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Los servicios de telecomunicaciones que brinda el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) casi se triplicarán en los próximos cuatro años y la mayor parte de los beneficios de sus esfuerzos multimillonarios por mejorarlos, serán cosechados por empresarios privados, una vez que entre la apertura comercial contemplada dentro del Tratado de Libre Comercio (TLC) que firmaría Costa Rica con Estados Unidos.
El ICE ha logrado finalmente en los últimos meses que la Contraloría General de la República (CGR) le dé el visto bueno a la compra -por cuantiosos montos- de equipos para comunicación por Internet y teléfonos móviles (celulares).
Apelaciones y repetición de los procesos licitatorios para la contratación de estos equipos, han retrasado por varios años el mejoramiento de estos servicios y ahora que la Contraloría les dio luz verde, las compañías que participarán en esta apertura encontrarán la mesa servida para ofrecer un servicio mucho más eficiente que el actual.
De acuerdo con estudios del ICE, entre 2003 y 2008, el servicio de telefonía celular se disparará de 750.000 líneas a 2 millones, para un incremento del 192%; mientras que los usuarios de Internet pasarán de 91.000 a 279.000, para un crecimiento del 212%.
Dichas cifras significan que los teléfonos móviles generarán ingresos por $184 millones (¢79.304 millones), y los servicios de Internet $237 millones (¢102.147 millones). De estas ganancias multimillonarias, el sector privado que compita con el ICE se quedará con la mayoría, si se aprueba el TLC.
Älvaro Retana, subgerente del Sector de Telecomunicaciones del Instituto, criticó que para cumplir con el TLC el país deberá en menos de dos años abrir a la competencia a la institución, mientras que en Europa el mismo proceso se hizo a diez años plazo.
Por su parte Marco Fernández -de Planificación y Estrategia del ICE-, confirmó las proyecciones recientes sobre telefonía fija hechas por el consultor de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) -Óscar González Soto-, en torno a las desventajas que tendrá la entidad para competir con empresas privadas.
Aún con el escenario de competencia más favorable para el ICE, este tendrá clara desventaja; deberán pasar más de siete años para alcanzar el punto de equilibrio financiero, y así operar sin pérdidas.
SEGMENTO SUBSIDIADO
Aunque en algún momento se dijo que la telefonía fija (hogares y empresas) no entraba dentro de los planes de apertura comercial del TLC, se sabe que también está sujeta a la privatización.
En caso de que haya apertura, los grandes perdedores serán los usuarios, pues el ICE maneja un esquema solidario que subsidia las tarifas de los teléfonos fijos (1.150.000 personas usuarias), explicaron Retana y Fernández.
Los estudios indican que un 18% de sus clientes de líneas fijas no consume ni siquiera el monto de la tarifa básica (¢1.650) y lo consumido por el 82% no cubre el costo de operación de cada línea, que ronda los ¢4.600 mensuales. Del total, solo un 18% son clientes rentables.
Por otra parte, números que maneja el ICE sobre los efectos de la privatización de telecomunicaciones en naciones de la Unión Europea, muestran que en promedio el operador dominante (como lo sería el ICE) de telefonía fija perdió un 19% del mercado, un 32% en el celular, y el 38% en llamadas internacionales (ver gráficos).
Las autoridades del ICE tienen previsto que los sectores del mercado que tendrán un mayor dinamismo en los próximos años serán los de celulares e Internet. Es justo en estos que la institución registrará una mayor pérdida del mercado, con la apertura comercial. Se espera que para 2008 las telecomunicaciones generarán negocios por $831 millones (¢358.000 millones).
La apertura de telecomunicaciones implicará además el despido de personal del ICE, en vista de una importante pérdida del mercado y por ende de esos ingresos, admitieron Fernández y Retana.
Ellos dijeron no disponer de cifras concretas al respecto, ya que estas dependerán de cómo se distribuya el «pastel» de estos servicios. Asimismo, advirtieron que los nuevos proveedores podrían emplear a parte de quienes sean despedidos del ICE.
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