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Una raqueta de seis colones metió a Rafael «Felo» Brenes en un mundo que es su vida y en el que ha sido rey.
Rafael Brenes, el famoso «Felo», reina en el tenis costarricense desde hace más de una década y lo sigue conquistando todo.
Rafael Brenes a sus quince años no sabía que hacer; era un adolescente del centro de Escazú deseoso de trabajar para ayudar a su madre y una tarde le dijo a su primo Luis Sandí, juntabolas del Colegio de Médicos que se fueran a buscar algún trabajo.
Entonces Sandì lo llevó al Colegio de Médicos, hablaron con el instructor de tenis, otro escazuceño, Jorge Arias y le dieron oportunidad a Brenes como juntabolas.
Corría el año 1977.
Felo juntó bolas solo los fines de semana; después fue contratado todos los días; luego de seis meses de atrapar la pequeña bola y devolverla a los tenistas, Brenes se decidió a jugar. Ya era 1978; de sus ahorros se desprendió de seis colones y compró su primera raqueta; era de madera y solo tenía tres capas, cuando las nuevas llevan siete.
En otras palabras, su raqueta no servía y por eso el joven en ocasiones practicaba con sus manos o con trozos de madera.
Así se paraba al frente de los doctores que llamaban al niño para que les sirviera de «sparring»; ellos necesitaban tener a alguien al otro lado del rectángulo en su prácticas y ahí estaba Brenes, devolviendo las bolas dentro de la cancha. Ya no las juntaba, ahora jugaba con ellas.
Y Felo empezó a ganarle partidos a los médicos.
Han pasado 25 años, un cuarto de siglo.
¿Cuántos partidos, cuántos torneos, cuántos títulos?
El último, el domingo 23 de noviembre , cuando Felo Brenes conquistó el Tercer Abierto de la temporada, derrotando en las canchas del San José Indoor Club al joven Juan Carlos González, 20 años menor que él, en dos fulminantes sets, 6-3, 6-2.
A LA COPA DEL CAFÉ
Decidido a buscar carrera y futuro, Rafael se inscribió en el campeonato nacional categorías 16-18 años que jugaría en el Tennis Club.
Ahí gana su primer partido oficial; derrota 6-4, 6-4 a un juntabolas que le decían «Gato» en una pequeña cancha donde jugaban los hijos e hijas de los socios del Tennis Club.
El segundo partido lo coloca contra Carlos Rodríguez, actual Ministro de Energía y Minas, tenista con todas las facilidades para entrenar, quien venía de los Estados Unidos. Los entendidos vaticinaban un 6-0 6-0 en favor de Rodríguez, quien enfrentaría al joven de la raqueta de madera.
«Entré únicamente decidido a que no me dejara en cero», dijo Brenes a UNIVERSIDAD y «viera que le gané el primer set 7-6; luego perdí 6-1, 6-0 pero no dejé que me guindara las argollas».
«Ganarle ese set a Rodríguez y el primer partido a «Gato» me motivó mucho y por eso de inmediato me inscribí para jugar la llave eliminatoria de la Copa del Café 78.
«Gané el primer juego, pero perdí el segundo contra José Herrera -Felo hace un paréntesis y nos indica que ese fue el primer y único partido que Herrera le ganó en más de 20 años-. La derrota con Herrera mandó a Felo a la llave de perdedores, pero en esta derrotó a Sergio Ruiz, uno de los favoritos quien después se impuso precisamente a Herrera.
«Esta combinación de resultados me clasificó de sexto para jugar por primera vez la Copa del Café en 1978 y en ella tuve el honor de ganar un set en mis dos primeros partidos, el primero contra el yugoslavo Frank Habok y otro ante el italiano, Florindo Japitic, a quien vencí en el primer set y luego me doblegó 7-5-7-5.»
Son muy pocos los tenistas juveniles de Costa Rica que aún logran ganar siquiera un set en la Copa del Café y lo hice en mis dos primeros partidos», agregó Brenes.
TREMENDA ANÉCDOTA
Su segunda participación en Copa del Café se reviste de anécdotas.
Los organizadores forman dos equipos de Costa Rica, el A y el B. Al primero van Alvaro «Chino» Rodríguez e Ignacio Sancho, hijos de socios del Country Club; Jaime Mesalles va como primera raqueta del equipo B y solo queda un campo como segunda raqueta en el B.
