Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
El nombre del Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica se relaciona directamente con el estudio de los venenos de serpientes, pero no se queda ahí, porque emulando al prominente científico que les da su nombre, su personal no sacia su interés de conocimiento, de investigación y del deseo de aportar a la salud del país, a la región y mucho más allá.
Con recursos propios y valiosas donaciones de equipos, se han ido modernizando todos los laboratorios del Instituto Clodomiro Picado.
El liderazgo indiscutible que ostentan desde hace años no los conforma ni los enceguece, sino que por el contrario, pareciera que es el motor que los impulsa a buscar nuevos caminos.
Con 34 años de existencia, el ICP se ha convertido en ejemplo para muchos y su contribución se destaca cada día cuando se puede salvar una vida con la aplicación de los sueros antiofídicos que producen. Más de 100 mil frascos anuales de esos sueros permiten cubrir las necesidades nacionales y de Centroamérica.
A esto hay que sumar su aporte científico, en la docencia, la capacitación del personal de salud y la educación del pueblo hacia todo lo que se relaciona con el accidente ofídico. Esto le ha valido a buena parte de sus 12 investigadores muchos premios y reconocimientos, pero no satisfechos aún con lo que han logrado, ahora incursionan en nuevos campos de investigación y de producción que serán de mucho provecho para la salud.
Su nueva directora, la Dra. Yamileth Angulo, no duda en reconocer el aporte de los anteriores directores, pero también destaca que es el reconocimiento al trabajo realizado, que se les hace en diferentes esferas, el que los compromete más y los obliga a ir mejorando.
El amor y el compromiso que el personal le tiene al Instituto y a la UCR son dos elementos fundamentales en el éxito logrado. «La mayoría del personal se siente orgulloso de trabajar aquí y no escatima horas para laborar fines de semana, feriados, Semana Santa y en las vacaciones de fin de año, para cumplir con el cuidado de los animales y el seguimiento de las pruebas de laboratorio, por ejemplo,» asegura.
NUEVOS RUMBOS
La minuciosa labor de investigar cada uno de los componentes de los venenos les ha tomado muchos años y todavía siguen profundizando, pero ese conocimiento generado les permite ir abriendo nuevos campos de trabajo, con nuevas técnicas y tecnologías de punta.
Por ejemplo, la inmunización con ADN es nueva y única en la región. Hasta la fecha, para obtener los anticuerpos que permitan elaborar el suero antiofídico es necesario inyectar a los caballos con el veneno de la serpiente, en dosis muy pequeñas. Ahora con los conocimientos que poseen, se abre la posibilidad de emplear solamente el ADN que codifica por las proteínas del veneno, el cual se inyecta a los animales con una pistola especial, con la idea de que ellos produzcan anticuerpos específicos sin requerir del veneno.
Otro grupo de científicos con miras a la aplicación farmacológica está buscando inhibidores tanto para miotoxinas como para hemorraginas. Estas son sustancias presentes en diversos productos naturales, que se han estudiado detalladamente y que ahora podrían emplearse para beneficio humano, quizá en la fabricación de un medicamento que contribuya en la solución de los envenenamientos.
El conocimiento generado hasta la fecha también los impulsa a efectuar estudios con angiogénesis, que podría tener una aplicación práctica en la lucha contra tumores o cáncer, y la producción de péptidos sintéticos a los que se les investiga su acción bactericida. Todo esto está en proceso de experimentación, pero demuestra que la investigación básica que por años elaboraron sobre los venenos de las diferentes serpientes podría comenzar a tener mayores beneficios que los que se han logrado con los sueros antiofídicos.
NUEVOS PRODUCTOS
La experiencia y el conocimiento adquiridos les facilitan también la investigación y la producción del suero antiveneno de abejas, el cual es tan necesario en nuestro país ante los ataques de estos insectos, que dependiendo del tamaño del enjambre y de la reacción alérgica de la víctima, pueden provocar la muerte.
Además están trabajando en el suero antiveneno de escorpión, muy útil en el istmo y en América Latina e incluso en el sur de Estados Unidos, en donde son muy frecuentes los accidentes con escorpiones.
Otro gran aporte del ICP es la producción a baja escala del suero antiofídico para África, plan piloto que coordinó el Dr. José María Gutiérrez, quien asumió ese compromiso en una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esto refleja la calidad humana que acompaña la labor universitaria, destacó la Dra. Angulo, quien aclaró que la idea es establecer un mecanismo de producción de sueros que sea eficaz para ese continente, con el propósito de que alguna entidad africana los produzca en el futuro.
El suero está siendo evaluado clínicamente en Nigeria, mediante un proyecto colaborativo con profesionales ingleses y africanos; los resultados los esperan para finales de este año o inicios del otro.
En materia de producción, el objetivo del ICP es convertir su planta en una de las mejores de América Latina. Por esa razón, recientemente, colocaron un piso antibacteriano y han efectuado muchas mejoras en su infraestructura, así como en sus técnicas de procesamiento de plasma.
Durante este año entrarán en una valoración sobre la posibilidad de aumentar la producción de sueros antiofídicos, con la idea de cubrir parte de las necesidades de países como México, Estados Unidos y algunos de América del Sur, después de un estudio de costos y de mercado que les permita decidir, adecuadamente.
La reciente adquisición de una finca de 74 hectáreas en Cascajal de Coronado, les facilitará el cuidado de un mayor número de caballos (tienen 60), y la posibilidad de ampliar la producción de sueros, si la comisión que se nombre para este fin, así lo determina.
SALA DE EXHIBICIÓN
Por otra parte, ya cuentan con los planos para construir un módulo de exhibición, donde darán a conocer las serpientes del país y otros animales venenosos, pero con proyección institucional y responsable, con información científica sobre los accidentes ofídicos por área geográfica, etc. En un salón multiuso ofrecerán charlas a todos los grupos interesados, y aprovecharán el recurso informático para facilitar la información en este campo. También confeccionarán material didáctico para entregar a las personas que los visiten.
El módulo estará separado del actual serpentario. Este es el lugar de trabajo con las serpientes y a futuro con otros animales venenosos, como los escorpiones, y debe contar con las condiciones ideales de humedad y temperatura para lograr reproducir aquellos que más cuesta conseguir, explicó la directora.
Actualmente se está construyendo la nueva planta física de esta sección y se va a invertir en equipo moderno, que responda a todas las necesidades, concluyó.
Este documento no posee notas.