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La exdiputada del PUSC, Vanessa Castro, fue entrevistada por la comisión legislativa de nombramientos el pasado 22 de julio. Ella se perfila como la candidata ideal para los socialcristianos.
Diputados del Partido Liberación Nacional (PLN) rechazaron y calificaron de maquiavélica la versión de que habrían participado en un acuerdo mediante el cual se nombraría como contralor general de la república a Alex Solís Fallas para después desprestigiarlo, y con ello afectar también la imagen de su hermano Ottón, posible candidato a la presidencia por el partido Acción Ciudadana (PAC).
Lo que se llamaría «pacto de Washington» supuestamente fue negociado en esa ciudad estadounidense, cuando los países centroamericanos firmaron con Estados Unidos el Tratado de Libre Comercio (TLC) el pasado 28 de mayo y legisladores costarricenses de varios partidos se encontraban allí.
En el convenio habrían participado Luis Ramírez, Laura Chinchilla, Carlos Ricardo Benavides y Rolando Laclé.
El acuerdo contemplaría, por un lado, apoyar a Solís Fallas para el cargo de contralor general, y posteriormente a la exdiputada Vanessa Castro (1998-2002) para nombrarla como subcontralora general. Ella, al parecer, es la candidata que goza de las simpatías del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
Recientemente Solís Fallas denunció ser objeto de una conjura política luego de la descarga de cuestionamientos en su contra y la apertura de una investigación que inició la Asamblea Legislativa, la cual podría destituirlo por actos que cometió antes de ser electo: supuesto financiamiento a viajes migratorios ilegales y realización de firmas «a ruego» en escrituras de otras personas.
El complot político lo atribuyó el Contralor al deseo de ciertos grupos y personas de desprestigiar a su hermano Ottón y a la Contraloría General de la República, ente encargado de fiscalizar importantes licitaciones y contratos, y de luchar contra la corrupción administrativa (véase en esta sección «Contraloría en la mira del poder»).
Cabe mencionar, que el defensor de los habitantes -José Manuel Echandi- en una entrevista que se publica en esta edición, hizo ver que hay un interés de algunas personas de deslegitimar la labor de los órganos estatales de control del país.
Por su lado, si bien en entrevista con este Semanario (véase edición 1582 del 22-07-04) el contralor Solís Fallas citó al diputado Humberto Arce como su principal perseguidor y autor de las denuncias en su contra, aseguró que «también soy víctima de los odios que en algunas personas de la vida política nacional ha despertado la aspiración a la presidencia de la república de mi hermano Ottón Solís, y quizás estoy siendo víctima también de mis luchas frontales de hace varios años -cuando fui diputado- contra el tráfico y consumo de drogas».
Los mencionados parlamentarios, Luis Ramírez, Laura Chinchilla, y Carlos Ricardo Benavides, al ser consultados por este Semanario rechazaron conocer y haber participado en el referido pacto. A Rolando Laclé -del PUSC- se le buscó, pero estaba la semana anterior fuera del país.
Sin embargo, la fracción del PUSC en la Asamblea Legislativa pidió la semana pasada al PLN cumplir con un acuerdo para que quien ocupe la subcontraloría general de la república provenga de las filas socialcristianas (diario La Nación, 23-07-04), ya que ellos apoyaron a Alex Solís.
El jefe de fracción del PUSC -Federico Vargas- confirmó el respaldo de su partido a la exdiputada Vanessa Castro, lo cual daría mayor credibilidad a la existencia del llamado «pacto de Washington».
¡JAMÁS!
Al preguntarles a los diputados Chinchilla, Benavides y Ramírez, si habían formado parte del «pacto Washington», los tres por separado lo negaron de manera tajante y afirmaron desconocerlo.
Incluso, el diputado Ramírez manifestó desconocer quién es Vanessa Castro, y de seguido calificó de absolutamente falsa la versión del acuerdo, por lo que «yo no voto por personas que no conozco».
Durante la estadía de los legisladores en Washington para la firma del TLC, Ramírez detalló que se refirieron mucho al TLC,y al problema fiscal. «Hablamos de muchos temas, pero no hablamos de nombres; como para hacer una negociación de esas…no».
Respecto a la elección del contralor, «nosotros hemos defendido nuestra posición; lo que pasa es que más bien en la Unidad hubo en algún momento el interés de algunos por votar por José Miguel Corrales y nosotros defendimos que él no era el candidato de la fracción y que Alex Solís sí lo era, porque había tenido más puntos y era el candidato idóneo».
Ramírez alegó desconocer con anterioridad los cuestionamientos contra Alex Solís -aunque sí los de su hermano Ottón-, por lo que desmintió que supiera de una confabulación para desprestigiarlos.
Tampoco cree que exista un interés por debilitar la figura de la Contraloría General y sus potestades. Si va a tener problemas «sería un efecto derivado exclusivamente de la actitud del Contralor, de no haber cedido, por lo menos mientras se hace la investigación. Urdir un plan de ese orden me parece que sería cínico».
Por su parte, Laura Chinchilla desmintió la versión dada a este Semanario por una persona que prefirió que se no se revelara su nombre, en el sentido de que ella fue la primera que le propuso a Alex Solís que aspirara a la Contraloría, el día en que el expresidente Óscar Arias anunció su precandidatura por el PLN a la presidencia.
«No puedo haber sido la primera, porque no había razón, ya que la relación que tenía con él -si bien era muy cordial- no era de plena confianza. Me parece que había diputados que quizás tenían mayor cercanía con él», explicó.
ACUERDOS…¿SÍ O NO?
Acerca del pacto para nombrar a Alex Solís y Vanessa Castro expresó: «Nunca he participado en acuerdos con nombres. Todos los acuerdos o conversaciones que tuve -no solamente con la Unidad- en torno a estos temas de nombramientos -y que sigo teniendo-, han sido a partir de las características de la gente».
Chinchilla recordó que durante la permanencia en Washington discutieron varios temas y «ciertamente se habló del tema del contralor, pero no se negociaron nombres y eso lo puedo garantizar (…) no es mi estilo, en absoluto».
Sobre la posible conjura contra Solís Fallas, prefirió no referirse, pues le parece que sería «una trama tan horrible, tan maquiavélica y tan fuera de perspectiva, que ni siquiera la puedo concebir». Igual de impensable le resulta la posibilidad de que se quiera desprestigiar una institución como la Contraloría; «no imagino mentes tan perversas en el país como para esto».
Igual de enfático fue Carlos Ricardo Benavides, al refutar su participación en el supuesto pacto. «De hecho, el nombre de doña Vanessa Castro cuando concursó don Alex Solís todavía ni siquiera se oía» y más bien yo me opuse a que la elección de contralor y subcontralor se hiciera al mismo tiempo -como se pretendía-, porque eso «lo que propiciaba era el ‘tamaleo’, lo cual en la vieja práctica política significaba: yo doy y tú me das».
Para Benavides, hablar de pactos es «pura maledicencia», dado que solo hubo algunas conversaciones entre el PLN y el PUSC para impulsar candidatos sin definir de previo las personas y para que el contralor proviniera de la agrupación liberacionista y el subcontralor de las socialcristiana.
En cuanto al complot contra el Contralor y la institución, lo catalogó como un «cuento de ciencia ficción y de mal gusto». Si existiera alguien con intenciones de hacer negocios, habría que darle el nombre de «mafioso», comentó.
¿Hubo un complot o no? Los diputados lo niegan. Lo que sí es cierto es que en el ámbito de los políticos no se puede descartar nada.
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