Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Humberto Arce, Diputado del partido Bloque Patriótico
«Si la Caja resuelve no participar en esta investigación, ¿por qué la
Universidad se embarca en este proyecto?». Este fue el primer cuestionamiento que el diputado Humberto Arce del Bloque Patriótico realizó a Yamileth González, Rectora de la Universidad de Costa Rica (UCR), respecto de la participación de dicha casa de enseñanza superior en el Proyecto Epidemiológico Guanacaste.
El pasado 4 de agosto Arce remitió un documento a la rectora en el cual preguntaba si ella estaba enterada del informe de auditoría de CCSS y de las objeciones del Instituto de Investigaciones en Salud (INISA) de la UCR sobre la prueba de una vacuna en mujeres costarricenses, entre otras dudas.
Del mismo modo, se le solicitó una serie de material asociado con la
investigación mencionada, como el protocolo original, la opinión documentada
del Comité de Bioética de la UCR y la nómina del personal del centro de estudio que participa en el proyecto.
Las dudas de Arce surgen debido a un informe de mayoría de una comisión
especial que en el 2001 investigó el tema de experimentación con seres
humanos, y a los dos informes de la Auditoría Interna de la CCSS, uno
efectuado ese mismo año y otro en el 2004, los cuales presentan sendos
cuestionamientos al proyecto.
UCR IMPLICADA
¿»Por qué la Universidad se embarca en este proyecto, quiero esclarecer y
preguntar si intereses económicos han permeado a la Universidad»?, dijo Arce,
quien considera que el prestigio de la UCR está siendo utilizado como una
pantalla para este experimento.
Según informó a UNIVERSIDAD Enrique Freer, uno de los investigadores principales del proyecto, la UCR está trabajando a través del Centro de Investigación en Estructuras Microscópicas (CIEMIC), lugar que alberga los laboratorios de inmunología y los de captura de material genético del virus.
Así mismo informó que la Universidad es el único lugar en Costa Rica con la infraestructura y la capacidad de especialización a nivel profesional para realizar los estudios mencionados.
«Nos llena de honor ser participantes en una investigación de esta magnitud», destacó Freer.
Ante esto Arce cuestionó: » Quiero saber si cualquier mercachifle puede atribuirse la representación de la Universidad, o si se siguió un procedimiento, si lo vio el Consejo, la Rectoría o el Comité de Ética para investigaciones»
Añadió que la UCR debe aclarar cómo se está beneficiando con su
participación en este proyecto. «Es un negocio de millones, si a la
Universidad le están pagando podría resolver los problemas de presupuesto
universitario o financiar otras investigaciones, que digan quiénes son los
beneficiados» aseveró.
Además, en el informe de Auditoría de 2001 se documenta que en 1998 la
Doctora Rafaela Sierra, directora en ese entonces del INISA, cuestionó la
fase experimental del proyecto, la cual incluía la prueba de una vacuna en
la población de mujeres.
UNIVERSIDAD intentó conocer el criterio de la Rectora Dra. Yamileth González, lo cual fue imposible ya que en su oficina se informó que se encontraba en un seminario.
COMISIÓN DE LA MUJER
«Esas compañías norteamericanas vienen aquí a hacer experimentos con
nuestras mujeres y es increíble que en un país con un sistema de salud tan
desarrollado como Costa Rica, esto no se pueda parar», indicó Gloria Valerín,
diputada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC). Agregó que si fuera de
su competencia pondría fin al proyecto.
Así mismo señaló que esta semana va a plantear el tema en la Comisión legislativa de la Mujer, como un asunto de control político, pues «lo que está en peligro es la salud de los habitantes», finalizó.
Este documento no posee notas.