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«Corrida» en fondos de inversión Un «crack» a la tica

Cuando las ganancias fáciles se convierten en una apuesta amarga…

Cuando las ganancias fáciles se convierten en una apuesta amarga…
Un factor externo: la caída en el precio de los bonos del tesoro de Estados Unidos, ante la inminente decisión de la Reserva Federal de ese país (FED en sus siglas en inglés)de subir las tasas de interés; y un factor interno: la venta masiva de bonos del gobierno de Costa Rica por los inversionistas locales -que reaccionaron así al primer hecho- desataron, entre marzo y lo que va de mayo, una «corrida» de unos 15.470 inversores en dólares, que retiraron cerca de $993 millones.

Resultado: entre el 15 de abril y el 7 de mayo se «esfumaron» $123 millones, entre intereses y capital.

¿Hubo especulación? ¿Quiénes ganaron y quiénes perdieron? ¿La Superintendencia General de Valores (SUGEVAL) actuó correctamente?

A continuación la increíble y triste historia del estallido de una «burbuja» especulativa en una pequeña y esforzada economía altamente abierta al mundo y por lo tanto sujeta a todos los riesgos, pero no a todas las promesas del mercado internacional.



SE VEÍA VENIR



Arturo Rodríguez López, economista y director de la firma administradora de inversiones Estate Trust Latin America, explicó que «el precio de los bonos del tesoro de Estados Unidos sirve como base para fijar las cotizaciones de todos los otros bonos gubernamentales o corporativos en el resto de los mercados financieros del mundo. La razón de esta baja es la indicación por parte de la FED de que la tasa de interés base (el «Fed Funds Rate») tendería a subir en el corto plazo. Siendo que el precio de un bono se mueve en dirección inversa a la tasa de interés, el mercado procedió a ajustar el nivel de precios de manera inmediata y consecuente.»

Pero una vez ocurrido esto -agregó- influyó el segundo factor. «Las liquidaciones hechas por los fondos de inversión locales generaron la venta masiva de títulos del gobierno de Costa Rica.» De esta manera, se produjo una «corrida» o salida masiva de dinero de un mercado que hasta entonces venía produciendo los mejores rendimientos, lo cual llevó a estos a una caída en picada.

«Durante los últimos tres años este sector ha crecido de manera portentosa, por parecer la mejor opción de ahorro/inversión en dólares para el público inversionista local, dada la seguridad que representa invertir únicamente en bonos de deuda externa a largo plazo y tasas fijas de interés, y a los rendimientos superiores que alcanzaban. Los altos rendimientos de este periodo se debían a ganancias de capital generadas por la constante baja de interés de los Bonos del Tesoro y la gran demanda de estos títulos, lo que resultaba en retornos muy superiores al valor de cupón ponderado en las carteras de los fondos de inversión. Al revertirse ahora este proceso, se propagó un pánico general que propició la mencionada venta masiva de estas posiciones», explicó el empresario.

Añadió que la probabilidad de que la FED eleve las tasas de interés en cualquier momento -dada la reactivación de la economía estadounidense- es un dato público con el que cuenta el mercado financiero. Así, en el caso de su empresa «desde enero de este año aconsejamos a nuestros clientes una reducción sustancial en inversiones en renta fija. Ya para principios de abril habíamos terminado de liquidar éstas por completo, y distribuimos los recursos en inversiones de otra índole, como las de renta variable y metales.»

Por su parte, Adolfo Rodríguez Herrera, responsable de la Superintendencia General de Valores (SUGEVAL), coincidió con el diagnóstico. «Lo que ocurrió fue el resultado principalmente del aumento en las tasas de interés en Estados Unidos. En todo el mundo quienes poseían títulos de deuda perdieron dinero, entre ellos los fondos de inversión. Según el Wall Street Journal, los fondos más rentables de Estados Unidos, que invierten en títulos de deuda externa, están teniendo rendimientos de entre -5% y -8%.»