Hay que pelearlo en una larga eliminatoria que la gana invicto Felo Brenes, quien derrota incluso a la joven promesa Fred Thome.
Sin embargo, a pesar de triunfar en la ronda eliminatoria y tener derecho a ocupar ese puesto, los organizadores lo obligan a jugar un nuevo partido contra Thome. Brenes lo vuelve a derrotar.
Ya no hay más quite.
Pero, faltaba una sorpresa que Felo nos la narra.
«Un sábado estoy en el Colegio de Médicos practicando con el Dr. Jorge Salazar, cuando suena el teléfono y me llama el capitán y entrenador del equipo de Costa Rica, Manuel «Neno» Jiménez y me ordena:
-Felo, tiene que presentarse en el Country Club a las 11 de la mañana, con zapatos nuevos, pantaloneta y camisa nueva y raqueta moderna, de lo contrario queda fuera del equipo -.
Supongo que me puse, porque yo seguía con mi raqueta de madera, solo tenía un buzo y tenis viejas, de manera que no me podía presentar así.
Entonces, el Dr. Salazar me sugirió parar la práctica; me llevó al Centro de Sport, me compró tenis, raqueta, uniforme completo y a las 11 estaba en el estadio del Country Club, donde me sentí mucho más grande que mis otros compañeros de equipo.
«Estaba tan motivado y tan agradecido con el doctor que cuando me tocó enfrentar a Mesalles, le di una paliza 6-4, 6-2; siento que me desquité con Jaime por tanta injusticia y trabas que me pusieron en el camino, me imagino por ser de origen humilde», relató el campeón.
SU FORTALEZA
Rafael Brenes no duda en afirmar que el punto fuerte de su juego es el primer servicio.
«Desde pequeño me di cuenta que mi saque dificultaba la respuesta del rival; no es solo que sea fuerte, sino por la forma en que la bola pica en el otro sector, porque tras pegar en la cancha se eleva mucho y el rival no sabe para cual lado va. Además, yo saco y me voy a la red y el contrario se confunde porque no puede devolver fuerte y se me entrega en la net.
Aún hoy, que juego mucho más al fondo y no voy tan seguido a la red, mi primer saque es la base de mis triunfos.
También me preguntan como le hago para seguir ganando; desde 1990 he ganado casi todos los torneos, salvo en 1994 cuando Kenneth Thome ganó el Abierto y digo que es por fortaleza mental. Una vez que el juego se inicia, muy rápido me doy cuenta que puedo ganar ese partido y sé como hacerlo.
Soy muy fuerte mentalmente, tengo mucha paciencia, sé esperar y jugar con el error de mi contrincante.
«Muchos rivales, jóvenes o viejos, pierden conmigo antes de entrar al rectángulo, porque mentalmente no creen que me pueden derrotar; ya entran perdiendo», afirma Brenes.
Felo tiene una hija de 15 años que se llama Melissa; pasa sus ratos libres con su madre o leyendo de tenis; admira el juego de Mónica Seles, Pete Sampras, Stefan Edberg y André Agassi y en Costa Rica por muchos años no pudo ganarle a Niko Kaló ni a Carlos Muñoz, aunque después de que los venció, ya estos no pudieron con Felo.
Se ha enamorado muchas veces pero reconoce ser «un bicho raro», muy introvertido y que no gusta se ventile su vida privada.
El partido de su vida lo jugó en Copa Davis en Bahamas contra John Furrington, a quien derrotó en cinco sets, después de 5 horas y 45 minutos de juego; en el quinto set, Felo perdía 5-2 y ganó 7-5.
Su premio en efectivo más alto lo obtuvo en un torneo por invitación en San Andrés, donde ganó $800; en el último Abierto se embolsó $750.
«El tenis me da para vivir como instructor, jugador y ahora capitán y entrenador del equipo de Costa Rica de Copa Davis, que en abril debe buscar el ascenso al grupo 3 de la Zona Americana», concluyó Felo, que ve mucho talento en Juan Carlos González, Ignasi Roca y Mark Van der Laat.
«Creo que toda la culpa de mi vida en el tenis, es del «Gato», terminó Brenes, al hacer referencia al primer tenista que cayó ante su poderoso servicio.
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