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Lía Méndez: «Romper con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no solo es posible, sino que no tendría efectos negativos para Argentina».
Lía Méndez, exdiputada de la asamblea de Buenos Aires y Secretaria General de la Regional Humanista Latinoamericana, visitó San José la semana pasada para participar en una actividad de la organización y conversó con «UNIVERSIDAD» sobre la situación política de Argentina y las propuestas políticas del Partido Humanista.
La Regional Humanista Latinoamericana, un organismo de coordinación de partidos y organizaciones sociales, se constituyó el año pasado en Brasil, explicó. «Ahí se decidió hacer este encuentro en Costa Rica para promover un diálogo abierto sobre temas de actualidad y una reunión de los miembros plenos de la regional para programar nuestro trabajo. Pretendemos instalar en el paisaje de las actuales generaciones una nación humana. La pérdida de la solidaridad en las relaciones humanas nos preocupa. El ciudadano común piensa que no puede hacer nada».
El presidente Kirchner ha dado pasos importantes para enfrentar el peso de la deuda, rechazando las presiones del FMI para reconocer mayores derechos a los acreedores. ¿Qué opinión tienen Uds. sobre esa política?
-Festejaríamos el rompimiento con el FMI, pero eso no se ha producido.
No avalamos políticas que parecen favorables para el país, como las aplicadas por el expresidente Carlos Menem (89-99) y que, en su momento, todos aplaudieron, pero cuyas consecuencias quedaron luego en evidencia.
El gobierno de Kirchner ha producido una modificación metodológica respecto al gobierno anterior. Durante el gobierno de la Rúa (que al gente tuvo que echar a patadas) el país sufrió un deterioro producido por su inacción. Kirchner tiene otra metodología, es lo opuesto a la inacción que la gente había rechazado. Deja de lado la formalidad, intenta meterse con temas gordos, como el de la corrupción policial, muy grave y trágico, donde había un sistema impunidad. Eso cambia la imagen del gobierno.
Sin embargo, hay aspectos fundamentales que si son encarados como corresponde, podrían ofrecer una solución, un cambio del sistema productivo.
Sin embargo, Kirchner ha insistido en que no pagará la deuda a costa de un mayor sacrificio de la población. Eso le ha significado muchos problemas con los acreedores que él ha decidido enfrentar.
-Es indispensable fijar una política con el FMI. Hasta ahora ha habido anuncios que no se han corroborado en los hechos. Si se dejara de pagar al deuda, en realidad no pasaría nada de toda esa tragedia que se anuncia, fantasmas para hacer creer a la gente que nos pueden embargar. Estamos en «default» (suspensión de pagos) y de hecho no nos están rematando nada. La verdad es que ya nos han rematado todo, pero en otras circunstancias.
Esperamos que Kirchner avance en la dirección que propone en materia de deuda. Pero así como planteamos, en su momento, salir de la convertibilidad (acabar con la paridad entre el peso y el dólar establecida por Menem, que a muchos parecía imposible de hacer, pero que Kirchner hizo), ahora pedimos romper con el FMI. La izquierda decía que salir de la convertibilidad era un atentado contra el bolsillo de los trabajadores. Y nosotros proponíamos hacerlo de manera ordenada, para evitar caer en lo que se cayó.
La gente dice ahora que es una locura romper con el FMI, que el país se hunde, pero nuestro país ya se ha hundido haciendo precisamente todo lo que el FMI propuso.
Nosotros estamos en condiciones ideales para plantarnos ante el FMI. Pero no puede ser una medida aislada, tomada por un solo país. De ahí que impulsamos la unión de países latinoamericanos para dar respuestas comunes a problemas comunes, entre ellos el de la deuda externa, que es la base de toda la problemática que vive la región. Eso requiere de una posición firme, sólida, que solo puede encarar una región, un bloque de países.
Por eso pienso que esta situación es ideal para romper. Al FMI no le conviene que un país deje de pagar; es el momento de imponer nuestras condiciones.
LA ÉTICA
La representante del partido humanista insistió en la importancia del tema ético en la política, en un país donde la corrupción se ha extendido de muchas formas en el ámbito de la política. Con una larga tradición clientelista, en Argentina la ayuda social es instrumento usado por partidos y sindicatos para imponerse a la población.
Los políticos honestos y sensatos, afirmó Méndez, «pueden aportar a la generación de un movimiento social, concibiendo la política como un fin social y no como un negocio».
«Hemos tenidos gobernantes corruptos, botados por la gente (eso hay que decirlo). Pero lo ha reelegido esa misma gente; también hay que decirlo.
«En Argentina no se ha roto con un sistema corrupto de sostenimiento político, de utilización política de la ayuda social. Eso es muy importante, es un tema que puede inaugurar un sistema político nuevo. No se va a terminar con la corrupción mientras no se cambie ese sistema».
¿ le parecen adecuados los cambios en ese sistema anunciados por Kirchner?
– Me parece muy bien que él sustituya el sistema y entregue directamente a la gente la ayuda, sin que ninguna organización sirva de intermediaria, sin que la gente esté expuesta a un chantaje y a una extorsión permanente. Pero Kirchner la implementa con algunos sectores, solo con las organizaciones que están en su contra, instaladas en el gran Buenos Aires, una zona muy conflictiva. Entonces yo dudo que él quiera terminar con ese sistema, porque no mete mano a las organizaciones que lo apoyan.
Nosotros no participamos de ninguno de esos proyectos. Hemos rechazado la asignación de una cuota de dinero para contratar personal de modo discrecional. Eso nos permite decir cosas que otros partidos no pueden decir.
El MERCOSUR ha jugado un papel importante en la negociación del área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). ¿Le parece que la negociación va bien encaminada?
– El ALCA va a significar para nuestros países una pérdida absoluta de la dirección de la política económica, a favor de una política claramente dirigida y orquestada desde los EE.UU. a favor de las transnacionales. No va a haber límites. Ellos van imponiendo, a través de los tratados de libre comercio, una serie de medidas orientando todos los sistemas, jurídicos y políticos, a medida de los intereses del poder central.
Esto va a tener consecuencias; los países vinculados a esos tratados terminan obligados a apoyar decisiones de Estados Unidos como la de ir a una guerra contra Irak. Esos tratados tiene otras implicaciones, en diversos terrenos.
En el MERCOSUR hay un cuestionamiento a esos tratados, en los sectores sociales. En Argentina ha habido una campaña importante de «No al ALCA», pero no parece que eso tenga eco en los gobernantes.
Esos acuerdos comprometen los pilares esenciales de una democracia, como la salud y la educación, al privatizarlos y convertirlos en mercancía. Esto va en contra de lo que aspiramos como ser humanos.
En la formación de bloques para tener capacidad de respuesta frente a un poder hegemónico, es relevante el fortalecimiento de mercados regionales. Pero deben ir más allá del aspecto económico, para conformar una comunidad de intereses en todos los campos, para avanzar en la integración de nuestros pueblos, de forma que el tema económico sea apenas uno de los aspectos. Toda política en esa dirección es positiva.
Se está empezando a enfatizar el interés en lo social. De otra manera la integración se reduce a conformar un mercado para las empresas y eso no da respuesta a las necesidades de una integración regional».
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