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ALCA con puntos suspensivos

El jueves 20 de noviembre, los policías arrestaron alrededor de 200 manifestantes.

El jueves 20 de noviembre, los policías arrestaron alrededor de 200 manifestantes.
En medio de estrictas medidas de seguridad,  34 ministros de comercio de todo el hemisferio se sentaron a tomar decisiones sobre el futuro de unos 800 millones de personas en la reunión del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), cuando lo que más se cuestiona es la falta de democracia y de participación de la sociedad civil en esta negociación.
El producto de esta VIII Reunión Ministerial -cuyo costo fue de unos $12 millones- ha sido una declaración en la que después de nueve años de lanzada esta iniciativa, sólo se pusieron de acuerdo en reafirmar su compromiso para terminar las negociaciones en enero de 2005. Por eso algunos críticos sugirieron que al lado de cada párrafo del documento se incluyera cuánto había costado, o sea, cuántos millones para tan poco producto.
Aunque Estados Unidos impulsa una visión de integración hemisférica para el libre comercio, en la cita los acuerdos bilaterales opacaron esa idea, pues Robert Zoellick, representante comercial de ese país, se dedicó a amarrarlos a diestra y siniestra. Esto se negoció los días previos a la reunión del 20 de noviembre. De hecho, un alto delegado colombiano y negociador de la Comunidad Andina comentó que sólo viajaba a hacer acto de presencia porque el TLC entre su país y EE.UU. ya estaba cocinado.
EE.UU. comenzará con un tratado de libre comercio con Colombia y posteriormente negociará otros con Uruguay, Perú, Ecuador y Bolivia. Con Panamá las reuniones empezarán en el segundo trimestre de 2005.
 
 
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«Hay mucho que hacer en los tratados bilaterales. Queremos ayudar a estos países. Pregúntenles si piensan que estamos aprovechándonos de ellos o no», defendió Zoellick.
Como los ministros de comercio no van a externar algo así, otros sí lo hicieron, como Phil Bloomer, director de la campaña de comercio justo de la organización Oxfam Internacional. «En las negociaciones de la OMC en Doha, los países ricos prometieron reformar las reglas de comercio internacional, que están amañadas contra los pobres. EE.UU. y Canadá deben cumplir esa promesa, en lugar de intentar sacar ventaja a través del ALCA o de acuerdos bilaterales».
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, también señaló que dichos acuerdos, más que integrar el hemisferio, fragmentarían a los países del sur, dificultando la integración entre sí.
El TLC Centroamérica-EE.UU. es, por supuesto, el vivo ejemplo de un negocio encaminado. En Miami Zoellick aprovechó para reunirse con los ministros de comercio de la región y recordó que esperan terminar las negociaciones en diciembre. «Al progresar con los socios centroamericanos, nuestra administración espera crear ambiente en pro del libre comercio en el resto del hemisferio», dijo.
 
