado en hacer los tests de coeficiente intelectual a esta población, advirtió Sánchez.
También se ha asociado la exposición infantil al plomo a trastornos de comportamiento como  agresividad  y desórdenes de la atención, en edades que van de los 7 a los 11 años.
Así mismo, retardo en el desarrollo psicomotor, anemia, epilepsia  parcial secundaria y falla para progresar.
El plomo afecta también el desarrollo neuroconductual del recién nacido, lo que puede ser severo y prolongarse más  allá de la  infancia. Una concentración de plomo  mayor que 10  mg/dl en el  cordón umbilical se correlaciona con una deficiencia del desarrollo temprano y malformaciones congénitas.
 
AFECTA TODOS LOS SISTEMAS
 
Una alta concentración de este metal puede afectar el cerebro de las personas, los procesos bioquímicos y los principales sistemas sensitivos como es el reproductor, al ser causa de impotencia, esterilidad y  abortos.
También daña el sistema renal (fibrosis intestinal, daño de los riñones), el cardiovascular  (mayor  presión sanguínea,   hipertensión, embolias e  infartos al miocardio), el neurológico (irritabilidad, insomnio, vértigo, apatía, fatiga, depresión) y el digestivo (cólicos abdominales, calambres y náuseas).
La  medición del  plomo  en la persona se realiza mediante la toma  de una muestra de sangre y un examen de RXF (Rayos X  Fluorescentes), cuando se trata de conocer su acumulación en el hueso.
Estos exámenes se realizan en el laboratorio de nefrología, en forma gratuita, y en algunos privados.
Los niveles de  plomo en la sangre superiores a 45 mg/dl deben ser tratados con el tratamiento de quelación.
Los  quelantes disponibles  en Costa Rica son el  edetato cálcico disódico   (CaNa2   EDTA),   dimercaprol  (BAL),   ácido 2,3-dimercapto succinico (succimer DMSA).
Con protección, baja el riesgo
Don Manuel Zamora  Mora tiene quince años de trabajar en la fabricación de baterías para carro. Los primeros cuatro en una fábrica y los restantes en su taller de «Baterías MZ».
Por eso cada cuatro años se realiza un examen de sangre para conocer los niveles de plomo acumulados. Sin embargo nadie le había dicho que también es necesario hacer ese examen a su familia.
El cree que este se absorbe solo por vía respiratoria y que lo evita al tener el lugar bien ventilado.
Así mismo, por tocar algún líquido de la batería, por lo que se pone los guantes y la mascarilla solo cuando va a estar en contacto directo con estos y nunca usa las botas. Aclara que se baña todos los días al regresar a su casa y se cambia la ropa que usa en el taller diariamente, la cual deposita en una bolsa aparte e igualmente su esposa la lava aparte.
«A la persona que tiene plomo en la sangre se le ve en las uñas y en  la cara porque se pone  pálido y se ve cansado. Yo estuve así cuando trabajaba en la fábrica porque hacíamos 100 baterías diarias, pero aquí hago dos o tres por día y estoy bien», aseguró.

  • Lisbeth Huertas Jiménez 
  • Universitarias
Manuel Mora
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