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La última entrevista de Parmenio Medina

Esta conversación entre el periodista William Vargas y el productor Medina se realizó cuatro días antes de su muerte.

Esta conversación entre el periodista William Vargas y el productor Medina se realizó cuatro días antes de su muerte.
La detención, hace una semana, del cura Minor Calvo y del empresario Omar Chaves, en relación con el asesinato del periodista Parmenio Medina, volvió a poner de relieve la importancia de la última entrevista que Medina concedió.
Realizada por el periodista William Vargas, de este Semanario, el 3 de julio de 2001, este documento es la prueba 6-B con la que cuenta la Fiscalía para esclarecer lo ocurrido y hacer justicia.
En esta ocasión, y precisamente porque ya es un documento público, UNIVERSIDAD lo publica en toda su extensión, sin las omisiones que se debieron hacer por razones legales. Aun así mantenemos en reserva algunos nombres de personas -por su seguridad- y por las implicaciones jurídicas.
Por lo demás, consideramos que la sociedad costarricense tiene derecho a saber todo lo que Parmenio Medina denunció poco antes de ser asesinado. Esperamos que este texto contribuya a la reflexión y al freno de la corrupción y la impunidad.

Parmenio Medina: «Siempre están los mismos»
¿Cómo y por qué «La Patada» empieza a investigar al Padre Minor?
-Le dimos trámite a este asunto primero porque -le soy honesto-, nunca estuve convencido de que este hombre (Minor) actuara honestamente.
Desde que yo escuché a este cura por primera vez, me daba la impresión de que era un hombre que navegaba en varias aguas. Además de muy demagogo, me nació una espina. (Medina hace un comentario sobre la preferencia sexual del cura). Eso es un rumor, pero de éstos muchas veces afloran verdades. Cuando empezó la emisora y la manipulación, que el diezmo y todo lo que se hacía notar, me creció el interés. Con esos elementos le metí el diente.
Lo primero que hicimos fue darle crédito a una serie de documentos que alguien en forma anónima repartía. Tengo entendido que fue una persona que trabajaba con él, pero se contrarió con él. A todo el mundo le repartieron los documentos y nadie le dio importancia, yo sí.
A mí me llamó luego una mujer y me dijo que si me interesaban unos documentos sobre el aspecto económico de este cura y de Radio María, y le dije que sí.
Los documentos me los dejaron en Radio Monumental, los vi. Aunque no soy contador, me llamaron la atención. Acudí a un contador público juramentado y me dijo que el trabajo estaba muy mal hecho, que era obra de un novato, no de un contador público, pero valía la pena.
Para confirmar esto, le solicité una entrevista a monseñor Arrieta y él me la concede. Esto fue antes de lanzar el primer programa al aire. El hombre me dijo que también tenía los documentos, que se los habían hecho llegar hacía unas semanas y que los estaban estudiando. Agregó que algunos de la Curia y del departamento legal los habían visto. Le dije si tenían alguna validez y él me dijo que sí. Bajo esa premisa le doy camino al primer programa, que fue en octubre o noviembre de 1999 y ahí empezó todo.
Es bueno dejar claro que cuando salió este programa yo llamé al cura y lo traje a la casa. Para entonces yo conocía de nombres de gente rara metida en el grupo de Radio María. Entre ellos Omar Luis Chaves. En ese momento ya tenía una documentación que me entregó la misma Presidencia de la República sobre ese Chaves.
Se trata de un hombre c.(…), con un expediente. Lo que tenía Rogelio Ramos, en ese momento viceministro de la Presidencia, no era gran cosa. Tenía demandas civiles, judiciales, por incumplimiento de pagos.
Le dije a Minor que se cuidara, porque ese hombre fue quien lo financió de entrada, sin conocerlo. Minor estaba loco por conseguir un medio. Estaba que se deshacía. Ya le había fracasado lo de canal 13, y lo de canal 11. Acuérdate que él quiso que le asignaran un canal católico. Eso fue en la administración de Chema (José M. Figueres) y don Guido (Sáenz) fue el que se opuso y formó una fundación. Minor quedó «chimao» y siguió con la «culequera» de tener una radio.
