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¡A berrear!

«No se le dio la importancia que tiene al arroz como seguridad alimentaria y como soberanía de un país». Patricia Zamora, de la Corporación Arrocera Nacional, a quien atribuyeron esta frase ( Al Día 27/1/04;p 5) cometió idéntico error que el resto de los costarricenses: pensar que  un  grupo de negociantes que fueron a Estados Unidos al calor del libre comercio conocían en su acervo la palabra «soberanía» y «seguridad alimentaria».

«No se le dio la importancia que tiene al arroz como seguridad alimentaria y como soberanía de un país». Patricia Zamora, de la Corporación Arrocera Nacional, a quien atribuyeron esta frase ( Al Día 27/1/04;p 5) cometió idéntico error que el resto de los costarricenses: pensar que  un  grupo de negociantes que fueron a Estados Unidos al calor del libre comercio conocían en su acervo la palabra «soberanía» y «seguridad alimentaria».
Así, frente al representante comercial estadounidense, Robert Zoellick – uno de los halcones de la  Administración Bush-, los arroceros resultaron mantequilla. Igual sucedió con  la seguridad en materia de tecnología, telecomunicaciones, propiedad intelectual, etc. Por esta entrega del control soberano a Estados Unidos de la Internet, telefonía móvil, banco de datos, alimentos, servicios etc., ( para los norteamericanos estos rubros son estratégicos  militarmente hablando),»conquistaremos» a los gringuitos a puras cebollas y papas.
El equipo «regalón» de la soberanía alimentaria, las telecomunicaciones, seguros, tuvo como feria el libre acceso a Estados Unidos del azúcar y el etanol, como parte del nuevo  plan de colonización. Esto explica porque el año pasado algunos de los accionistas del Ingenio Taboga salieron a defender con ahínco el Tratado de Libre Comercio (TLC) .
Desde esta perspectiva, pensar que  los diputados del Partido Unidad Social Cristiana, Movimiento Libertario y los de Liberación Nacional, ligados algunos de ellos al ingenio  Taboga rechazarán el TLC, es volver a equivocarse. Error en que además se incurrió cuando algunos creyeron que con solo manifestaciones multitudinarias a favor del ICE (cuando hubo temor de que el movimiento popular llegara hasta donde debía de llegar), se detendría el regalo de las telecomunicaciones, los seguros, el derecho a producir arroz y a defender lo nuestro. Donación por la cual, de paso, tendremos que pagar tarifas y precios  mayores.  ¡Ya lo verán!
De esta manera los «regalones» del TLC, incluyendo los que reciben ofrendas de los casinos, contaron con el apoyo norteamericano desde el momento mismo  que Zoellick escondió al pueblo costarricense el texto mediante el cual entregábamos todo a cambio de casi nada. Todos,  domesticadamente, lo aceptamos. Por eso, hablar ahora de «texto negociado» resulta insultante para cualquier persona con dos dedos de inteligencia. Aceptable el término, eso sí, entre politiquillos y Celestinas.
Esta es la diferencia, por ejemplo,  entre el accionar  social costarricense y el de Bolivia o la Argentina. Allá, el movimiento social no solo paró a los «Capataces» del «yes man», sino que dio un contenido ejemplar al vocablo democracia como vivencia social y política. Cesó  su lucha hasta que vio renunciar a los gobernantes mentirosos. De hecho, en ambas naciones, están descubriendo en este momento que la democracia sin soberanía y sin dignidad es simple cuento .
He allí el gran fallonazo de Zamora y los defensores de bienes como los seguros, la telefonía móvil, la soberanía alimentaria  y la aspiración, en fin, de una vida mejor. A partir de ahora  estamos notificados que entramos a la libre competencia de Washington: la del «Tigre suelto contra burro amarrado». Así que a berrear porque nada se puede cambiar  en todo lo entregado.

  • RAFAEL A. UGALDE
  • Opinión
DemocracyNational Liberation
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