Mónica Umaña Alvarado recomendó consumir bebidas hidratantes y evitar las energéticas, pues el exceso en su consumo puede provocar problemas en la salud, especialmente en deportistas
¿Sabía usted que las bebidas energéticas contienen entre 28 y 34 gramos de carbohidratos por 250 mililitros, aunque en personas que practican deporte lo  recomendable es consumir entre 14 y 20 gramos de carbohidratos antes y durante la actividad física?
Una sola bebida energética contiene entre 80 y 100 miligramos de cafeína por lata, lo que equivale a una taza de café. Es decir, si usted consume tres latas de este refresco, tomaría la cantidad diaria máxima de cafeína recomendada, que es de 300 miligramos.
Algunas bebidas poseen 1000 miligramos en taurina, y se recomienda consumir un máximo de 3000 miligramos diarios.
El exceso en el consumo de este compuesto puede alterar el funcionamiento cardiaco y ocasionar taquicardias, y en casos especiales, hasta ataques al corazón.
Si usted compra bebidas energéticas y desconocía la información anterior, está dentro de las miles de personas que se  guían por falsas expectativas para acrecentar el rendimiento físico e intelectual y la masa muscular.
Además, se les promociona como bebidas capaces de eliminar el cansancio, sueño y estrés de los exámenes y desarrollar la capacidad de trabajo. Sin embargo, no existen estudios científicos que avalen las afirmaciones que brindan los fabricantes de estos productos.
Las empresas que comercian estas bebidas, proyectan una imagen irreal de su producto, la cual hace creer que este refresco es un fluido de energía, pero la realidad dice lo contrario.
En el mercado se ofrecen decenas de bebidas «energéticas o energizantes» (conocidas además como inteligentes o funcionales). La cantidad de ingredientes de estas últimas, depende de la marca comercial.
Debido a su bajo aporte energético, la Organización Mundial de la Salud (OMS), planteó que se le denominen más bien «bebidas estimulantes».

INGREDIENTES PELIGROSOS

Según la nutricionista Mónica Umaña Alvarado, estas bebidas en lugar de aportar dinamismo, causan molestias gastrointestinales y podrían afectar el sistema nervioso, principalmente en deportistas.
La alta concentración de carbohidratos que contienen, reduce la tasa de absorción de fluido del intestino a la sangre e  impide la rehidratación.
La especialista asegura que el exceso en su consumo, produce frecuentemente obesidad y para deportistas recomienda no consumirla antes o durante la actividad física, debido a que retrasa el vaciamiento gástrico (los nutrientes se retardan en pasar del estómago al intestino) y puede provocar problemas gastrointestinales, como mareos y náuseas.
Así mismo, el porcentaje alto de cafeína, y su alto consumo podría alterar el ritmo cardiaco, elevar la presión sanguínea, provocar insomnio, temblor e irritación de la mucosa gástrica.
Preservantes, ácido carbónico, sabores, aromas  artificiales, regulador de la acidez, colorantes, inositol (alcohol de azúcar), gas y taurina, son otros ingredientes de estas bebidas.
Ocasionalmente, el gas puede provocar vómito y eructos, especialmente en deportistas. Además, causan una sensación de llenura, que hace que el deportista no tome las cantidades necesarias de líquidos.
Umaña recomienda a las personas sensibles a la cafeína y que sufren de diabetes o problemas de peso, mujeres embarazadas y  población infantil, no consumir bebidas energéticas, debido al alto grado de cafeína y carbohidratos que contiene.

A PRUEBA

Umaña Alvarado y José Moncada Jiménez -profesor de la Escuela de Educación Física y Deportes- realizaron un estudio sobre estas bebidas con once atletas (hombres).
El objetivo era determinar si el consumo de una bebida energética (BE) antes del ejercicio mejora la resistencia aeróbica, respecto a un producto placebo (BPL) compuesto de  agua carbonatada, jugo de frutas y refresco en polvo.
Los deportistas efectuaron dos pruebas de 10 kilómetros, con una semana de diferencia entre cada una. Diez sujetos (91%), reportaron problemas gastrointestinales con la energética y ocho (73%) con el placebo.
También hubo un efecto placebo porque no se encontró diferencia en el rendimiento físico al tomar las dos bebidas. Sin embargo, los corredores percibieron un esfuerzo menor al utilizar la BE en comparación con la BPL.
Otro ejemplo de consumo es el caso de Leoner Arce Arrieta, estudiante de la carrera de Medicina. Debido a la pesada carga académica del semestre anterior su horario de estudio era muy rígido. Para lograr permanecer despierta y estudiar hasta altas horas de la noche, ella y algunos compañeros consumían entre una y dos bebidas energéticas.
Umaña comentó que este hábito es común entre estudiantes, sobre todo a finales del periodo lectivo, por lo que sugiere no consumir más de una lata al día.
Recomienda a las personas que se encuentran cansadas y extenuadas consumir productos frescos, jugo de frutas y agua fría.

¿ENERGÉTICA O HIDRATANTE?

La bebida energética tiene un concepto, composición y función muy diferente a la hidratante, aunque muchas personas tienden a confundir el término.
La hidratante es un producto que permite la reposición de fluidos, mantiene los niveles de glucosa sanguínea y aumenta la absorción de sodio y agua, explicó Umaña.
Además, destacó que ésta posee potasio, cloro y magnesio para reponer las pérdidas en el sudor, promover la absorción de agua y mejorar el sabor.
Así mismo, contiene una forma de carbohidratos simple, más sodio y potasio. A diferencia de la energética, no contiene gas ni cafeína y el porcentaje de carbohidratos es entre 4% y 8%, e incrementa la energía.
UNIVERSIDAD realizó una encuesta con seis deportistas y  afirmaron consumir solo bebidas energéticas después de sus entrenamientos.
Según subrayó Umaña, las  hidratantes realmente proveen energía e hidratan el cuerpo, por lo que son aptas para el consumo, principalmente de deportistas.