Cuando Minor cayó a Cartago, Omar lo contacta. Omar negocia con Marco Muñoz, el dueño de la frecuencia. Hacen un millón de contratos, lógicamente todos de beneficios para Omar. Hay intereses altos, derechos y un sinfín de cosas y es cuando le hago la observación a Minor y le digo que ese hombre no es de fiar. Minor me dice que ya rompió con él.
La misma inquietud se la llevo a Arrieta y a (monseñor) Troyo, y Arrieta me dice que Minor es un muchacho muy dinámico, pero que tiene entendido que no tiene ningún trato con Omar. Yo les dije que es un asunto de ellos y les dejé una copia del expediente que me había entregado Rogelio (Ramos).
Luego viene un escándalo con el manejo de dineros en Radio María. Arrieta siempre se dejó rodar de Minor y nunca le prestó la atención debida. Lo toleró y el otro siguió y siguió hasta que viene lo de La Sabana.
Eso de La Sabana fue un capítulo importante en todo esto. Había un rumor por ahí, pero en concreto nada, hasta que en octubre de 2000 un oficial que intervino en el operativo me llamó y me pidió total discreción porque no podía perder su trabajo. Nos reunimos, y con más elementos y buenas bases vino la segunda etapa. Esa segunda fue la más fuerte porque originó que el cura incursionara en mentiras y contradicciones.
Decía que era fulanito quien lo había acompañado, luego que fue otro. En fin, la historia ya se conoce.
Ahora, en mayo de este año, (2001) logramos llegar al verdadero muchacho que andaba con él. Lo describimos en «La Patada». Ese muchacho, a esta altura, es menor de edad.
Hasta el 19 o 20 de julio cumple los 20 años. Lo conoció en Paso Ancho, lo endulzó, lo adobó, le hizo un enorme daño a él y a la familia. Esa fue la piedra que rompió el cristal en un todo.
Minor nunca se desligó de Omar, todo lo contrario, se aferraba más. Incluso en este momento, los dueños de esa emisora son Omar y sus secuaces, sus socios, entre ellos Sergio Hernández.
Hernández es primo de (el expresidente) Calderón,  «Junior», es hermano de Plutarco (Hernández), es un t.(Medina da a entender que es su representante) de Omar que le ha prestado el nombre desde hace años. Nosotros lo demostramos con documentos de una finca de casi mil hectáreas que Omar «compró» a un coreano. Y el caso se ventila en los tribunales. El abogado (suprimimos el nombre para protegerlo) sabe de ese caso.
El cura cercado, encerrado, acude a las tretas, le miente a Arrieta y accede a formar una asociación mixta con cinco representantes de la Iglesia y cinco de él. Mientras él le habla a Arrieta en estos términos, el hombre (Minor) formó dos sociedades: una en Panamá y otra aquí. A la de Panamá le asignaron la cédula jurídica aquí, y en la sociedad están Omar y todos sus abogados. Te puedo dar la lista completa, no hay problema. Son abogados que trabajan para Omar. Es el mismo círculo. Sergio presta el nombre y Eliécer aparece como dueño del edificio, pero quien compra el edificio es Omar.
Todo esto, William, es como un sainete, una tragicomedia en muchos actos.
¿Hay ahí alguna vinculación con lo que se rumora sobre negocios de narcomafia?
-No sé. Rumores que me han llegado, y no lo he dicho porque no tengo elementos para decirlo, es que aquellos italianos que quisieron dar dinero a las municipalidades, se le metieron a Arrieta. Cuando les fracasó el negocio de las donaciones con las municipalidades, Arrieta les dio pelota. Pero hará cuestión de cuatro meses Arrieta los sacó. Otro chisme es que como S. es hermano de P… pero no tiene mucha fuerza.
Una de las justificaciones que han dado los nuevos dueños de la radio es que hay un empresario judío, que reside en Panamá, quien aportó el dinero para la compra de la radio.
