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El clásico del domingo 7, por las características de los jugadores disponibles, habrá que jugarlo por bajo.
El capitán de Liga Deportiva Alajuelense, Luis Antonio Marín, tendrá que evitar las fugas de Gerald Drummond, porque en una de ellas, se puede ir el partido.
Los números son elocuentes.
Saprissa ha jugado en el campeonato 17 partidos, ha ganado 15, ha empatado dos y está invicto.
Liga Deportiva Alajuelense ha jugado 15, ha ganado seis, ha empatado cinco y ha perdido cuatro. Antes del clásico, tiene un partido pendiente contra Santos que aún ganándolo, no lo hará mejorar mucho su mediocre promedio.
Los morados han anotado 46 goles, los manudos 23 y en la clasificación de los mejores artilleros de campaña, surgen dos del Saprissa, Alvaro Saborío con 17 y Alonso Solís con 12; y nadie de la Liga.
Saprissa suma 47 puntos; Alajuelense 23, distancia abismal y muy pocas veces referida entre estas dos oncenas, las más populares del fútbol nacional.
Esta es la presentación de credenciales previa al clásico, segundo de la temporada después de un espectacular empate 3-3 en el Morera Soto en la primera vuelta.
¿Qué interés o emoción puede tener el juego con este tipo de diferencias?
Toda la expectativa está centrada en una situación.
Saprissa suma tres temporadas y media de no ganarle al Alajuelense; hace rato que los manudos no salen derrotados de un clásico y ahora, precisamente por los números de los morados en esta campaña, parece que llegó la hora.
¡El ahora o nunca!
Hernán Medford como director técnico del Saprissa se ha lucido y ha metido al equipo en una temporada formidable, tanto que si vencen a los rojinegros el domingo 7, no solo cortarían esa racha de muchos partidos sin ganar el clásico, sino que empatarían un récord que tiene el Club Sport Cartaginés en el arranque de la temporada 1969 con 18 partidos invictos.
En ese sentido los morados matarían dos pájaros con un solo tiro.
Para el Alajuelense, este clásico es de honor.
Humillado el equipo en el campeonato, derrotado en cuatro ocasiones -igual número de reveses que alcanzó en toda la campaña anterior de 44 partidos-, la Liga busca salvar el Torneo Apertura manteniendo el invicto con los morados, que en términos populares es como «dejarlos enchilados», porque lo que más quieren los fanáticos del Saprissa es cortar de tajo esa racha de triunfos y empates de su más enconado adversario en el clásico y nunca como hoy, el entorno del nuevo choque es tan propicio para el equipo propiedad del magnate mexicano, Jorge Vergara.
Este es el clásico del invicto.
No se juega el primer lugar, no se disputa el Apertura; ya todo esto es del Saprissa, con una leve esperanza aritmética para el Herediano, segundo lugar de la clasificación, pero sí está en juego el invicto.
Saprissa llega al juego a terminar con el invicto del Alajuelense en los últimos clásicos y la Liga va por el invicto del Saprissa en el campeonato.
Esto provocará un lleno a reventar en el Ricardo Saprissa y ya la gerencia del club de Tibás se frota las manos acariciando la posibilidad de una recaudación de ¢75 millones.
CLÁSICO DE CINTURA
El partido se va a jugar a ras del piso, ya lo verán, porque el Alajuelense se ha quedado sin fortaleza física, potencia y estatura en su línea de ataque, al ser separado del equipo Josef Miso y lesionarse Rolando Fonseca; además, un atacante que juega muy bien de cabeza, Erick Jiménez, fue expulsado en su última salida y es duda para este compromiso.
Probablemente Jorge Mario Olguín, quien llegó a la dirección técnica del Alajuelense en sustitución del peruano Juan Carlos Oblitas, despedido tras el pésimo arranque del equipo, vaya a recurrir al pequeño binomio de ataque formado por Erick Scott y Víctor «Mambo» Núñez, dos futbolistas peligrosos con el balón en sus pies, pero casi nulos arriba.
Además, Saprissa es muy fuerte en juego aéreo defensivo con Douglas Sequeira y Jervis Drummond, incluso el joven Gabriel Badilla de muy buen salto y que probablemente tendrá la misión de secar a Núñez, mientras Jervis se hace cargo de Scott.
Tampoco creemos que Hernán Medford se decida por la ruta aérea en busca de la cabeza de Alvaro Saborío, porque al goleador del campeonato ya se le marca en dupleta y con un hombre fijo en jugadas de balón parado, como tiros de esquina y libres.
Vimos el domingo anterior al zaguero de Guanacasteca, Pablo Muniz en una marca específica sobre Saborío, pero en las «bolas muertas» lo cuidaba Berny Peña, de ahí que el técnico del Saprissa, inteligentemente, hace rato que varió la ruta de posibilidad de gol, que hoy va más por la velocidad de Gerard Drummond y la picardía de Alonso Solís que la cabeza de Saborío. El artillero, incluso, los dos últimos partidos los ha jugado más fuera que dentro del área enemiga.
SERÁ EL TALENTO
Por eso, el clásico lo van a decidir los mediocampistas de ataque, asociados con los llamados carrileros.
Al Saprissa le pueden dar la victoria, Try Bennett, Juan Bautista Esquivel, Walter Centeno, Wilson Muñoz, José Francisco Alfaro y Alonso Solís, depende desde luego los que jueguen, y al Alajuelense lo pueden llevar a un nuevo triunfo en esta ocasión, Alexánder Castro, Hárold Wallace, Wilmer López, Pablo Izaguirre y Steven Bryce.
El clásico se va a jugar en la mitad del campo; no habrá pelotazos largos ni centros a lo que salga; tampoco se va a definir por acciones a balón parado porque ya han sido muy bien estudiadas para bloquearlas por los dos técnicos.
El cotejo se puede definir en un pase mágico de Wilson Muñoz a Gerard Drummond o en uno de Wilmer López a Erick Scott; al Saprissa el empate le conviene, pero el orgullo herido lo va a llevar a arriesgar.Tiene todo para ganar.
Alajuelense será más cauto, mucho más precavido porque sabe que si al final de los 90 minutos el juego está empatado, la misión fue cumplida.
La Liga ya perdió el Apertura; ahora solo evita perder con Saprissa; en la otra acera, Saprissa ya ganó el Apertura, pero quiere más, derrotar a la Liga. Los mediocampistas, los constructores de las dos nóminas, tendrán la palabra.
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