¿HUBO NEGLIGENCIA?



A pesar de un cambio de panorama previsible, para Vernor Arguedas, catedrático de la Escuela de Matemáticas, de la UCR, «el Superintendente salió a la prensa muy tarde, dando unas explicaciones muy pobres. Los fondos se crearon para inversionistas de corto y mediano plazo, y la SUGEVAL tenía que velar por la composición de estos para evitar maniobras financieras, máxime que el mercado es muy pequeño. La SUGEVAL no tomó ninguna previsión, ni ha iniciado ninguna investigación. Sólo el Banco Central ha indicado que va a recomprar algunos títulos. Todo lo dejan a las fuerzas del mercado manipulado», afirmó.

No obstante, tanto el Superintendente como el empresario opinaron que no se produjo una manipulación indebida del mercado para obtener beneficios.

«No considero que hubo una especulación deliberada. El inversionista local, y especialmente el de los fondos de crecimiento o pensiones voluntarias en dólares, nunca consideró la posibilidad de que su inversión llegara, en algún momento, a valer menos que la cantidad originalmente invertida. Al ver el notable descenso en la rentabilidad de su inversión, el individuo se asusta y exige redimir de inmediato su posición. Este acto generalizado obliga a la liquidación masiva y el consecuente desplome de los precios y ganancias anteriormente acumuladas. Que inversionistas institucionales, como los bancos, hayan tomado acción basándose en información pública y general de una manera más expedita que participantes individuales o administradores de fondos de inversión, es perfectamente aceptable y hasta loable, dentro de las prácticas normales en la administración de carteras de inversión», dijo el empresario.

Por su parte, el Superintendente consideró que la SUGEVAL hizo todo lo que debía de acuerdo con su competencia, y que las leyes reguladoras del mercado de valores son las pertinentes.

«No creo que haya vacíos en la ley en relación con este asunto. Lo que ocurrió es normal en cualquier mercado. No es responsabilidad de la Superintendencia que la gente no pierda. Nuestro deber es velar porque haya una adecuada diversificación en las carteras de los fondos de inversión y que se apliquen los principios de regulación que existen internacionalmente a esa figura, y eso se ha hecho. Gracias a la diversificación no hubo pérdidas más grandes todavía», aseguró.

En esto último coincidió el empresario Rodríguez. «No soy de la opinión de que la SUGEVAL o la SUPEN fueran negligentes en sus funciones, o que alguna acción por parte de estas instituciones podría haber evitado lo ocurrido», dijo. Sin embargo, consideró que «sí podrían tomar acciones correctivas en dos áreas específicas: establecer niveles de liquidez apropiados para aquellos fondos que capten recursos redimibles a corto plazo e inviertan en títulos a largo plazo y modificar el vector de precios que permite a los fondos cierta manipulación al registrar sus operaciones de compra a precios arreglados. De esta manera, habría más control sobre los reportes de rentabilidad por ganancias de capital.»



«TODOS PERDIERON»



Para el empresario Rodríguez «no hubo ganadores en esta crisis. Los que se movieron a liquidar sus inversiones de primero, lograron evitar pérdidas mayores, como el caso de los inversionistas institucionales. En el futuro estimo que los fondos de inversión de esta índole se sofisticarán en la manera como componen sus carteras, de forma que eviten pérdidas a sus inversionistas cuando se den estas fluctuaciones normales en los niveles de las tasas de interés», opinó.

Pero también reconoció que «las compañías administradoras nunca pierden, ya que sus recursos nunca están en riesgo.» El negocio de estas empresas está en que «ganan por varios rubros, dependiendo del tipo de fondo y otros factores específicos de cada grupo. Lo más común es que cobren una tarifa de por ejemplo 2.0% de los montos invertidos, por manejo/administración anual. Además, cobran por todas las gestiones imaginables, como retiros, emisión de cheques, etc. Aun así, un retiro masivo de recursos no les beneficia, ya que al disminuir la cantidad de los que tienen bajo administración, se reducen sus ingresos proporcionalmente», explicó.

