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A pedido de UNIVERSIDAD, los economistas Juan Manuel Villasuso, de la UCR, Eduardo Lizano, expresidente del Banco Central, y Luis Paulino Vargas, de la UNA, analizan el proyecto de reforma fiscal que dictaminó la Asamblea Legislativa, y cuya discusión continúa en el actual período de sesiones extraordinarias.
Como se podrá apreciar, los tres coincidieron en que el proyecto introduce algunos aspectos positivos, como ordenar el sistema. No obstante, tienen discrepancias de fondo. Mientras que Lizano lo considera «positivo», Villasuso y Vargas opinan que es innecesariamente generoso con el capital extranjero y advierten que el sistema sigue siendo regresivo, es decir, que el peso de los impuestos recaerá aún más en los pobres y la clase media.
Juan Manuel Villasuso
IMPUESTO AL VALOR AGREGADO
* El Impuesto al Valor Agregado (IVA) es un tributo más adecuado que el de ventas porque permite una mayor eficiencia en la recaudación y elimina el posible «efecto cascada» de éste.
* No obstante, la ampliación de la base del IVA aumenta la regresividad del sistema tributario, porque es un impuesto indirecto (pagan por igual ricos y pobres), y se recaudará un monto mayor proveniente de este gravamen.
* El hecho de que se establezca una tasa menor del IVA (6%) para ciertos bienes, servicios o actividades, no le quita esta característica al impuesto.
* Para que el IVA fuera menos regresivo y se elevara la recaudación, en lugar de ampliar la base de las actividades que pagarán el impuesto, se debería incrementar la tasa impositiva para los bienes suntuarios (de lujo) a un 18%. (Hoy lo están con el 13%).
RENTA GLOBAL
* Estoy de acuerdo con este impuesto, siempre y cuando se incluyan con la misma tasa impositiva todos los ingresos, sin importar su fuente o naturaleza.
* No es válido que se graven los ingresos provenientes de intereses del capital financiero con un 10%, mientras que para los ingresos por salario la escala llega al 30%. Esto beneficia al capital financiero y perjudica a los trabajadores.
* Tampoco es válido que los dividendos provenientes de acciones en empresas tengan una tasa impositiva menor.
IMPUESTO SOBRE LA RENTA A LAS EMPRESAS
* La propuesta de disminuirlo del 30% al 18% se basa en un estudio del Banco Mundial (quien recomienda bajarlo más, al 15%), porque supone que los niveles impositivos son la principal variable que influye en las decisiones de la inversión extranjera directa (IED) para establecerse o permanecer en un país. Este supuesto ha sido criticado por diversos autores, incluso por el Banco Interamericano de Desarrollo, quien afirma que: «Si bien la competencia por la IED ofreciendo incentivos tributarios es a veces eficaz para atraer inversores, parece tener mucho más impacto la mejora de la calidad de las instituciones, la calidad de la mano de obra, la efectividad del gobierno y la infraestructura».
* Si a lo anterior se añade que: las empresas extranjeras establecidas en el país y exoneradas del pago de impuestos generalmente tributan en su país de origen; que éstas pueden descontar en su país de origen los impuestos pagados en el extranjero; y que las tasas impositivas corporativas en la mayoría de los países desarrollados (de donde proviene la inversión extranjera) son iguales o mayores al 30%, entonces no se justifica reducir el impuesto sobre la renta a las empresas. Lo que corresponde es, durante los próximos años y antes de 2008, firmar tratados de compensación fiscal con los países de los cuales proviene la inversión extranjera.
* Los dos principales efectos que tendría la reducción al 18% del impuesto corporativo sobre la renta, serían los siguientes: las empresas nacionales pagarían menos impuestos (beneficio inesperado para las compañías nacionales más grandes); y es posible que la recaudación disminuya, porque los precios de compra y venta entre las empresas extranjeras en Costa Rica y sus casas matrices pueden ser manipulados.
* Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) tendrán que pagar el 18% de renta, cuando ahora pagan tasas menores dependiendo de la escala.
¿RESOLVERÁ EL PROBLEMA?
* Se elevaría la carga tributaria actual de 13% del Producto Interno Bruto (PIB) al 15,5%. Esto es insuficiente para alcanzar el 18% que tienen otros países similares a Costa Rica y no permite darle «sostenibilidad» en el mediano plazo al nivel de gasto público que requiere el país. Dentro de pocos años será necesaria otra «reforma fiscal».
¿Y EL TLC?
