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Trabajo infantil no cede terreno

Más de 2.4 millones de niños y niñas trabajan en Centroamérica; de ellos 113.000 en Costa Rica.

Más de 2.4 millones de niños y niñas trabajan en Centroamérica; de ellos 113.000 en Costa Rica.
El trabajo infantil no cede terreno en Costa Rica, donde la cifra de niños y niñas trabajadores se ha mantenido durante los últimos años en cerca de 113.000, lo que representa un 10% de la población entre 5 y 17 años, según estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Costa Rica es el segundo país centroamericano con menos población infantil que trabaja, sólo superado por Panamá, con 48.000 personas menores trabajadoras, indican los resultados del más reciente informe de la OIT sobre este tema en Centroamérica y República Dominicana, presentado el 17 de marzo.
El caso más preocupante en la región, que tiene 14,4 millones de niños y niñas trabajadoras, es el de Guatemala, donde más de 937.000 menores se emplean en condiciones poco favorables.
Los varones menores de edad son quienes sufren más del trabajo infantil en nuestro país, pues el 14,3% de los hombres realiza alguna actividad económica, mientras que el porcentaje entre las mujeres es de 5,8.
De la misma manera el trabajo infantil es una práctica más común en las zonas rurales, pues el estudio de la OIT señala que en el campo el 15,5% de los niños trabajan, en tanto que en las áreas urbanas la cifra se reduce a 5,9%.
La OIT advierte que a pesar de que en Costa Rica la ley prohíbe el trabajo en personas menores de 14 años,  al menos un 11,6% de los niños entre 5 y 14 años son trabajadores.
La directora regional de la OIT, Gerardina González, explicó en conferencia de prensa que las personas menores costarricenses se emplean principalmente en agricultura, caza, silvicultura y pesca (44,2%), comercio, hoteles y restaurantes (26,6%) e industrias manufactureras (9%).
Sin embargo, unas 50.000 son sometidas a las «peores formas de trabajo infantil», que en nuestro país incluyen la manipulación de agroquímicos, el acarreo de racimos de banano, la pesca mar adentro, el cuido de menores y la explotación sexual comercial, manifestó el director regional de Casa Alianza, Bruce Harris.
Además, un 43,7% de las personas menores costarricenses también trabajan en sus propias casas o casas de familiares sin recibir ninguna remuneración por su labor, destaca el informe.
Esta situación agrava la problemática de la asistencia y permanencia en el sistema escolar, pues el sector infantil dedica en nuestro país un promedio de 30,6 horas semanales a actividades laborales.
El estudio revela que sólo el 54,7% de niños, niñas y jóvenes trabajadores costarricenses asiste a las escuelas o colegios.
La Ministra de la Niñez, Rosalía Gil, dijo a UNIVERSIDAD que ese es el principal reto para erradicar el trabajo infantil, pues sin educación para los niños y sus familias es un «círculo difícil de romper».
«Toda la población costarricense debe entender que nuestros niños y niñas deben estar en las aulas y no en las calles si queremos salir de la pobreza y el subdesarrollo», expresó.
Para el Ministro de Trabajo, Ovidio Pacheco, un elemento que probablemente ha influido en el crecimiento del trabajo infantil es la inmigración, especialmente de menores nicaragüenses que deben «ayudar» a sus padres con la manutención de la familia, aunque no hay un estudio que mida el impacto de esta población en este rubro.
Gil explicó que para tener éxito en la erradicación del trabajo infantil, los  programas de combate deben incluir no sólo la extracción del niño del ambiente laboral sino un fortalecimiento a las familias para que garanticen el respeto de los derechos de las personas menores.

  • Nancy de Lemos A. 
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