-Ese es un punto importante. Según los números que manejaba Minor, Arrieta y la Conferencia Episcopal que «ellos debían», incluían casi $100 mil dólares por el edificio. Estos son los números, según el contrato cuya copia tengo. Esto era una especie de indemnización por si no se cumplían al menos tres meses como inquilinos en el edificio. Ese contrato es leonino porque va más allá de lo que establece la ley de inquilinato.
Los $100 mil son ¢33 millones más varios millones por el alquiler de la frecuencia y sumaron (pero sin documentos) un mundo de acreedores del cura. Eso es un juego interesante. Los $100 mil no se podían hacer efectivos ni los hicieron porque siguieron en el edificio, pagando la mensualidad entre ellos mismos.
Todo es maquinación de la misma gente. Ese señor que aparece ahora de nacionalidad argentina, quién sabe de dónde lo sacaron, porque él mismo dice que no conoce a los dueños y, pese a eso, lo nombran gerente de una emisora y nunca ha estado al frente de una.
¿Cuál es la finalidad que ellos tienen?
-Apoderarse de la emisora. No me extrañaría que el día de mañana el cura se despoje o lo despojen de la sotana y vuelva ahí, y arma su secta. De hecho Minor la tiene y vuelve el billete. Minor no soportará estar en el anonimato, es un hombre protagónico, tiene que estar en algún lugar visible. Ahora está sin plata, un hombre que se ha dado una vida de rey. Me contaba un carajo que me llamó, es que lo más que va a extrañar Mínor es su estilo de vida y, entre otras cosas, ir a «La Cascada» y tirarse 15 ostras de entrada como entremés o antipasto.
La vida que se ha dado Minor no se mantiene fácilmente: viajes, el dinero que le da al carajillo que anda con él, la ayuda permanente que le da a la mamá de éste, etc.
Ellos lograron, durante este par de años, hacer mucho dinero. Los hermanos están llenos de plata: Alejandro, Hugo… eran gente limpia. Otro de ellos murió hace un par de años y vendía bolis en la calle. Es gente de condición económica muy baja, pero que ahora tiene mucha plata.
El interés primordial del grupo era armarse del cura, él es el Maradona, luego apoderarse de un medio (la radio).
Es bueno que se investigue dónde está la plata que supuestamente Omar Chaves debió pagarle al señor Patterson, dueño del edificio. Tengo algo que les puedo facilitar. Patterson vende el edificio por casi $800 mil, y por la información que yo tengo en mi poder, hasta hace un par de meses, Omar no le había pagado nada. Parte del juego de Omar con sus abogados es traspasar, trasladar, desaparecer en dos toques. El hombre se especializó en comprar quiebras, empresas que tienen problemas económicos, que están a punto de cierre, con deudas y no tienen liquidez. Omar aparentemente las compra.
Tengo un documento muy importante de un nicaragüense que tuvo que abandonar el país y cuyo caso va a juicio en cualquier momento. El abogado de ese caso se llama F.S.Z. (Parmenio da el nombre completo) Ese caso es muy importante y responde a cuál es el interés del grupo de tener una emisora.
Todo este asunto creo que va a tener un final más dramático que todo lo que se ha visto.
Si se sintoniza la emisora en este momento, el único que falta es el padre Minor, tienen los mismos programas, la misma música.
Hay un detalle importante. Es bueno que hablés y acorralés a Arrieta. El único que puede destituir a Minor es él. Minor pertenece a la diócesis que maneja Arrieta. Los demás obispos pueden sugerir, como lo han hecho, pero Arrieta no actúa.
¿Qué hace que Arrieta no actúe?
-Se guardan secretos mutuamente. (Medina hace un comentario sobre referencias sexuales). Además hay dinero.
Te quiero enseñar algo. En este caso están todos los abogados de Chaves.
Porque hay que tener claro que el cerebro detrás de todo esto es Omar. Alrededor de él gira todo, él maneja los títeres. Este caso es muy sui generis. Este hombre compra la finca de un coreano que es financiada por un banco coreano de Nueva York. El coreano se declara insolvente, pero tiene influencia en los mandos altos y bajos de los medios políticos, empresariales, judiciales de este país.