SE RECIBEN COMENTARIOS PERO…
 
El ALCA se anunció en la Cumbre de las Américas (1994), en Miami, y significa conformar un mercado  libre de impuestos para productos y servicios en todo el hemisferio.
La acción decisiva en Miami fue una flexibilización. Por eso en la Declaración Ministerial se acordó dar flexibilidad a cada país para que se comprometa según sus necesidades y capacidades. Pero sólo el próximo año definirán qué compromisos se asumirán en cada tema: acceso a mercados, agricultura, servicios, inversión, compras al sector público, propiedad intelectual, subsidios, y solución de controversias.
El ambiente tenso entre Brasil y EE.UU. desapareció conforme transcurrió la reunión y la  voz más crítica fue la de Venezuela. Este país logró que se incluyera un artículo para que los compromisos que adquieran los países en el ALCA «sean compatibles con las doctrinas de la soberanía de los Estados y los respectivos textos constitucionales».
En Miami también se reunieron organizaciones de la sociedad civil, y los ministros recibieron de manera formal sus recomendaciones sobre el proceso.
Como se ha hecho tanto énfasis en que para ser parte del ALCA hay que ser un país democrático, Viviana Giacaman, de la organización Participan-Chile, propuso crear un mecanismo de diálogo permanente sobre este proceso.
Zoellick destacó que en la Declaración se incluyó un párrafo al respecto; pero en éste sólo se indica que están interesados en crear un comité consultivo de la sociedad civil dentro de la institucionalidad del ALCA «junto con la entrada en vigor del acuerdo». Es decir, en fecha posterior. Asimismo, publicitaron haber puesto a disposición del público un borrador de los capítulos del acuerdo del ALCA en una página en Internet.
El Ministro de México, por su parte, criticó a estas ONG porque aseguró que toman sus ideas de periódicos o breves noticias. «Apoyamos la idea de institucionalizar la participación de las ONG para que estén bien informadas y tengan ideas inteligentes».
En algunos países han tenido ideas inteligentes, como convocar a plebiscitos sobre el tema. En Argentina se abrieron 5.500 mesas de votación el 20 de noviembre, impulsado por la agrupación Autoconvocatoria No al ALCA y el Premio Nobel de la Paz-1980, Adolfo Pérez Esquivel.
En Brasil, los resultados del Plebiscito Nacional sobre el ALCA -realizado entre el 1 y el 7 de setiembre-, demostraron que más de 10 millones de brasileños respondieron a la convocatoria y más de un 98% se pronunció en contra de dicho tratado. Esto fue organizado por la Campaña Jubileo Sur/ Brasil.
La próxima reunión de viceministros sobre el ALCA será en Puebla, México. Costa Rica, por su parte, tiene a su cargo el grupo de negociación sobre compras del sector público.
Costa Rica muy comprometida
Minutos antes de que iniciara la clausura de esta reunión, se le consultó al Ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Alberto Trejos, sobre el resultado de la cita.
 
¿Cuál es su percepción sobre la estrategia de EE.UU. de amarrar acuerdos bilaterales -como el que negocia con Centroamérica- y dejar de lado la idea de una gran integración hemisférica?
 
-La integración hemisférica va más allá de que esto sea un conjunto de acuerdos bilaterales. En el fondo el ALCA no hacía falta para construir una red de acuerdos bilaterales y, de hecho, unos países hemos estado muy activos en la constitución de éstos -y otros no tanto-. Entendemos que ponerse de acuerdo entre 34 países significa entenderse sobre algo menos ambicioso. A veces lo perfecto es enemigo de lo bueno. Nos parece que el esquema de negociación plurilateral no es equivalente a uno multilateral y esa es la diferencia clave entre la visión de ALCA que aparece en este documento (Declaración Ministerial) y la que hemos impulsado muchos países durante mucho tiempo.
 
¿Qué le parece el documento de conclusión de este encuentro?
– La característica más importante del texto es que tiene una nueva arquitectura, distinta a la que teníamos en mente hasta hace pocos meses. En ese momento no teníamos la negociación encima como ahora. Originalmente teníamos pensado un único acuerdo donde hubiera un conjunto de obligaciones y derechos comunes entre los 34 miembros. En esta última versión se acordó un nivel mínimo de compromiso común para los 34 países y negociaciones plurilaterales.
 
¿Y hasta qué nivel de compromiso está dispuesta a llegar Costa Rica?
 
– Pues un acuerdo bilateral muy profundo llega a ser un TLC. Costa Rica, Canadá, EE.UU., México, los cuatro países de Centroamérica, los 15 del Caribe y Chile, tenemos tratados en negociación o en pie, y eso significa que estamos dispuestos a llegar a ese nivel. Los que nos faltan son los de la Zona Andina y los del MERCOSUR.
 
¿Qué le parece criticable de la Declaración?
 
