p. 1

Abrir Noticia Guardar

Subsidios agrícolas ponen «en jaque» al istmo

Es prácticamente imposible que EE.UU. ceda en aspectos importantes sobre estas subvenciones internas que quebrarían a agricultores ticos.

Es prácticamente imposible que EE.UU. ceda en aspectos importantes sobre estas subvenciones internas que quebrarían a agricultores ticos.
Los agricultures no podrán enfrentar las importaciones de granos subvencionados como el arroz, dicen expertos.
Muy difícil, por no decir imposible. Esa es la conclusión a la que se llegará luego de la visita que el Secretario de Comercio de los Estados Unidos, Robert Zoellick hace al país esta semana en la que se  negoció una rebaja en los subsidios los cuales Estados Unidos le brinda a sus agricultores.
**Si bien era previsible que se negociara una baja en algunos aspectos por otros fundamentales para el mercado costarricense, difícilmente EE.UU. llegará a eliminar las subvenciones más importantes.
 
Al menos así lo considera Mario Fernández Arias, consultor independiente y catedrático retirado de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Para él, «la raíz fundamental del problema es un tratamiento asimétrico en la negociación que, al contrario de lo afirmado, no va precisamente a favor de Costa Rica ni del resto de los países centroamericanos, sino a favor de la gran potencia del norte: una asimetría al revés que da un tratamiento privilegiado precisamente a la nación más poderosa, contrario a todos los principios de equidad en el manejo de las relaciones comerciales internacionales», especificó.
El subsidio diario que EE.UU. brinda a los sectores agrícolas asciende, según cifras dadas por Fernández, a $261 millones. En el «Primer Mundo» las subvenciones para su sector agrícola ascienden a $852 mil millones diarios, casi $1 mil millones de acuerdo con cifras publicadas por el Banco Mundial. (Ver cuadro aparte: «Cifras alarmantes»).

NEGOCIACIONES, PURA APARIENCIA

Según demuestra Fernández en un libro que aún está por publicar en la Editorial de la UCR, no deja de ser significativo que nuevos subsidios se aprueben con un plazo de vigencia tan largo , «lo que implica desde ya una toma de posición de ese país en el concierto de las negociaciones a futuro de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que una vez más va contra las declaraciones verbales de sus funcionarios en los foros internacionales».
Ante este panorama, «creemos que los hechos son claros y que no es lógico esperar una modificación sustancial en el campo de las ayudas internas a la agricultura en un plazo corto en los países desarrollados». Se buscará, según el experto, una reducción de los subsidios, pero no quitarlos completamente.
Cabe recordar que de las tres últimas cumbres ministeriales de la OMC, dos han acabado en sonados fracasos (Seattle y Cancún), por lo que es la Agenda de Doha la que sigue vigente en lo que se refiere a los puntos de negociación y el Acuerdo de la Ronda Uruguay en lo relativo a medidas efectivas.
Del examen del texto de la Declaración Ministerial de Doha se puede extraer que los subsidios a la exportación seguirán en los niveles actuales por lo menos hasta 2005, sin que quede claro el monto según el cual serán reducidos ni el plazo para esa reducción.
Pero en lo referente al texto negociado por el país como parte del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Costa Rica y Estados Unidos «haber aceptado una negociación en que el tema de subsidios sale de la agenda significa, ni más, ni menos, que condenar a los productores nacionales a unas condiciones en las que es imposible competir».

LENTO, PERO LLEGARÁ

Si bien el TLC establece plazos aparentemente largos para la liberalización de los aranceles de importación que oscilan entre los 15 y 20 años para la mayoría de los productos agropecuarios, en realidad no lo son tanto desde la perspectiva de los subsidios.
Para entender este hecho es suficiente con revisar la cantidad de los montos pagados en Estados Unidos, que hace totalmente imposible que una estructura como esa sea desmantelada en dichos plazos y, además, la tendencia general que marca el hecho de la aprobación del «Farm Bill» («Subsidio Agrícola») como una ayuda adicional y con vigencia hasta 2013.
Para este experto, el plazo de desgravación no significa otra cosa que el dictamen médico en el caso de un enfermo terminal, en el que lo único «tranquilizador» es conocer el tiempo faltante para el desenlace, con la diferencia de que el plazo ni siquiera permitiría un entierro decente de la producción agropecuaria nacional ni de los productores».
Para el Embajador Representante Permanente del COMEX de Costa Rica ante la OMC, Rónald Saborío, no es exacto que exista sólo la intención de reducir los subsidios por parte de Estados Unidos, sino que Zoellick está dispuesto a eliminar del todo algunos si es necesario.
Además, consideró exagerado asegurar que los subsidios de EE.UU. enterrarán a los agricultores nacionales, porque existe suficiente tiempo para que los costarricenses se preparen y sean competitivos cuando llegue la apertura completa en el mercado.
El funcionario reconoció que la desgravación arancelaria comenzará a regir como un proceso antes de un «límite cero» cuando se dé la liberación total del mercado respecto de aranceles.

Cifras alarmantes
Algunos de los datos que llaman la atención sobre el libre comercio entre Estados Unidos, algunas naciones y los subsidios internos que mantiene esa nación con sus agricultores son los siguientes:

* Según el Banco Mundial (BM) las subvenciones a la agricultura en los países desarrollados en 2001 ascienden a $311 mil millones, lo que significa que las transferencias a la agricultura ese año significaron cerca de $852 mil millones. Este banco establece el cálculo en $ mil millones diarios.
* EE.UU., supuesto abanderado del libre comercio, es la nación que más ha elevado los subsidios a la agricultura. Este país incrementó las ayudas directas a la agricultura de $4.600 millones en 1996 a $32.200 millones en 2001. El aumento más espectacular se dio con el «Farm Bill» en mayo de 2002, que significa un crecimiento del 80%.
* Estos nuevos subsidios significarán $173.500 millones en los próximos 10 años, gran parte de los cuales van a los cultivos más importantes de exportación (oleaginosas y aceites, productos lácteos y cereales).

  • Fernando López González 
  • País
Notas

Este documento no posee notas.