Se trata de Alberto Sheeble Sandoval, quien denuncia por estafa y otros delitos a Omar Chaves Mora, Rosario Delgadillo y José Manuel Hidalgo Barrantes.
El coreano vive desde 1979 en Costa Rica y era somocista. Salió de ahí (Nicaragua) y con dinero compra aquí textileras, bodegas de distribución de telas. Una de ellas es Texseda.
En determinado momento, el cuñado de él fue metido al tabo por los CATS (Certificados de Abono Tributario). Se trata de Oscar Castellón Herrera. Él es detenido por seis meses en prisión preventiva y Omar le compra todo  (bodegas, textileras, un barco, cuatro o cinco casas) por $2 millones.
Omar Chaves se comprometió a adquirir un inmueble en Quesada Durán por $400 mil, una casa de habitación por $500 mil, una casa en Guayabo por $142 mil, otra propiedad cerca de Archivos Nacionales por $70 mil dólares, una casa de habitación en Freses de Curridatat por $112 mil,  un lote de mercadería por $222 mil. Al final Sheeble le debe a todos. Omar asume las deudas, pero no paga. Luego, Omar ofrece sacarle del tabo al cuñado, Oscar Castellón, y esto es muy delicado porque quien saca al hombre es este caballero (Medina muestra un documento en el que aparece el nombre de un magistrado de la Corte Suprema de Justicia).
En algún momento usted había enterado a las autoridades del gobierno y de la iglesia en el sentido de que por las denuncias podrían venir amenazas.
-Eso se concretó con disparos que están ahí y que todavía no han venido a cambiar el vidrio.
¿Pudieron ser seguidores del padre Minor?
-En mi opinión -no lo digás con nombre propio-, el que promovió todo este asunto de corte policial es Chaves.
Te voy a contar algo que yo ya dije en «La Patada», en diciembre pasado: Omar me manda un gancho. Un carajo de Cartago que ahora es socio de él y me dice que Omar Chaves quiere hablar conmigo. Yo ni lo conocía. Yo ya sabía que Omar estaba metido en esta bronca. Él vino a esta casa a reunirse conmigo y empezó por ofrecerme dinero para dejar el caso del padre Minor, porque en diciembre tenía llamadas de sicarios colombianos que me dicen que mejor me salga de la bronca, que no voy a ganar nada. Detrás de ellos estaba Omar. No tengo la evidencia, pero creo que es él.
Yo le digo que lo mío no es dinero, que son principios, y que no voy a parar. Él insiste en que medio milloncillo al mes no me cae mal. «Yo le deposito a nombre de quien quiera y dónde quiera.» Le dije que no me interesaba.
Él me dijo que necesitaba que yo le ayudara porque ellos querían convertir a Radio María en una emisora comercial «y usted conoce mucho de emisoras.» Le indiqué que no tenía interés en trabajar con él ni con nadie.
Vienen dos, tres, cuatro reuniones más. El 20 de marzo nos volvemos a reunir y esa fue la última, donde me hace la última oferta.
Arrieta y yo habíamos convenido, en diciembre pasado, una tregua en relación con el caso Minor, porque el cura le había prometido que a más tardar en marzo él le entregaría la emisora. Yo le dije a monseñor que dejaría la cosa en paz. Pero pasó febrero y se estaba agotando marzo y llamo a Arrieta y le pregunto qué pasó con la emisora y él me dijo que nada. Le dije que si al terminar marzo el cura no la entregaba, como le había prometido, yo volvería con el caso Minor. Me dijo:» ¿usted no se puede esperar?» Yo le pregunté si se había reunido con el padre y me dijo que no, que no conocía los estados financieros de la radio. Entonces yo le anuncié que volvería con el caso en abril.
Se hace el desmadre que se armó, vino luego la censura previa, la Sala IV nos reinstala y vino la semana pasada el voto de la Sala. El cura había dicho que vendía la radio, que la pasaría a las temporalidades de la Iglesia. Se habían hecho los inventarios, solo faltaba que el cura y Arrieta firmaran. Vino el seudo embargo, la opción de compra y otras cosas donde siempre están los mismos: Omar y sus abogados.
