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El presidente mexicano, Vicente Fox, visitó Guatemala, Honduras y Nicaragua la semana pasada, donde asistió a una nueva reunión del grupo de Tuxtla Gutiérrez,.
Protestas y evidencias del fracaso del modelo económico aplicado en la región en las últimas dos décadas: ese fue el escenario para la visita que el presidente de México, Vicente Fox, realizó por Centroamérica la semana pasada. La gira terminó en Nicaragua, donde los países centroamericanos y México celebraron la VI cumbre de Tuxtla Gutiérrez.
Mientras se llevaba a cabo la reunión, en Lima se preparaba una nueva asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuyo telón de fondo es el empantanamiento de un modelo promovido por la institución, pero cuyo fracaso es ya imposible de ocultar. El propio BID lo refleja así en un documento presentado a la reunión titulado «La reducción de la pobreza y el BID: evaluación de estrategias y esfuerzos».
Según medios de prensa mexicanos, el estudio señala que en ese país, entre 1992 y 2000 el producto interno bruto por habitante creció apenas una tasa promedio de 1,74 %, mientras el porcentaje de personas por debajo de la línea de pobreza se incrementó 2,84 %.
Es el período de consolidación de un modelo de libre comercio y de la entrada en vigencia del Tratado de libre comercio de América del Norte (NAFTA), en 1994.
Fox viajó en medio de la polémica en su propio país. Mientras estaba en Nicaragua, dos personalidades, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, y el empresario Carlos Slim, hacían críticas al modelo.
Reunidos con los dirigentes del sector empresarial en el Club de Industriales, De la Fuente afirmó que México está sumido en una confusión «grave» que lleva a la parálisis e impide tomar decisiones urgentes para su desarrollo, mientras Slim -uno de los empresarios más ricos de América- advertía que la falta de resultados económicos ha llevado a una «fatiga social y nostalgia por el populismo». El modelo que hemos aplicado, añadió, no ha tenido resultado en crecimiento económico ni en creación de empleo.
Fox respondió, desde Managua, ironizando: «pero si las empresas del señor Slim han ganado mucha plata el año pasado».
PETRÓLEO Y CUBA
Pese a la crisis, el gobierno del Partido Partido Acción para Avanzar (PAN) parece decidido a adentrarse en un terreno particularmente delicado en México: el de la apertura en el sector petrolero.
Una audiencia legislativa convocada por el senador republicano Richard Lugar, presidente el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, citada para analizar una reforma a la ley migratoria, terminó con otros temas, más urgentes en la agenda norteamericana con respecto a sus vecinos.
Se trata del petróleo y de las relaciones con Cuba. El Secretario de Estado adjunto para América Latina, el ultraconservador Roger Noriega, afirmó que Washington estudia propuestas para promover la inversión privada en Petróleo Mexicanos (PEMEX) y negocia con México medidas para «alentar una transición política en Cuba».
Como si las experiencias recientes no fueran suficientes, Lugar pidió la opinión de Noriega sobre cómo México podría obtener recursos suficientes para impulsar su desarrollo y eliminar la migración a Estados Unidos. Fue ahí cuando surgió la propuesta de abrir PEMEX a la inversión extranjera, naturalmente estadounidense.
La preocupación parece similar a la de Slim, manifestada en el Club de Industriales. Allí el empresario recordó la caída de las inversiones en México, a solo 3,1% del Producto Interno Bruto (PIB), el año pasado. Lo que necesitamos son grandes inversiones, afirmó.
Hoy que el petróleo está a $30 el barril y genera $15 millones diarios adicionales a lo presupuestado, dijo el empresario, es un error poner esos recursos en un fondo de estabilización y aplicarlo al gasto social, en vez de invertirlo en gas, en refinerías, en más producción de petróleo.
El senador Lugar, por su parte, afirmó que sus contactos mexicanos -a los que no identificó- le han señalado que PEMEX «está hambrienta de inversiones» y que si Estados Unidos ofrecía una aportación sustancial a la empresa, el gobierno mexicano podría otorgarle, de antemano, cualquier incremento en la producción petrolera.
«¿Cuáles son las posibilidades de una nueva relación estratégica sobre energía?», preguntó Lugar a Noriega.
El Secretario adjunto afirmó que «México necesitará aproximadamente $180 mil millones en inversión energética los próximos años y nosotros ciertamente alentamos la inversión del sector privado en esa área crucial».
CONFUSIÓN
De modo que por un lado se constata el fracaso de un modelo que promovió la apertura y la privatización, mientras por otro se insiste en profundizarlo, afectando aquellas áreas que no se pudieron privatizar todavía.
No extraña, por lo tanto, que Fox fuera recibido en Guatemala con gritos y manifestaciones de protesta y que las propuestas de unir nuestros destinos al del sur de México, en el Plan Puebla Panamá, despierte sospechas y resistencias.
«¡Fuera Fox! ¡No al TLC ni al PPP!», decían las pancartas con las que centenares de campesinos recibieron al presidente mexicano en la ciudad de Guatemala.
A los gritos de «¡Con el Tratado de Libre Comercio perdemos todos!», campesinos y sindicalistas marcharon hacia el Palacio Nacional de la Cultura, donde Fox recibía los honores correspondientes a su cargo.
El mandatario visitó luego Honduras, para concluir su gira en Nicaragua, donde se realizó la cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla Gutiérrez. A la reunión solo asistieron cuatro de los nueve presidentes convocados: los de México, Nicaragua, Honduras y Guatemala. El presidente Abel Pacheco, enfermo, se excusó.
El tema central de la cumbre fue el Plan Puebla-Panamá.
Fox informó que el plan cuenta con un financiamiento de $2.000 millones que se suman a una línea de crédito por $4.000 millones abierta por el BID, además de un fondo adicional por $1.000 millones lares por parte del Banco Centroamericano de Desarrollo.
«Se trata de un plan dinámico que está en marcha y que logra sus objetivos», afirmó, y como prueba de ello anunció que en el segundo semestre de este año quedará lista la interconexión del suministro eléctrico entre México y Guatemala. Fox recalcó que el PPP «ha sido malinterpretado con alguna frecuencia».
Pero, contrario a lo afirmado por Fox y por el nuevo presidente guatemalteco, Oscar Berger, Miguel Ángel Sandoval, del Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (Caldh), señaló que el PPP y el TLC ocasionan desempleo y pobreza a la población guatemalteca.
«Rechazamos el TLC porque no tiene sensibilidad social y perjudica a las mayorías empobrecidas», dijo por su parte José Pinzón, secretario general de la Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG).
Ante la desconfianza que crean las propuestas y la vigencia del modelo,
los presidentes decidieron promover una campaña de información sobre el PPP que, junto con obras de infraestructura, terminan por romper las resistencias contra estas iniciativas.
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