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Rosa Miriam Elizalde, periodista cubana junto a su colega el veterano Luis Báez, recogieron el testimonio de un grupo de agentes de la seguridad de su país quienes durante meses estuvieron dentro de grupos desestabilizadores y terroristas. El tremendo documento es un libro titulado Los Disidentes, donde las pruebas contundetes evidencia una acción agresiva desestabilizadora por parte de Estados Unidos contra el gobierno cubano.
El impactante testimonio, los relatos de cómo actúan estos grupos bajo el disfraz de organizaciones de derechos humanos y libertades civiles, aparece junto con las declaraciones personales de la compleja labor.
Esta serie de entrevistas y documentos además, llama la atención sobre una campaña aún más peligrosa que parece intentar preparar el terreno para una acción militar armada contra la isla.
En una conversación con la periodista cubana explica los motivos de este libro y el importante papel que ha jugado para esclarecer la detención de 75 personas vinculadas a grupos en Cuba. Pero además los claros temores del pueblo cubano de sufrir nuevamente un ataque como el que repelió en Playa Girón en 1961.
¿Cómo surge la idea y desarrollo de este libro?
Como periodista tengo que decir que este no fue un trabajo complicado periodísitcamente, pues no tuvimos que buscar a los infiltrados, sino que estaba a la mano de cualquier profesional de la prensa, tanto de cubano como de la prensa acreditada.
Pero la información que ellos dieron en abril de 2003, cuando Cuba tuvo que encausar y apresar a 75 personas por el delito de colaboración con un gobierno extranjero, sencillamente no circuló. Como parte de una estrategia que no es nueva, a Cuba se la sataniza, pero los argumentos en su defensa generalmente no aparecen en los grandes medios internacionales.
Con Luis Báez decidimos recoger este material y poner en la palestra pública otros argumentos distintos a los que discurren en los grandes medios.
No sentamos con ellos. Son el resultado de más de 80 horas de grabación para obtener un testimonio primario, que no se trata de sus opiniones políticas, sino los hechos abrumadores que probaban la relación de de dueño a empleado entre esos llamados grupos disidentes en Cuba y el gobierno norteamericano con el auspicio de otros gobiernos con representación diplomática en La Habana. Además queríamos definir bien cuál era la ruta del dinero, porque esta es la palabra que más se pronuncia.
Lo que pasa es que hay gente que convirtió la llamada disidencia en una forma de vida, de hacer dinero, o bien se valen de otras personas que quiere o necesitan emigrar a los Estados Unidos, porque éste gobierno les otorga ventajas si tiene expediente de opositor.
O sea son personas utilizadas.
Hay una utilización tácita permanente, no sólo para hacer un gran montaje público, que nosotros decimos que se trata de una oposición virtual, en el sentido de que existe en los grandes medios de comunicación extranjeros, pero en Cuba nadie los conoce, no tiene arrastre. Pero, por otra parte, también son utilizados para acciones subversivas en la isla.
¿Cómo es la recepción ha tenido el libro?
Fue un impacto. Apareció en junio de 2003. Aún con la tirada de 2000 ejemplares se agotó inmediatamente. Pensamos hacer otra edición y una en francés y otra en inglés.
Además ellos, los que cuentan su historia en la libro fueron recibidos como héroes.
¿Esta telaraña de conspiradores se desmanteló finalmente con la captura de estas 75 personas?
Absolutamente. El problema para Cuba no es esta gente, ellos no tienen niguna influencia ni podría organizar un movimiento importante, están muy controlados. Cuba ha sufrido la práctica del terrorismo de Estado durante décadas y ha costado la vida a más de 2000 personas.
Este libro desenmascara la política agresiva que se la ha escondido a la opinión pública internacional. Esas cosas en otros contextos han justificado genocidios enormes. Lo grave es que ahora se quisiera utilizar como pretexto para una intervención militar en la isla. Lo primero antes de una intervención es una guerra mediática.
Por eso creemos que es necesario que este libro lo conozca la opinión pública dentro y fuera de Cuba.
El actual gobierno de EEUU reactivó aparatos de inteligencia a partir del 11 de setiembre de 2001. ¿Eso tiene que ver con lo que se desvela en estos testimonios?
La práctica del terrorismo de Estados Unidos contra Cuba tiene muchos años. Incluso la elección del actual presidente Bush está estrechamente ligada a esos grupos cubano-americanos, radicados en la Florida.
Desde el proyecto Democracia de la administración Reagan, aprobado en 1986, se establece unir al terrorismo directo y encubierto a prácticas con organizaciones supuestamentes pacifistas que pudieran ir minando la sociedad cubana.
Desde mediado de los años 90, la AID ha destinado 27 millones de dólares para apoyo a la disidencia cubana, y este año destinó 15 millones más.
¿Se siente en Cuba la amenaza de una invasión inminente?
En Cuba y para cualquier periodista que siga de cerca las noticias sobre la isla, puede ver que desde abril de 2003 se ha incrementado la retoríca violenta y guerrerista contra Cuba. El mismo gobernador de la Florida y hermano del presidente dijo en esa fecha que después de la exitosa campaña en Irak, Estados Unidos debía volver los ojos hacia su vecino. Luego empezaron a hablar de una comisión de transición en Cuba, similar a lo que se decía de Irak, esa comisión la preside Colin Powel, responsable de la invasión a Panamá. También se habla de asesinar a Fidel.
Es decir, el endurecimiento de la retórica guerrerista solamente señala la amenaza clara de las intenciones agresivas de Estados Unidos.
Cuando se dio la invasión a Irak, en el único lugar en el mundo en que hubo manifestaciones a favor de esa acción militar fue en Miami, y los manifestantes tenían pancartas que decían Irak ahora Cuba después.
El candidato a senador republicano Larry Klien ha dicho que defendería en el Congreso la intervención armada a Cuba.
Entonces, no se trata de una paranoia, ni de un puro discurso, es que ha habido posiciones cada vez más agresivas.
En el libro se ofrece una cronología de las acciones de Jim Cason, el jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana. Hace evidente que este hombre llegó con la misión de, mediante la provocación, crear las condiciones para ser expulsado de la isla, para generar un escándalo internacional. Por eso se explica que sobrepasara todas las acciones que sus antecesores habían realizado. Pero él, de setiembre a abril, hace cosas que nadie pensaría de un funcionario diplomático, que van desde reuniones con disidentes, exhortaciones a la desobediencia civil, hasta prestar su casa para reuniones en contra del gobierno.
Lo que vemos entonces es que se pretenden crear condiciones que sirvan de antesala a acciones mucho más agresivas.
¿Cuál ha sido la recepción internacional del libro?
En general muy buena, pero igualmente los grandes medios han negado eso. No hemos movido por medios alternativos, pero el público quiere leerlo, lo copian, circula clandestino. Es que es incontestable. Lo que allí de dice y se demuestra no tienen forma de refutarlo, entonces lo quieren ignorar.
Robert Menard, el presidente de Reporteros sin Fronteras, encabezó una campaña en contra de que se supieran muchas cosas, porque ellos fueron parte de esa conspiración y en el libro quedan en evidencia.
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