¿Utilizaron la figura del padre Minor?
-Totalmente.
¿No hay responsabilidad del cura?
-Él se enredó en todo esto, y por su afán y apego al billete se dejó enredar en sus propios mecates. Hay un documento de octubre de 1999 que se llama «Radio María: un problema pastoral», que obispos y vicarios le dirigen a Arrieta, donde le señalan puntos y le piden actuar. Ese documento se hizo apenas a seis meses de iniciar la radio y ya los obispos estaban encachimbados. Sin embargo, eso le resbaló a Arrieta y le sigue resbalando.
Con los documentos contables fue con lo que empezamos, y aquí es donde encuentro a Chaves, que aparece como el que vende la frecuencia, cuando ésta es de Marco Muñoz.
Este caso, con todos sus bemoles y los que va a tener, me ha permitido cerciorarme personalmente de una corruptela que existe en ciertos personajes de la iglesia. Eso es corrupción.
Del último evento que hizo el cura Minor en La Sabana, le tocaron a Arrieta o a la Arquidiócesis cerca de ¢7 millones. Al cura Minor de ahí le tocaron $100 mil libres. Se demoraron más de un mes contando la plata que recaudaron en La Sabana.
Le voy a contar algo que no he dicho. Cuando yo tuve las reuniones con Omar, él me dice: «Mire Parmenio, si usted sigue con el asunto de Minor, se nos cae un negocio». Se refería no solo a la publicidad, pues ellos metieron cuñas en CANARA y hasta la fecha CANARA no se ha pronunciado, si es que se va a pronunciar». Yo le pregunto: «¿Qué clase de negocio se les va a caer, don Omar?» Y él me dice: «Minor ya no cabe en el edificio de Radio María y vamos a comprar el edificio de la McDonalds que está a la entrada del edificio del Banco Nacional. Vale $7 millones y yo le voy a financiar. Comprenderá que tengo que ganarme mi platica. Me voy a quedar con el piso de abajo, que lo voy a usufructuar yo, y los demás pisos quedan para la emisora. Y en este negocio tienen que estar metidos, Mínor, Arrieta y yo.» Y yo le pregunto: «Y Arrieta qué, si hay problemas para que la emisora siga». Él me dice: «Arrieta tiene $200 mil, pero es muy poco. Yo voy a financiar eso.» Y me dio el nombre de un español de apellido Zapata, me dio incluso el nombre del abogado que es el representante del español. «Y nos vamos a ganar un mundo de platica y yo quiero que usted gane más», me dijo. La plata tiene que estar repartida.
Yo le dije: «No papá, otra vez se equivocó de parada, este no es el bus suyo, se equivocó de ruta.» Me dijo: «¿Si le aumentamos un  poquito al medio millón por mes?» Y yo le dije: «Ni le sume ni le reste, aquí no hay nada.»
Esa reunión fue el jueves 22 de marzo. Al día siguiente que yo le dije que no, me publican una página en La Extra, donde dicen que yo había falsificado no sé que diablos.
Aquí no hay tal que los que balearon fueron los seguidores del cura. Los seguidores del cura son fanáticos, que me dicen que soy hijo del diablo y que soy un mal patriota, que soy un comunista, y no sé qué. Aquí lo pesado es lo de Omar y el negocio se les vino abajo. El carajo se pensaba ganar como $3 millones. En el mismo edificio que tienen hoy día, él se ganó medio millón de dólares. Él mismo me lo contó y los documentos así lo dicen. Él lo compró en más de $800 mil y la liquidación de bienes que hacen es por $1.4 millones. Esto tiene mucho intríngulis, es demasiado, no es solo lo que se conoce.
