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Admite que se demoró en intervenir Radio María ante actuaciones del sacerdote Minor de Jesús Calvo
«Juro ante Dios que no he tocado un cinco que perteneciera a Radio María», señaló con mucho énfasis el exarzobispo de San José, Román Arrieta.
Contundente y airado por momentos, el exarzobispo de San José, Román Arrieta, aseguró que está dispuesto a ser investigado judicialmente y negó que haya participado en presuntas estafas ocurridas en la desaparecida Radio María, según dijo a UNIVERSIDAD.
Ante la publicación de este semanario de la entrevista completa que dio el asesinado productor Parmenio Medina al periodista William Vargas, el sacerdote jubilado puntualizó que si hubo malos manejos financieros fueron hechos a sus espaldas. Se mostró dispuesto a ser indagado por la policía judicial para dejar su nombre libre de dudas.
«Hablar de encubrimiento es lo que a mí me duele. Yo era el Presidente de la Conferencia Episcopal», puntualizó Arrieta, quien aseguró que durante sus indagaciones sobre lo que sucedía en esa emisora se enteró de la creación que hizo Calvo de una sociedad anónima en Panamá donde al parecer se manejaban grandes sumas de dinero.
También el exjerarca de la Iglesia Católica habló con este semanario sobre las manifestaciones de sectores considerados «fundamentalistas» y que apoyan al padre Minor.
Respondió además preguntas sobre el tema de la sexualidad según la Iglesia.
Las acusaciones judiciales contra el sacerdote Minor Calvo y el empresario Omar Chávez son en parte por supuestas estafas cometidas contra los oyentes de Radio María a quienes se les recibían joyas y propiedades. ¿Por qué usted permitió llegar las cosas hasta ese punto y no intervino antes?
-Yo venía haciendo indagaciones sobre cómo se manejaba la emisora y fue este tipo de hechos los que me llevaron a cerrarla.
Muchas personas que me conocen aseguran que se necesita hombría para que se haya cerrado esa estación radiofónica.
En parte había recibido informaciones sobre el tema tanto de sacerdotes como de laicos -incluidas las denuncias hechas por Parmenio Medina-, aunque debo aclarar que cerré la emisora porque tenía suficientes razones para hacerlo.
Hablar de encubrimiento es lo que a mí me duele: yo era el presidente de la Conferencia Episcopal. Igual que hice con muchos otros sacerdotes, uno les da instrucciones, conversa y los regaña. Antes de cerrar Radio María, busqué la enmienda de las personas y que la persona se convierta y tome el rumbo correcto.
Cuando expresé en una entrevista televisiva que le cubría las espaldas (se refiere al padre Minor) lo que quise decir es que había conversado con él en muchas ocasiones, a veces personalmente o por teléfono y pensaba que, con rectificación, la emisora podía continuar. Juro ante Dios que ese fue el sentido en que dije esa expresión, fue en un momento de muchas tensiones para mí. Pido por Dios que me crean porque es cierto.
Muchas personas han interpretado esa frase como encubrimiento sobre malos manejos financieros e, incluso, le atribuyen una connotación sexual …
-Juro por Dios que no es así en ninguno de esos sentidos. Me duele mucho que se interpretara esa expresión como un mutuo encubrimiento de espaldas. No fui alcahuete; llegó el momento en que no valieron las instrucciones, los consejos. Ahí sí me fui a la sanción, fue tremenda.
Le juro ante Dios que nunca he tomado un cinco que no me pertenece.
Pero entonces, ¿cómo explica -si llevaba controles tan detallados- que se dieran los aparentes malos manejos como investiga la policía?
– El economato, como existe en todas las diócesis, es la persona que lleva el control presupuestario. El arzobispo es el administrador pero el ecónomo lleva un control.
Parmenio Medina dijo en uno de sus programas radiofónicos que luego de que habíamos celebrado un aniversario de Radio María en el Parque Metropolitano La Sabana yo me había embolsado ¢7 millones del dinero recogido y el padre Minor el resto.
Lo que sucedió al terminar aquella misa fue diferente. Recuerde que el padre Minor debía entregar el diezmo a la Curia Metropolitana. Con eso siempre se ha pagado el sostenimiento del Seminario Mayor y el pago del personal. Para entonces le dije a Minor: «acuérdate que de aquí se debe entregar el diezmo». No sé decir cuándo lo entregó, el dinero va directamente al arca de cada iglesia. El ecónomo de Minor era el padre José Manuel Garita, quien pertenece al Tribunal Eclesiástico Matrimonial.
Pero la intervención suya fue tardía porque ya habían pasado muchas cosas dadas a conocer por la prensa.
– Estoy de acuerdo con usted en que la intervención pudo haber sido tardía, pero lo lamentable es que se ha dicho que monseñor debió haber intervenido antes.
