Hugo Chávez resultó victorioso en el referéndum del 15 de agosto sobre su mandato
El presidente venezolano, Hugo Chávez, logró revalidar su gestión gubernamental en las urnas, al triunfar por amplio margen en el referéndum revocatorio de su mandato que se realizó el domingo 15 en Venezuela con un inédito nivel de participación popular.
Chávez supo recuperar la popularidad que lo había catapultado al poder en 1998 y que parecía deteriorada desde hacía un año y medio, cuando la oposición lanzó una huelga general que paralizó prácticamente por dos meses la industria petrolera, principal riqueza del país, que es el quinto productor de crudo del mundo.
Las sucesivas postergaciones de la aspiración opositora de forzar el llamado a un referéndum revocatorio del mandato de Chávez le fueron útiles al mandatario para relanzar su liderazgo, que había quedado lesionado por el fallido y confuso golpe de Estado de abril de 2002 y las multitudinarias manifestaciones opositoras que lo antecedieron.
A caballo de una relativa recuperación de la economía en el último año y de la subida espectacular de los precios petroleros en los últimos meses, lanzó a fines de 2003 multitudinarias campañas de promoción social.
Con las llamadas «misiones bolivarianas», según cifras oficiales, se alfabetizó a 1,2 millones de personas, se establecieron numerosos centros de salud, atendidos por médicos cubanos, en las barriadas más pobres de los cerros que rodean Caracas y se abrieron mercados de abastecimiento alimentario subsidiado en todo el país.

RESULTADOS
 
Los resultados del referéndum parecen indicar que Chávez pudo compensar ampliamente los votos que perdió de sectores de clase media que lo habían apoyado en 1998 y también en 2000, cuando se presentó nuevamente a elecciones ya en el marco de la Constitución Bolivariana.
El gobierno había documentado en los últimos meses, según asegura, a cerca de cinco millones de personas que carecían de cédula de identidad, imprescindible para votar. Ello explica el fuerte aumento del padrón electoral, de 11,72 millones en 2000 a 14,02 millones para el referéndum. Y posiblemente la incorporación de muchos nuevos votantes a la fuerte corriente de adhesión que genera sobre todo en las clases populares.
Los casi cinco millones de personas electoras que optaron por el «No» en el referéndum superan ampliamente a las 3,8 millones que lo habían confirmado en la presidencia en 2000. En términos porcentuales apenas bajó del 60 al 58 por ciento de adhesión en su séptima votación ganada en forma consecutiva, con una participación electoral que ha superado ampliamente los registros históricos en ese país.
No fue suficiente para la oposición haberse afianzado en una propuesta dentro del juego institucional democrático con su persistente y multitudinaria petición de convocatoria al referéndum, que fue lograda mediante la recolección de 2,5 millones de firmas y la llevó a acumular el nada despreciable caudal electoral de más de 3,5 millones de votos en el referéndum del 15 de agosto.
La Coordinadora Democrática, que nuclea a los partidos de oposición, se enfrenta ahora al desafío de mantener su labor de construcción de una alternativa política a la propuesta oficialista, a través de una labor de oposición que no se abroquele en la mera denuncia del autoritarismo de Chávez.
Pero para que ello sea posible también se requerirá de un mayor esfuerzo desde el Palacio de Miraflores para tolerar la existencia de una fuerza opositora como parte del juego democrático.
Chávez ensayó en la madrugada del lunes 16 un primer gesto en este sentido al expresar ante la manifestación de simpatizantes reunidos frente a Miraflores su respeto por quienes habían votado por su remoción del cargo.
«No deben sentirse derrotados de ninguna manera, les enviamos un mensaje de saludo, de respeto, de aliento», dijo Chávez cuando se dirigió a sus detractores. «Ellos tienen derecho a pensar distinto que nosotros, no es para nada cierto que tenemos un proyecto de país que los excluya», señaló el presidente.
Desde la semana pasada el mandatario había dicho que invitaría a los dirigentes de oposición que reconocieran el resultado electoral a reunirse con él al día siguiente del referéndum.
La primera reacción de la oposición al anuncio de los porcentajes fue sin embargo de rechazo. Sus representantes en el Consejo Nacional Electoral (CNE) denunciaron que no se podía
considerar oficial la proclamación de Chávez como vencedor. El dirigente opositor Henry Ramos Allup subió la apuesta diciendo el lunes 16 que se había perpetrado «una gigantesca estafa contra la voluntad popular» en el escrutinio electoral.
Tanto el expresidente estadounidense Jimmy Carter, como el secretario de la OEA César Gaviria, cabezas de las misiones internacionales de observación del referéndum, avalaron sin embargo de forma explícita el resultado preliminar oficial. Agregaron que hasta ahora no habían recibido ninguna prueba sobre eventuales fraudes.
Los próximos días dirán cómo se reacomoda la oposición a este cuadro de situación y  si Chávez mantiene su promesa de diálogo con los dirigentes de la Coordinadora que reconozcan su derrota electoral.