De Minor tengo un expediente de un caso que está en La Reforma y que es de coima. Es un asunto de una violación de un chiquito. No la hizo Minor, pero fue cómplice de la violación. Fue un testigo que ocultó todo a la hora de la verdad y el pobre «güevón» que está ahí, mamó 9 años de cárcel. Es un muchacho que se llama Gerardo. Tengo vídeos de homosexuales que, bajo juramento, en acta pública, afirman haber tenido relaciones sexuales con… (Medina menciona los nombres de dos sacerdotes). Hay un mundo de mierda. Incluso he pensado en escribir un libro, y en su momento lo haré. Yo, por el lado mío, ya terminé esta carajada. Pero en ese libro yo espero decir lo que no he dicho. No he dicho más del 80%, y aquí lo tengo documentado. Es una historia interminable.
Hablate con… (Medina menciona un nombre), él necesita que se le ayude, porque Omar es un hombre de mucha influencia en todos los ámbitos de este país. (Medina proporciona los números telefónicos de esta persona). Esperate y le pego una llamada…
¿Por qué tiene tanta influencia Omar Chaves?
-Por dinero, no sé.
¿Él es un empresario?
-Es un empresario a la fuerza. Él me contó su historia. Hace 10, 12 años no tenía con qué pagar la luz. Vendía agujas de coser ahí por la Chavelona. A la gente le canta la sirena en determinado momento.
Yo documenté el caso de Radio María con el apoyo de muchos. Hubo elementos que trabajaron en Radio María y que empezaron a tener problemas con el cura y la conciencia los fue trabajando y acudieron a mí. Empezaron a soltar y traer documentos. Tengo 50 horas de grabaciones de conversaciones.
Todo esto me ha afectado mucho, porque el cura, cuando esto estaba en su furor, él personalmente y por teléfono se encargó de intrigar a los clientes y logró ahuyentarme a unos pocos.
¿Qué va a pasar con la Patada?
-En eso estoy. Quizá termine el programa, quizá lo siga, quizá me vaya a vivir a Cuba, a La Habana. Estoy en una disyuntiva. No he podido resolver. Esto me va a llevar su tiempito, un par de meses para ver dónde y cómo voy a hacer. Porque agregado a esto, estoy cansado, tengo 62 años, quiero descansar un poco, cambiar de vida, cambiar de ambiente.
Hay varios cuestionamientos. No lo estás preguntando, pero me sirve que me digás. Si yo dejo «La Patada» y sigo viviendo en este país, a mí en poco tiempo se me acaba la vida. Tengo fuerzas, física y mentalmente estoy bien. Que esté cansado es otro billete. Si me quedo aquí sin trabajar, la nostalgia me mata. Si lo sigo, no lo voy a dejar y seguiré hasta que el cuerpo me dé. Tomando en cuenta estas dos situaciones, por lo que me estoy inclinando es por irme y alejarme de todo. Olvidarme de «La Patada», de todo lo que me une al país, a la gente, a la radio y empezar una nueva vida por el tiempo que me quede. Tampoco me voy a quedar parado. Ya sea que me vaya a Cuba, o a Chile, no sé. Por eso te pedí la semana pasada el número de Carlos (Morales, exdirector de UNIVERSIDAD), porque a mí me serviría mucho una corresponsalía en La Habana. Con ella tendría un mundo de facilidades para trabajar y ubicarme. Yo en Radio Habana tengo trabajo. Estoy en esa disyuntiva. Estoy cansado. Lo que pasó con el cura me ha afectado mucho, no en lo económico, pero me ha creado problemas hasta con la familia. Me han reclamado que los expuse, que los puse en peligro, que por mi tozudez, por mi terquedad, que por qué no terminé. Estoy en eso. No sé que hacer.
La gente aquí me quiere, los medios tienen confianza en mí. Tal vez plantearle a Carlos una corresponsalía sin paga, me ayude.
(Entrevista realizada por William Vargas Mora, el 3 de julio de 2001)
Especial Parmenio
Coordinación general: Laura Martínez Quesada y Ana Incer Arias.
Edición y presentación: María Flórez-Estrada Pimentel.
Fotografía: Allen Campos.
Caricatura: Luis Demetrio Castro
Diseño y diagramación: Juan José Artavia J.

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