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Se siembran flores y follajes en las zonas de Alajuela, Cartago y Limón. Este sector emplea a unas 7.000 personas y crea 20.000 empleos indirectos. (Foto: Pastoral Social Limón)
En el país se promueve un nuevo sello socio-ambiental llamado Flower Label Program (FLP), específicamente para la producción de helechos y flores tropicales; pero antes debe vencer la competencia de otras certificaciones reconocidas entre personas productoras del sector.
En Holanda o Alemania se venden flores que en algunos casos vienen de fincas de países latinoamericanos o africanos donde las condiciones laborales dejan mucho que desear. Por ejemplo, muchas mujeres trabajan en espacios pocos seguros, expuestas a contaminación por plaguicidas o con pobres contratos laborales. De ahí que el FLP sea un sello que certifica a plantaciones de flores y follajes, cuya producción se desarrolla cumpliendo altos estándares sociales y ambientales, como un uso responsable de agroquímicos, y la promoción de salud y equidad de género en el trabajo.
Además, se sabe que la tendencia del mercado internacional, principalmente el europeo, demanda, productos generados de una manera social y ambientalmente responsable.
En Costa Rica se han denunciado casos de riesgo de contaminación de mantos acuíferos por aguas residuales de cultivos de helechos y de personas intoxicadas en este tipo de fincas. Un problema reciente se dio en San Isidro de Alajuela, cuando se obligó a dos empresas a cumplir con ciertas normas de prevención.
RIESGOS EN «LA CHAYOTERA»
«Conocimos situaciones de trabajadores que habían sido intoxicados y se confirmó el riesgo de que los mantos acuíferos estuvieran contaminados por la filtración de agroquímicos usados en las plantaciones de helechos», aseguró Xinia Castillo, quien forma parte del Consejo de Defensa de la Institucionalidad (CDI) de Alajuela.
Se trataba de la naciente «La Chayotera», y eran dos empresas de helechos las que operaban dentro del área de protección de la naciente. Se interpuso un recurso de amparo ante la Sala IV, la cual resolvió a favor de las personas de la comunidad, así que se cercó la zona de la naciente y las empresas retiraron las plantaciones cien metros, informó Castillo.
Pero en marzo del año pasado también se presentó un diagnóstico nacional sobre aspectos socioambientales y sociolaborales en la producción de helechos y flores tropicales. Entre los resultados del estudio se señalaba que la situación sociolaboral de las personas del sector era muy difícil y delicada, porque muchas no estaban aseguradas con la Caja Costarricense del Seguro Social, trabajaban más de ocho horas diarias y los patrones no pagaban pólizas de seguros. Tampoco se cumplía con medidas de seguridad y los empleados y las empleadas desconocían los agroquímicos que aplicaban en las fincas.
«A veces tenían mareos, alergias, los ojos rojos. Todo esto nos impulsó al CDI a unirnos a otros grupos para buscar una solución a esta problemática», detalló Castillo.
EL SELLO
Desde fines del año pasado el CDI de Alajuela, la Fundación Friedrich Ebert, la Pastoral Social de Limón y la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP) promueven el sello del FLP. Para esto contactaron a una organización alemana que defiende los derechos económicos y sociales en varios países del mundo: FoodFirst Information and Action Network (FIAN).
De acuerdo con información de la FIAN, el sello FLP se creó en 1998, en conjunto con otras asociaciones de floricultores de Alemania. Los estándares sociales y ambientales se basan en las principales declaraciones de Derechos Humanos, Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Estándares Internacionales de Medio Ambiente.
El sello FLP garantiza al consumidor que la flor y follaje comprado con esa certificación se produjo protegiendo el medio ambiente y su entorno social. Es reconocido en Austria, Suiza, Bélgica, Holanda y Alemania; actualmente hay plantaciones certificadas en Ecuador, Colombia, Tanzania, Zimbabwe y Kenia, según la FIAN.
Representantes de esa entidad han visitado el país en cuatro ocasiones y del 1 al 6 de diciembre pasado promocionaron el sello en una actividad ante la Cámara de Exportadores de Costa Rica (CADEXCO), la Asociación Costarricense de Productores y Exportadores de Helechos y la Asociación Costarricense de Floricultores (ACOFLOR).
COMPETENCIA RELATIVA
La semana pasada hubo una reunión con productores de flores tropicales y follajes, sólo de Limón. Si bien Castillo indicó que hubo buena aceptación por parte del sector empresarial y continuarán el proceso de promoción, se sabe que la tarea no es fácil.
En el país existen otras certificaciones para productos agrícolas producidos de forma sostenible. Una es la certificación agrícola ECO-OK, que se otorga en conjunto con la organización Rainforest Alliance.
El año pasado, se informó que doce fincas de helechos obtuvieron, por primera vez en el mundo, la certificación ECO-OK y que otras gestionaron otro tipo de certificaciones ambientales, y se adhirieron al Sistema de Gestión Preventiva de Riesgos Laborales del Instituto Nacional de Seguros (Panorama, 13 diciembre, 2003).
Se contactó a Bernardo Vargas, de la Asociación de Productores de Helechos, para pedir información al respecto, pero a la fecha de cierre no había enviado sus respuestas.
Empresas exportadoras de flores trabajan con la certificación holandesa MPS (Milieu Programa Sierteelt). Y el sello que impulsa la Promotora de Comercio Exterior (PROCOMER) es el EUREP-GAP. GAP significa buenas prácticas agrícolas (Good Agricultural Practices) y EUREP es el Euro Retailer Produce Working Group, que une a los principales supermercados europeos.
En San José de la Montaña tiene su finca Bart De Lange. Allí crecen lirios y otras flores de exportación y cuentan con la certificación MPS. De Lange, quien preside ACOFLOR, expresó que el FLP recién empezó a promoverse y aún se tiene poco conocimiento sobre él.
«En el sector se ven con buenos ojos los certificados ambientales y sociales, pues son una herramienta importante para trabajar en lo ambiental. Los costos para obtener la certificación del FLP son similares a los de otros sellos», dijo.
Así que habrá que esperar a ver si el Flower Label Program logra convencer al grupo empresarial para que más fincas mejoren las condiciones laborales de sus empleados; aunque también puede ser que en un futuro se unan dos o más certificaciones para el mercado europeo en una sola alianza.
Costo de la certificación
Los auditores del Flower Label Program (FLP) hacen un diagnóstico de la empresa, y sobre los resultados de esta inspección la directiva del FLP debe decidir si otorga la certificación.
* Costos de vuelo y alojamiento para dos personas del FLP.
* La primera certificación dura un año y cuesta $2000.
* Después hay una inspección de profesionales locales seleccionados y contratados por FLP. Para esto las empresas pagan al FLP $1000 base anuales, más $100 por cada hectárea, hasta un máximo de $2500.
Si existe interés real de implementar y aplicar las pautas del FLP, se podrían renegociar las condiciones de los costos. Organizaciones no gubernamentales y sindicatos pueden participar en las inspecciones.
Fuente: Xinia Castillo, miembro de la red nacional que promueve el FLP.
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