¿Fue para darle tiempo a que el padre Minor «alineara» las cosas?
– Era para ver cómo se salvaba la radio. Pero ahí está lo que a nosotros nos duele. Le hablé de la necesidad de que se diera una junta administrativa, a la cual iba a estar sometido en todos los aspectos: el económico, el programático. ¿Cómo no me iba a dar tristeza que él me decía que sí a mis palabras y luego me daba cuenta de que había fundado una sociedad anónima en Panamá llamada Radio María de Guadalupe?
Esa fue la gota que derramó el vaso. Vi en la televisión a Gonzalo Bonilla, una de las personas que trabajó en Radio María, dando detalles sobre el tema. Él fundó la radio y pertenece a un grupo que se marchó por desacuerdos con el padre Minor sobre cómo se manejaban los asuntos.
Yo no quería cerrarla, porque había miles de personas que se beneficiaban de ella. Aunque no era una emisora de la Iglesia Católica, cumplía una importante función. También reconocía el carisma especial del padre Minor para las comunicaciones sociales.
Me desconcertó de la entrevista que el Semanario UNIVERSIDAD publicó que don Parmenio dijera que el padre Minor, Omar Chávez y yo habíamos decidido comprar un edificio nuevo para trasladar la emisora. El padre Minor no me habló de eso. Me enteré del asunto por medio de la separata de UNIVERSIDAD.
Es una contradicción brutal porque si por un lado estoy cerrando Radio María, ¿cómo es que iba a favorecer la adquisición de un edificio nuevo?
¿Considera que pecó de ingenuidad?
– No, pero reconozco que esperé más de la cuenta.
El cierre fue necesario. Por supuesto, no faltaba algún loco exaltado, fanáticos de Radio María que, indignados, hubieran podido atentar contra mi vida debido a su enojo, incluso en este mismo momento. Se han dado jornadas de oración en el Parque Central.
Son grupos fundamentalistas. Hay que ubicarse en la historia y eran miles de personas. Uno cerraba una radio en que estaba ese ídolo que ellos tenían. Pero no logré que él se corrigiera y con agallas cerré la emisora.
Costa Rica debe entender que tomé la decisión de cerrarla por motivos de peso. Mucha gente serena y profesional me ha dicho que fue una decisión valiente.
Muchas personas han interpretado esa tolerancia como excesiva porque suponen motivos sexuales en el caso. ¿Qué opina sobre esta apreciación?
– Que caiga yo muerto en este momento si alguna vez cometí un acto de homosexualidad. (…) Si hay algo que odio es el homosexualismo y a los tribunales fui a dar en el pasado por una polémica con un grupo gay. Salí absuelto.
Soy un hombre de pelo en pecho, normal y siempre he pedido en el Seminario Mayor que ojalá no se cuele nadie que no tenga un debido comportamiento sexual.
Si yo comprobara que algún hombre me tildara de estar involucrado en homosexualismo lo hundo en la cárcel.
Los homosexuales me dan tanto asco y los soporto solo por el amor a Dios. Me siento inmaculado en cuanto a eso.
*Lo que sucede es que mucha gente ha malinterpretado los mios que yo tengo, una persona educada en los Estados Unidos.
¿Cómo es que la Iglesia Católica pide un comportamiento sexual «tradicional» para los sacerdotes, mientras el padre Minor fue vinculado con supuestos actos sexuales ocurridos en La Sabana?
– Ah, eso es otro cantar … lo que él andaba haciendo. (…)
Eso se dice por ignorancia, porque si no tenemos la inteligencia de distinguir la conducta de la Iglesia de la actuación de un sacerdote o de una persona …
¿Usted alguna vez ha hablado sobre este tema con los sacerdotes?
– Claro, en las conferencias que di los segundos miércoles de cada mes en el Seminario les hacía ver claramente que tenemos que ser gente responsable, nadie los obligó a a ser sacerdotes, emitimos el voto de que seríamos célibes. (…) Cada vez que supe de un padre que tenía esas inclinaciones, hablé largamente con él. Decía que aunque tenga inclinaciones homosexuales, igual puede guardar el celibato que un hombre normal.
Por encima de todo esto quiero retomar mi trayectoria en Roma, todo lo mío maravilloso no lo comentan. Soy el obispo en toda la historia eclesiástica del país que ha estado involucrado directamente con Roma, me llamaron a trabajar durante 17 años con dos sumos pontífices en la revisión del Código Canónico y nadie dice nada de eso. Fui quien trajo por primera vez al Papa Juan Pablo II.
Uno tiene mucha paciencia, pero también se deberían reconocer tantas cosas lindas que uno deja a Costa Rica. Ahí está el Hogar de la Esperanza y la Universidad Católica, entre otras obras.
¿Alguna vez habló el tema con el padre Minor?
– Claro que lo hablé con él.
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