* El efecto fiscal del TLC será una disminución de la recaudación arancelaria. Estimaciones preliminares indican que durante el primer año de vigencia del TLC, la recaudación podría disminuir entre ¢25 mil millones y ¢30 mil millones por concepto de aranceles. Este efecto no ha sido considerado, al menos explícitamente, en el proyecto fiscal.
¿CÓMO DEBE SER LA REFORMA FISCAL?
* Generar los ingresos suficientes para que de una vez por todas la recaudación fiscal permita asumir el gasto público necesario para el desarrollo, es decir, una carga tributaria de aproximadamente el 18% del PIB.
* El peso tributario debe recaer con mayor intensidad en los sectores de mayores ingresos y, sobre todo, en los más ricos. Esto hace indispensable que se considere en la reforma un impuesto al patrimonio.
* Que se enfrente con seriedad el tema de la eficiencia en la recaudación para evitar la evasión tributaria (mejoras legales, institucionales y administrativas, mayores recursos a las instancias fiscales y castigos más severos a los evasores).
* Asumir con seriedad la racionalización del gasto público, dentro de un concepto de reforma del Estado que busque no solo la eficiencia y la eficacia, sino también la promoción del desarrollo de manera integral.
* Una mejor administración de las finanzas públicas, en especial en cuanto a la reestructuración y reingeniería financiera de la deuda pública (especialmente la deuda interna).
Eduardo Lizano
“Es un progreso”
Impuesto al Valor Agregado
* Su creación es un hecho positivo, porque es un progreso en cuanto a la estructura y organización del sistema tributario. Actualmente hay una serie de servicios exentos del pago del impuesto de ventas, que deben ser gravados. Por ejemplo, los talleres que reparan los autos de las personas de altos ingresos. El IVA ampliará la base de quienes pagan impuestos.
Impuesto sobre la Renta a las Empresas
* Unifica este impuesto y pone a pagar a las empresas de las zonas francas. Además, hace que el país entre en el ordenamiento fiscal internacional. Cuando las exportaciones no pagan impuestos, estamos ante un subsidio. Esta medida tiende a la igualdad.
* Si el 18% es alto o no, puede discutirse. En algunos países este impuesto es del 13%, pero la unificación es razonable y se aplicará paulatinamente, lo que permitirá que las empresas se vayan acomodando.
Renta Global
* También me parece bien, pues hará que se declaren los diferentes ingresos que se generen, lo cual permitirá consolidar la declaración del impuesto sobre la renta. Unificar ese impuesto va en la dirección correcta.
¿Resolverá el problema?
* Esto dependerá de la capacidad de recaudación del Ministerio de Hacienda, de si se moderniza. Se habla de crear un órgano recaudador.
* Lo que pase con el gasto es clave, porque mientras el Gobierno continúe con los serios déficit financieros, no puede gastar en educación, salud, seguridad, en lo que debe invertir. Es necesario sanear las finanzas públicas, porque los grupos de altos ingresos pueden sustituir los servicios básicos con sistemas paralelos de salud, de educación, pero los pobres no, pues dependen de los servicios del Estado.
¿Y el TLC?
* Hay que pensar en la política arancelaria general y no solo en los TLC. Se habla de hacer un sistema tributario más progresivo y no regresivo, pero hay que tener cuidado, porque algunos impuestos indirectos -que se consideran en general regresivos- son progresivos. No me gustaría ver que disminuyéramos los indirectos sobre esta clase de bienes.
* Estamos cambiando la estructura tributaria para depender menos de los impuestos a las exportaciones y a las importaciones, es decir, del comercio exterior, y más de los impuestos a los productos que se comercian localmente. El IVA se transformará en uno de los principales. Estamos ante una modificación de la estructura tributaria.
¿Cómo debe ser la reforma fiscal?
* Que los impuestos sean relativamente generalizables, como el IVA.
* Es preferible bajar los impuestos, pero ampliar la base tributaria. Así se evita que la evasión tenga un impacto concentrado.
* El sistema tributario costarricense tendrá que ser competitivo internacionalmente. Si está fuera de línea con los países competidores, se irían las inversiones. Esto no lo podemos manejar de manera independiente, como las tarifas públicas. Sé que esto es discutible, pero debemos saber que hay límites que, si los pasamos, traerán consecuencias para el país.
Luis Paulino Vargas
“Tiene un sesgo pro-empresas”
Impuesto al Valor Agregado
* El peso de la reforma tributaria recae en este impuesto, que es regresivo, pues afecta proporcionalmente más a las personas y familias de ingresos más bajos. Con seguridad ampliará el carácter, ya de por sí regresivo del impuesto sobre las ventas.