-Yo hubiera querido que fuera mucho más específica para los viceministros, porque siento que les estamos pasando un trabajo muy complicado para la reunión en febrero del comité de negociaciones comerciales. Les estamos dando instrucciones menos claras o más ambiguas de lo que deberían ser para que aclaremos muchas cosas, y con las fechas límites tan encima, eso es un problema.
 
¿Tuvo oportunidad de conversar con congresistas estadounidenses sobre el ambiente político para una eventual aprobación del TLC con Centroamérica?
 
– En esta ocasión hablé con varios grupos de congresistas canadienses y chilenos (pero no estadounidenses), porque a las reuniones que asistí eran organizadas por Canadá y Chile. En otros momentos hemos tenido acercamientos con una lista muy grande de congresistas estadounidenses sobre el tema del TLC. Obviamente es un ambiente complicado; estemos claros en que aquí el voto del TLC no va  a ser unánime.
 
Con policías «robocops»
«El ALCA va en una dirección  y la democracia va en sentido contrario, al gobierno no le importa lo que pasa ni lo que pensamos», afirmó Jason Heinrich, joven que viajó desde Ohio en un grupo para participar en las manifestaciones, que reunieron a unas 20.000 personas, la mayoría estadounidenses.
«El ALCA va a tener un impacto negativo en los trabajadores, en el ambiente y en la democracia. Las transnacionales gringas logran que se deroguen leyes, les dan vuelta, las ponen patas arriba», aseguró.
Ese jueves 20 de noviembre, el centro de Miami era una ciudad fantasma a nuestro alrededor. La mayoría de comercios estaban cerrados, algunos tenían las cortinas de hierro a la mitad, y sus dueños se asomaban para atraer clientes; pero el centro había sido tomado.
Unos 2.500 policías vigilaban a pie, unos con perros que buscaban rastros, otros en bicicleta. Como las reuniones de los ministros se realizaban en el Hotel Intercontinental -al lado de la bahía-, las lanchas patrulleras vigilaban en el agua, y unos diez helicópteros observaban estáticos desde el aire.
Pero en una de las avenidas principales se vivía el bullicio. Allí estaban los manifestantes, rodeados de policías con trajes especiales «antiprotestas», con gases lacrimógenos y pistolas con balas que, al chocar contra el cuerpo, liberan gas pimienta. Paranoia. Esa tarde hubo poco más de 200 arrestados, cuando empezaron los disturbios.
La mayoría de delegaciones sindicales que protestaban insistían en la pérdida de puestos de trabajo y el ablandamiento de los derechos laborales que proviene de la competencia entre países por la generación de empleo.
«El NAFTA (TLC de América del Norte) está destruyendo los trabajos. Las industrias manufactureras se han mudado al norte de México y se han instalado en zonas francas; en vez de trabajos de buena calidad en EE.UU. allá emplean gente en malas condiciones en las maquilas, con poco respeto a los derechos laborales», insistía Heinrich.
La AFL-CIO, federación estadounidense de  organizaciones laborales e industriales y una de las más poderosas, denunció que a pesar de las promesas de un mayor desarrollo económico, el NAFTA ha sido un desastre para los trabajadores en México.
Pero Andrés Oppenheimer, columnista del Miami Herald, escribió criticando esa posición: «¿Creen ustedes realmente que la AFL-CIO pierde el sueño por los trabajadores de América Latina o es que están tratando de proteger empleos en EE.UU., que, dicho sea de paso, no se están yendo a América Latina sino a China?»
Mientras, el departamento comercial de EE.UU. insiste en que estos son sólo mitos: Si fuera cierto que los empleos se trasladan automáticamente a países con bajos salarios, entonces Haití sería el centro de empleo de este hemisferio. Lo que pasa es que sólo escuchan las malas noticias de fábricas que cierran. Chile, en donde los salarios son altos y el trabajo infantil es raro, atrae 10 veces más inversión y empleos que sus países vecinos. Igual que Costa Rica, que atrae 5 veces más que el resto de Centroamérica.

  • Fabiola Pomareda G. 
  • País
DemocracyFrance
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