El Superintendente Rodríguez Herrera, por su parte, coincidió en que solo ganaron «los inversionistas que habían sacado su dinero», previendo que la temporada de altos rendimientos estaba por terminar.

«Cuando los precios de los títulos cayeron, en vez de ganancias de capital hubo pérdidas. Si esas pérdidas de capital son mayores que los intereses, entonces los rendimientos son negativos. Fue lo que ocurrió en este último mes. ¿Quién perdió? Los inversionistas del fondo. ¿Alguien ganó a costa de esos inversionistas? No, porque lo que hubo fue una caída de precios: es como si yo le dijera a usted que la casa que tiene no vale $100.000 sino $500.000, pero después bajó de precio a $90.000. ¿Usted ganó o perdió? Bueno, usted perdió $10.000 si la había comprado en $100.000; pero si usted la había comprado en $80.000, aunque perdió $420.000 en relación con el momento en que llegó a valer $500.000, ganó $10.000 en relación con el momento en que la compró. Desde luego que si la hubiera vendido cuando valía $500.000, habría ganado mucho más.»

No obstante, todas las explicaciones no satisfacen a quienes creyeron seguro confiar el manejo de sus ahorros a la banca pública, y ahora consideran que fueron administrados con descuido.

«Al inversionista le debe quedar claro que los bancos estatales actúan en estas líneas como bancos privados, y que su propaganda es engañosa, pues el patrimonio en juego es sólo el del inversionista. En principio, puede haber personas que por diversas razones, como confianza en la banca estatal, viajes, enfermedad o incluso por descuido, no están pendientes de lo que ocurre en el mercado de valores, y cuando reciben su estado de cuenta, se encuentran con que han perdido un 90%. Si tenían $10.000 ahorrados, pues ahora tienen $1.000. Esto sencillamente no puede ser. En realidad no hay ninguna protección para el pequeño y mediano ahorrante que se creía seguro con un banco estatal y no estaba dentro de un juego especulativo, como en el caso de las financieras privadas hace algunos años», opinó Arguedas.

UNIVERSIDAD trató de obtener la versión de BNFondos, del Banco Nacional, pero al cierre de edición, no habían devuelto la llamada. Por su parte, una funcionaria de la Plataforma de Servicios de la sede de ese banco, en San Pedro de Montes de Oca, confirmó el 17 de mayo que «cuando los rendimientos comenzaron a caer, los clientes materializaron sus inversiones. Liquidez hay, pero estamos recibiendo cualquier cantidad de retiros, lo cual hace que los rendimientos bajen aún más.» Ella también confirmó que el dinero de los distintos fondos de inversión de este banco estatal se invierten únicamente en bonos del Gobierno costarricense.



¿QUÉ PASARÁ?



Lo ocurrido, ¿debilitará la confianza en un mercado de valores local, de por sí pequeño y poco diversificado?

«Si y no -opinó el catedrático-. Es una gran lección, sobre todo cuando algunos fondos de pensiones están madurando y puede haber intentos en el sentido que hemos vivido. La SUGEVAL tiene que mejorar sus procedimientos y la velocidad de reacción, lo mismo el Banco Central. Aunque la información es confidencial, tanto la SUGEVAL como la Superintendencia de Pensiones deben iniciar una investigación a fondo. Sobre todo porque gran parte de los recursos de jubilaciones y pensiones están en títulos que pueden ser arrasados en este sismo.»

Para el Superintendente, no se ha producido un daño irreparable, sino una situación extraordinaria, después de la cual volverá la normalidad.