Impuesto sobre la Renta a las Empresas
* Los nuevos ingresos que genere dependen de la tributación de personas físicas (tasa impositiva de hasta el 30% en su límite superior), ya que para el caso de las personas jurídicas (es decir, las sociedades), está contemplada una tasa impositiva muy favorable (uniforme en el 18%, independientemente del tamaño de la empresa, a partir del ejercicio 2010).
* Sin embargo, incorpora múltiples posibilidades de exención que no favorecen a las PYMES, a pesar de ser por sí solas y en conjunto las que más empleo generan.
* Presenta un sesgo sistemático a favor de las empresas, sin duda con la idea de mantener un fuerte estímulo fiscal a favor de la inversión extranjera.
* Este marcado sesgo pro-empresas implica sacrificar montos sustanciales de ingresos.
* El mayor peso del impuesto sobre la renta sobre las personas físicas, si bien sugiere que los más ricos tendrían que pagar más, también abre interrogantes acerca de sus posibles efectos sobre los estamentos medios de la sociedad.
*
¿Resolverá el problema?
* Continúa siendo un paliativo al problema fiscal, no una solución.
* Incrementar la carga tributaria al 15,5% del PIB (sin incluir «cargas sociales») ni tan siquiera cubre los déficit fiscales de los últimos años. El país debería fijarse como meta elevar esa carga tributaria al menos al 20% (sin incluir «cargas sociales»).
* Tiene dos defectos capitales: a) se concentra en el IVA y el impuesto de la renta, despreciando otras posibilidades de tributación que podrían dar rendimientos significativos y b) el peso de la reforma en realidad está en el IVA, es decir, se reitera el viejo expediente de sustentar el financiamiento del Estado en los que menos tienen, mientras los focos principales de generación de riqueza tan solo tributan de forma relativamente marginal.
* El sesgo pronunciado a favor de las empresas extranjeras implica que de ser aprobado el proyecto, tan solo se le dibujarían formas ligeramente modificadas al viejo problema de la deficiencia estructural del sistema impositivo costarricense.
* Hay que reconocer una voluntad positiva por introducir mecanismos para la evaluación del gasto público y la rendición de cuentas, inclusive para tratar de resolver las pérdidas del Banco Central, pero se hace sobre el telón de fondo de una estructura tributaria que resulta un débil paliativo.
¿Y el TLC?
* Los TLC reducen o eliminan los impuestos de aduanas, es decir, los aranceles. No eliminan el impuesto de ventas (o el IVA, si es el caso). Esto debemos tenerlo claro a fin de no sobrevalorar la magnitud de la pérdida de ingresos resultante del TLC, con todo que esta, evidentemente, se da. Sin duda, la liberalización del comercio exterior incide en los ingresos tributarios.
* La «incorporación» a la globalización tiene un costo fiscal muy elevado: reducción de impuestos a exportaciones e importaciones y desgravación sistemática a la inversión extranjera. Este proyecto, como era de esperar, no toca el comercio exterior y aunque obligaría a tributar a las empresas extranjeras, lo hace en los términos y de las formas más atenuadas posibles. Comparado con las tasas de tributación sobre las ganancias en países europeos (frecuentemente del orden del 30, 40% o más), resulta un generoso obsequio.
¿Cómo debe ser la reforma fiscal?
* Equitativa: los que más tienen realmente deben pagar más.
* Estimular el ahorro y, correlativamente, la sobriedad en el consumo.
* Penalizar el consumo dispendioso (por ejemplo, bebidas alcohólicas) o suntuario.
* Penalizar formas de inversión no productivas, por ejemplo: desarrollos inmobiliarios de «moles» (malls), parqueos, edificios de oficinas.
* Penalizar las actividades que tienen un sesgo especulativo (la financiera o la especulación inmobiliaria, por ejemplo) o que constituyen formas «fáciles» de obtención de riqueza (por ejemplo, casinos).
* Penalizar las expresiones exteriores de riqueza (por ejemplo, casas lujosos, centros de recreo de élite, yates, autos de lujo).
* Penalizar los ingresos en forma proporcional a su monto e incluyendo el de las empresas en términos comparables con los de las personas, de forma que, además, se brinden estímulos diferenciados a favor de la pequeña y mediana empresa.
* Penalizar las actividades que tengan efectos nocivos para el medio ambiente.
* Penalizar la existencia de activos productivos ociosos (en particular, tierras mal aprovechadas o desaprovechadas del todo).
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