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Con certeza existe al menos una cosa que águilas y Oscar Arias no tienen en común. Mientras Arias se imagina águila, ningún águila cree asemejarse a Arias. Por el contrario, las águilas llaman ‘arias’ a las hembras del Buteo buteo (ratonero común) porque cazan hermanadas pero no comparten sus presas con los hijos. Las hembras ratoneras parecen estimar que la solidaridad es un valor tribal y que quien quiere comer que cace, se concentre en la Banca o realice alianzas estratégicas. Por supuesto, la costumbre algo idiota de no compartir alimentos conduce a las buteo a la extinción, por lo que son avizoradas con ironía por las águilas que califican a estas peucas de libertArias.
Gracias a los sondeos científicos del SID (Sistemas de Investigación Dudosa) se sabe que la situación entre los buitres es distinta, aunque compleja. Los falconiformes africanos y asiáticos aceptan en principio que el símil de Óscar tiene alguna pertinencia. Sin embargo, la aceptación es más amplia (llega hasta el 76.54% y el margen de error depende de quien pague) entre los que se alimentan solo de carroña y cambia entre los que varían su dieta consumiendo animales heridos y recién nacidos, grupo en el que la opinión positiva cae a un 38%. Consultado un político ruso experto en buitres sobre esta significativa variación quiso saber primero si el PLN ya estaba muerto o solo herido e inquirió también por la salud de las instituciones democráticas. Se le informó que para el diputado Corrales, el político más optimista del país, el PLN moriría próximamente y que según Luis Alberto Monge las instituciones recibieron un golpe de Estado. El ruso sonrió, alegó prisa porque debía dar el tiro de gracia a algunos terroristas chechenios devastados por la tortura, y prometió una respuesta para más adelante.
El asunto sin embargo se complica porque los buitres americanos se han dividido tercamente debido a la pretensión de Arias. Los cóndores de los Andes y California rechazan de plano el asunto y lo califican de recurso o autoritario o frívolo para ocultar la falta de ideas y eludir el debate. Un Gymnogyps californianus, falto de siringe, escribió: «Es una provocación y una mariconada». La masa de gallinazos y zopilotes, en cambio, no ha resuelto su postura. Los de cabeza roja desean saber qué activo público les tocaría. Los de cabeza negra exigen para aceptar que Liberación Nacional cambie sus colores verde y blanco por una gran bandera fuliginosa con un magnífico zopilote en relieve.
Preguntado el especialista ruso, volvió a esbozar una sonrisa mientras se excusaba por su camisa manchada de sangre: «Es que los catártidos, a diferencia de los buitres africanos, se emparientan con las cigüeñas e intuyen cuando algo va a nacer. Obviamente quieren estar al frente del negocio». Como regalo, añadió: «No críen buitres. Son aves del desierto».
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