«Lo ocurrido ha tomado por sorpresa a muchos inversionistas, ya que nunca había sucedido en nuestro país. El fenómeno ha sido sobredimensionado. En los fondos de inversión de todo el mundo hay periodos de rendimientos muy altos, bajos y negativos. En este momento estamos en un periodo de rendimientos negativos. ¿Van a recuperarse los fondos de inversión? Sin lugar a dudas, en algún momento se recuperarán. Los títulos que poseen son en su gran mayoría emitidos por el Estado, y en ese sentido tienen un sólido respaldo, y además tienen muy buenos intereses, lo cual quiere decir que en algún momento el flujo de interés va a compensar las pérdidas que se hayan producido. Eso no quiere decir que yo aconseje a la gente que se quede, pues no es una función de la Superintendencia decirle a la gente qué hacer con su dinero. Sin embargo, insisto en que lo importante en un fondo de inversión de crecimiento es mirar los rendimientos sobre periodos más largos, y no reaccionar por las oscilaciones de corto plazo en los rendimientos», dijo.

En este contexto, el lunes 17 el Banco Central inició la recompra de bonos de estabilización monetaria (BEM) por hasta ¢25.000 millones, mediante subasta, para evitar que la «corrida» en los fondos de inversión en dólares afectara a las inversiones en colones, como ya estaba ocurriendo.

Y es que si bien la aldea se quiere moderna y por eso arriesga a apostar sus trabajosamente acumulados ahorros en los juegos de la bolsa global, se muestra mucho más conservadora y juiciosa cuando de encarar los riesgos se trata. Después de todo, no es lo mismo arriesgar los ahorros reales, que unos cuantos millones virtuales, a la manera de Bill Gates.

Tres pistas claras
«El hecho de que el nivel de las tasas de interés en Estados Unidos tendería a subir este año, debería haber sido ampliamente claro hasta para el menos sofisticado de los inversionistas. Por lo tanto, inversiones en títulos de renta fija, en especial aquellos a largo plazo, verían un descenso correspondiente en su futuro nivel de precio.

La pregunta difícil de contestar a priori era cuándo se iba a iniciar este proceso. La primera pista fue el anuncio del crecimiento del Producto Interno Bruto (la suma de todas los bienes y servicios producidos) por la economía estadounidense para el primer trimestre de este año, que indica un crecimiento robusto de dicha economía.

La segunda indicación fue el Índice de Precios del Productor de abril, que creció en un 0.5%. Para la Reserva Federal (FED), este nivel fue una clara indicación de inflación incipiente.

Y la tercera pista fue el reporte de la creación de empleos y el descenso en la tasa de desempleo, hasta 5.6%, reportada también para abril, que indica una franca recuperación del mercado laboral.

Estos tres ingredientes causaron que el presidente de la FED, Allan Greenspan, comenzara a dar indicaciones de que las tasas de interés subirán en los próximos meses.»



Fuente: Arturo Rodríguez, director de EstateTrust Latin America.





Testimonio de dos «sismos»
* «Jueves 15 de abril.  Al inicio de la crisis, la explicación que da una funcionaria en la oficina central del Banco Nacional es que alguien vendió un bono soberano, que se cotizó a la baja (indicó que no podía señalar quién o qué instancia lo hizo porque eran datos confidenciales). Estamos hablando de muchos millones de dólares, de lo contrario no puede afectar todo el sistema. Este fue un «terremoto» de grado 7.

* Lunes 3 de mayo. La caída es de cerca de un 5%, con tendencia acelerada a la baja. Este fue un «terremoto» de intensidad 9. El pequeño mercado nuestro está manejado desde adentro por pocos inversionistas con muchos recursos, algo así como la crisis en el manejo del cambio del dólar en 1980. Alguien desde adentro sabía lo que pasaba y se planeó algún tipo de estrategia para obligar a vender a los bancos y recomprar barato los mismos títulos.»



Fuente: Vernor Arguedas, Catedrático de la Escuela de Matemática de la UCR.

  • Emanuel García Jiménez 
  • País
France
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