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Capa de ozono: UCR lidera nuevo proyecto de la NASA

¿Está la capa de ozono del planeta recuperándose? ¿Está la calidad del aire empeorando? ¿Cómo está cambiando el clima de la Tierra?

¿Está la capa de ozono del planeta recuperándose? ¿Está la calidad del aire empeorando? ¿Cómo está cambiando el clima de la Tierra?
Parte de la tripulación del WB 57, luego de uno de los vuelos científicos.
A estas tres preguntas claves trata de responder el Experimento de Validación del AURA, denominado:  Mision AVE (AURA Validation Experiment), que es una campaña de la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos de América (NASA), para comprender el transporte de gases y aerosoles en la troposfera y su intercambio con la baja estratosfera, con el fin de modelar el comportamiento de la capa de ozono, los parámetros que influyen en su destrucción, la calidad del aire  y los cambios globales climatológicos.
En nuestro país, la Misión AVE es apoyada por el Centro Nacional de Alta Tecnología (CENAT) y la Dirección General de Aviación Civil, y está liderada por el Dr. Jorge Andrés Díaz, profesor de la Escuela de Física de la Universidad de Costa Rica y director del Programa Nacional de Misiones Aerotransportadas
y Sensores Remotos, que se formó recientemente formado como parte de los proyectos de Colaboración NASA-CENAT.
También cuenta con una contraparte científica costarricense conformada por unos 15 investigadores de la UCR, la Universidad Nacional y el Instituto Meteorológico Nacional. Localmente, esta iniciativa es auspiciada además por el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MICIT), la Fundación CR-USA y la Embajada de los Estados Unidos.
De acuerdo con el Dr. Díaz, la primera etapa del proyecto que lleva el nombre de Pre-AVE,  contempló el despliegue de una misión aerotransportada durante el mes enero de 2004, la cual fue dirigida por el Dr. Paul Newman, del Centro Espacial Goddard de Estados Unidos, para validar los instrumentos y observaciones del satélite AURA que será lanzado en este año.
Sus principales objetivos son proveer datos «in situ» y mediciones remotas de alta calidad para la validación del AURA, caracterizar el influjo de material de la troposfera tropical hacia la estratosfera, describir la troposfera tropical alta, incluyendo las relaciones de vapor de agua, ozono y  gases traza precursores de la destrucción del ozono entre otros.
El científico explicó que la segunda fase está programada para mediados del año 2005 y contempla el despliegue en Costa Rica de cinco aviones y más de 300 científicos de la NASA. Por esta razón, a dicha misión se le ha catalogado como la de mayor despliegue científico en el año 2005 de la NASA.

DESDE TERRITORIO NACIONAL

El despliegue de la misión se hizo desde el aeropuerto Juan Santamaría, utilizando el avión de gran altitud de la NASA, WB-57 y el Hangar Nacional de Investigaciones Aerotransportadas (HANIA), que se acondicionó gracias al aporte financiero de $30 mil del MICIT y $40 mil de la NASA.
La nave transportó unos 20 instrumentos científicos atmosféricos para la detección «in-situ» y mediciones del ozono, aerosoles, agua, partículas, gases contaminantes, dióxido de carbono, así como temperatura y presión locales.
Alrededor de unos 50 a 60 científicos, administradores y personal de apoyo, tomaron como base el HANIA para la ejecución de los vuelos científicos.
En general, la NASA esperaba lograr tres vuelos, entre el 27 de enero y el 2 de febrero pasados.
Para el desarrollo de esta fase se espera una estrecha colaboración entre la NASA y los científicos e instituciones costarricenses, fundamentalmente en el área de química y física atmosférica, pronóstico meteorológico  e instrumentación  ambiental y aerotransportada.

PREPARACIÓN

Como parte del Pre-AVE, a fines de enero también se llevó a un curso corto sobre instrumentación atmosférica en la Escuela de Física de la UCR y en el Hangar Nacional, con la participación de científicos de la NASA, y de profesores de la UCR, de la UNA y 45 estudiantes universitarios.
Por la UCR participaron como docentes los Dres.  Javier Bonatti, Walter
Fernandez y Jorge Andrés Díaz, y por la UNA, los Dres.
Jaime Quesada y Juan Valdez.
Allí se discutieron  los problemas o dudas acerca de la distribución de la ciencia atmosférica en el trópico y el subtrópico,  la contribución de la Física y de la  Química en las observaciones atmosféricas, y se analizaron algunos instrumentos y mediciones específicas existentes, que se realizarían durante la misión.
En general, los temas que se incluyeron en la agenda, fueron entre otros, un resumen científico de los objetivos de Pre-AVE, mediciones de gases traza por espectrometría de masas, ionización química, absorción láser y mediciones de composición de aerosoles. Por su parte, en el Hangar Nacional los estudiantes y profesores conocieron el avión de investigación WB-57, los especialistas a cargo de las mediciones y los instrumentos.

MISIONES AEROTRANSPORTADAS

El año pasado, esta misma nave nos escudriñó desde el aire, con el fin de mapear y recolectar datos atmosféricos, ambientales y del uso de la tierra. Se trató de la Misión Carta 2003 (Costa Rica Airbone Research and Technology Applications), que ejecutó en nuestro país el CENAT, junto con la NASA. Esta misión fue comandada por el Dr. Jorge Andrés Díaz y el Dr. Javier Bonatti de la UCR.
Las pesquisas han resultado de gran utilidad para establecer mapas y políticas de planificación urbana y ambiental, así como para analizar los efectos,  los cambios  y los usos del suelo, y  sus impactos en las cuencas hidrográficas.
Alrededor de 30 funcionarios de la NASA y 35 de Costa Rica, se involucraron en el proyecto CARTA. Además de la UCR, participaron la UNA, el Instituto Tecnológico, el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), la Organización de Estudios Tropicales (OET), el Centro Científico Tropical (CCT), el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (OVSICORI-UNA), el Programa Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU), el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio), la Universidad de Alberta, Canadá, la Universidad de California, en Santa Cruz, y la Universidad de California, en Berkeley.
En ese entonces se contó con financiamiento de la Dirección General de Aviación Civil para construir el hangar, de la Fundación CR-USA para traer el avión y pagar las horas de vuelo, y del MICIT y del Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) para la construcción de los laboratorios de investigación en el Hangar Nacional de Investigaciones Aerotransportadas, situado en el Aeropuerto Juan Santamaría.
Se espera que en el país se sigan realizando misiones de este tipo, ahora que la NASA ha reconocido la capacidad en apoyo logístico, y la contraparte científica que Costa Rica puede aportar para su desarrollo exitoso.

  • Luis Fernando Cordero Mora
  • Crisol
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