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Obispos, fiscal, ministro

Atarantado se muestra el ex-arzobispo Arrieta cuando declara odiar al homosexualismo y añade que le genera un asco que «soporta solo por el amor a Dios» (Universidad, nº 1558). La iglesia católica llama a acoger mujeres y varones que presenten inclinaciones homosexuales «con respeto, compasión y delicadeza» (Catecismo, 2358). Insiste en que debe evitarse hacia ellos todo signo de discriminación. Remata la doctrina indicando que los homosexuales «pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana». Arrieta en cambio los odia porque se considera «hombre de pelo en pecho, normal». Además de violar su credo, Arrieta parece ignorar que un homosexual puede ser peludo como gorila y que su ‘anormalidad’ remite a un comportamiento de minoría.

Atarantado se muestra el ex-arzobispo Arrieta cuando declara odiar al homosexualismo y añade que le genera un asco que «soporta solo por el amor a Dios» (Universidad, nº 1558). La iglesia católica llama a acoger mujeres y varones que presenten inclinaciones homosexuales «con respeto, compasión y delicadeza» (Catecismo, 2358). Insiste en que debe evitarse hacia ellos todo signo de discriminación. Remata la doctrina indicando que los homosexuales «pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana». Arrieta en cambio los odia porque se considera «hombre de pelo en pecho, normal». Además de violar su credo, Arrieta parece ignorar que un homosexual puede ser peludo como gorila y que su ‘anormalidad’ remite a un comportamiento de minoría.
 
Más grave, se ufana porque como jerarca demandó al Seminario discriminar a quienes no tuvieran «un debido comportamiento sexual». Como el único ‘debido comportamiento sexual’ de un sacerdote, y de todo católico, es la castidad, ya saben los costarricenses que en ese centro nadie se masturba, expresa urgencias eróticas ni mira desnudo sus vellos en el espejo.
Arrieta yerra en doctrina y sexualidad y tampoco asume su condición civil. Se declara ‘dispuesto a ser indagado por la policía judicial’. Si ha cometido un delito, o es sospechoso de ello, la policía lo indagará con o sin su disposición porque está para eso, aunque él haya sido obispo. Excepto, claro, que en Costa Rica existan ciudadanos «por encima de toda sospecha».
Y en relación con sospechas, mal hace el nuevo arzobispo al decir que visitará a  Calvo en prisión. Éste desea se le vea como mártir y cierta prensa le aviva la rumba. La iglesia católica debería tener trabajo pastoral con reos y detenidos. Basta con sus responsables para acompañar a Calvo. La visita de Barrantes será utilizada como signo de que Calvo es inocente.
Sobre esto, Perogrullo. Si Calvo y Chávez son condenados será porque la fiscalía presenta prueba suficiente. Si los absuelven, porque la fiscalía no logró la prueba o no supo presentarla. La absolutoria no tiene nada que ver con la inocencia de la pareja. Si resultan absueltos por deficiencias en la prueba, el flamante Fiscal General Dall’Anese debería renunciar porque su gestión habría resultado decisiva para dejar impune el crimen contra Parmenio Medina.
Terminemos con algo cómico. El Ministro Trejos pide a los diputados no politizar la discusión del TLC. ¡Pero si la función de los diputados es politizar! Bush presentará el TLC en Estados Unidos si estima le ayudará a reelegirse. Y aquí Trejos quiere discusiones técnicas cuando quienes lo aclaman gorjean excitados que el TLC funda un nuevo país. O sea que el asunto es recontra político. Si de verdad son así como anuncian, a Trejos y Arrieta habrá que enterrarlos, cuando corresponda, en cajitas blancas.

  • Helio Gallardo
  • Opinión
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