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Ya he comentado el editorial de La Nación, S.A. del 13 de octubre, sobre el TLC y la llamada «apertura» en las telecomunicaciones, y sus aplausos a la posición del Dr. Oscar Arias. En los días posteriores a este editorial se han seguido evidenciando posiciones. En el caso de La Nación, S.A., el editorial citado, con su tono beligerante, fue seguido por dos editoriales más, disímiles, que procedo a comentar, mientras desde otrOs flancos continuaban los ataques sistemáticos (fuego intensivo) contra las dirigencias sindicales.
El 31 de octubre se plantea la curiosa y sorprendente tesis de que toda esta presión, todo este movimiento, que ha puesto en tensión a las fuerzas sociales del país, obedece a una intención de «fortalecer al Instituto Costarricense de Electricidad» Incluso se llega a plantear que aunque el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos no llegara a concretarse (cuesta creer que la voz oficial del diario siquiera considere esa opción, dado el fervor del editorial del día 13) la apertura del mercado de telecomunicaciones sería beneficioso para el ICE. Todo el argumento se construye sobre la premisa de que creciendo el mercado, y siendo el ICE el operador dominante, lo único que podría pasar es que se fortalezca esta institución, callándonos entonces a todos los críticos ( si es esa la intención, ¿porqué no se le permite al ICE invertir y nos ahorramos todos los orificios?) Claro, para que el argumento se sostenga, tendría que sostenerse esta premisa, de que el ICE sea efectivamente dominante, y, además, habría que definir de que ICE se está hablando (que es lo que se quiso definir, como recordaremos, con el famoso COMBO) No habría problema alguno en fortalecer a un ICE privatizado (aunque sea «a la tica»), que, obviamente ya no sería lo mismo. Además, una vez que logren el propósito de «ablandar» a una población que sigue mostrándose resistente, ¿Porqué habrían de detenerse? Podríamos contabilizar también el hecho evidente de que más de uno se frota las manos con las posibles ganancias a costa de los bienes nacionales.
Hay que estremecerse ante los buenos propósitos del editorial del 31. Pero solo tuvimos que esperar once días para que volviera la «línea dura». En otro editorial, titulado «pobreza y desempleo», en que se comentan las famosas cifras de la encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Censos sobre la pobreza en el país, manejadas con tanta torpeza por la administración Pacheco, finaliza el texto el editorialista, eufórico, con la siguiente propuesta para el presente y el futuro del país: «Apertura completa en monopolios estatales ( incluyendo privatización), un buen TLC con EE.UU. y una reforma fiscal tributaria y bancaria». De paso se nos dice que esta es la «única receta posible» para enfrentar el problema de la pobreza, pese a que la experiencia del continente no brinda evidencia alguna que apoye a esta afirmación. Todo lo contrario. Entonces, ¿de qué estamos hablando? La campaña continua, y de lo que se trata es de entrarle a las jugosas ganancias de las telecomunicaciones y los seguros, como se ha hecho con privatizaciones en otros países, con consecuencias serias para los pueblos respectivos. La situación es clara, y estos propósitos solo pueden enfrentarse con la movilización de la ciudadanía. Y es mejor movilizarnos ahora que tener que recoger los destrozos después de un enorme y doloroso costo social.
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