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Gringos graciosos (II)

El número más cómico toca a quien no sabe que está causando gracia. Por esto, algunos gringos, made in USA, pueden ser considerados graciosos. Es más, por razones humanitarias debe apreciárseles así, porque de lo contrario habría que lamentarlos como discapacitados. Integra su jocosidad sentir que lo saben todo y que el mundo es como ellos lo inventan, la recurrencia adánica de llegar primeros y luego aburrirse y la convicción de que la población mundial se desvela por llegar a ser gringa como ellos. Pueblerina jactancia de quien no ha comido más que salchicha de asno y, cuando prueba de ternera, cerdo o res, echa de menos el rebuzno con ketchup.

El número más cómico toca a quien no sabe que está causando gracia. Por esto, algunos gringos, made in USA, pueden ser considerados graciosos. Es más, por razones humanitarias debe apreciárseles así, porque de lo contrario habría que lamentarlos como discapacitados. Integra su jocosidad sentir que lo saben todo y que el mundo es como ellos lo inventan, la recurrencia adánica de llegar primeros y luego aburrirse y la convicción de que la población mundial se desvela por llegar a ser gringa como ellos. Pueblerina jactancia de quien no ha comido más que salchicha de asno y, cuando prueba de ternera, cerdo o res, echa de menos el rebuzno con ketchup.
Uno de estos gringuitos es Jeffrey Sachs (imagino el mismo que contrató Figueres Jr., vía INCAE, para que enseñara a los presidentes del área cómo era su realidad y presentó su informe como safari familiar en tierra aborigen). A Jeffrey le encantó saber que por acá éramos tan burros y hace poco nos mandó una nueva humorada, esta vez para revelarnos «El gran misterio… del mal desempeño económico de América Latina» (LN, 11/07/04). Desde el título, vuelca vocación de chusco. ¿Cómo va a ser un misterio, grande o pequeñitico, algo que nos resuelve en las líneas siguientes? Pero el gracioso sabe que un bufón divierte haciendo loco.
Personificación del complejo de Adán, Jeffrey nos ‘revela’ nuestras dos causas de atraso: una, la estructura social que rebosa inequidad. ¡El gringuito descubrió en el siglo XXI la dominación oligárquica y neoligárquica! Vale que todavía no topa con hielo, como los personajes de García Márquez. Cuando su auditorio aun no acaba de enjugar lágrimas y otros fluidos provocados con sus mañas, Jeffrey sentencia: la segunda causa es que ‘pasamos por alto’ que anda por ahí una revolución tecnológica y, entonces, no la aplicamos. ¡Gringuito descubrir ahora tesis de Cepal! Solo que minutos más tarde, o sea 15 años después. (Cepal misma descubrió su agua tibia 25 años después de la teoría de la dependencia). Jefry, pícaro, eres number one.
El bufo, grato, se marcha con receta. Se le ocurrió solito, allá en la Universidad de Columbia: todo lo que tenemos que hacer es liquidar  discriminaciones socio/económicas y autotransferirnos tecnología. Si así actuamos, «las perspectivas de la región mejorarán enormemente». Nótese el toque. No es que la gente vivirá mejor. Las ‘perspectivas de la región’ mejorarán. Silente humor de oráculo. De la mejoría de perspectivas no se sigue que la gente viva mejor. Es el ángulo Seinfeld.
En breve, Jefry clama: «¡Hagan la revolución, chicos!» Algo, por supuesto, nunca intentado. La picardía consiste en callar que él y su Universidad y su Gobierno se opondrían. Y también transnacionales, FMI, BM, OMC, oligarquías, ejércitos incluidos, e iglesias y hoy hasta el FSLN. Jefry, sádico. El gringuito sabe estas cosas, por eso nos calma: «Sabe tú chico, dice (en español, remedando a Tres Patines), solo era una broma».

  • Helio Gallardo
  • Opinión
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