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Paulo César Wanchope jugó contra Guatemala un partido de mucho desgaste físico, dada la temprana expulsión de su compañero de ataque, Andy Herron
La Selección Nacional de Fútbol cayó derrotada en sus dos primeros partidos de la cuadrangular en la segunda fase de la eliminatoria mundialista.
Honduras la goleó 5-2 en el Estadio Alejandro Morera de la ciudad de Alajuela y el pasado domingo 5, en el coliseo Mateo Flores de la capital de Guatemala, los chapines la doblegaron 2-1.
Dos partidos jugados, cero puntos y un promedio de goles negativo de menos cuatro: panorama totalmente oscuro si se agrega que los guatemaltecos han ganado sus dos partidos ante Canadá y Costa Rica, por lo que suman 6 unidades; Honduras, con victoria ante los ticos y empate en Canadá, lleva cuatro.
El miércoles 8 de setiembre, ya con esta edición cerrada, Costa Rica se juega una última oportunidad aritmética de no sucumbir, al enfrentar a los canadienses en el estadio Ricardo Saprissa.
Una victoria de la tricolor y depende el marcador del juego de esa misma noche entre Honduras y Guatemala en Tegucigalpa, podría abrir un breve portillo de esperanza a la clasificación de nuestra Selección, pues avanzan a la siguiente fase de la eliminatoria los dos primeros equipos de la cuadrangular.
LÍNEA QUEBRADA
Cuando Alexandre Guimaraes lideró como técnico de Costa Rica el exitoso proceso que nos llevó al Mundial Corea-Japón 2002, el seleccionado utilizó un sistema táctico que le es muy afín a las características defensivas de nuestros jugadores.
Se jugó con tres defensores centrales, Luis Antonio Marín, Mauricio Wright y Gilberto Martínez y dos defensores por los carriles: Jervis Drummond y Carlos Castro.
Steve Sampson, quien fue técnico de Costa Rica en la primera parte de la nueva ronda eliminatoria, esta vez en ruta a Alemania y que fue cesado después de que no pudo derrotar a Cuba en los dos primeros partidos de esa ruta, combinó la línea de cuatro, con línea de tres y dos carrileros. Siempre se vio mejor el equipo bajo este último sistema.
En sustitución del estadounidense, Hermes Navarro, presidente de la Federación de Fútbol se inclinó por el colombiano Jorge Luis Pinto, un exitoso entrenador que hizo bicampeón al Alajuelense y rechazó la posibilidad de que Guimaraes retornara como técnico, a pesar de la disposición del brasileño.
Pinto, un enamorado y terco apasionado de jugar con línea de cuatro en defensa, trató de educar a nuestros futbolistas en su sistema y los nueve días de prácticas previos al juego contra Honduras, no le alcanzaron. Tampoco los jugadores aprendieron sus lecciones en los previos del choque en Guatemala.
LLUVIA DE GOLES
Luis Antonio Marín, el capitán de la Selección Nacional es un defensor lento.
Gilberto Martínez, quien juega en el Brescia de Italia, se ha distinguido en su brillante carrera profesional, como un zaguero exquisito para los cortes diagonales. Es un apagafuegos que se cruza en el área para salvar incendios y situaciones apremiantes.
Tanto Marín como Martínez, juegan y se sienten mucho más a gusto, con un compañero defensor a sus espaldas, es decir, entre el portero y ellos. Jorge Luis Pinto no ha pensado igual y se decantó por jugar en línea de cuatro y por ese detalle táctico, Costa Rica está a punto de decirle adiós al Mundial.
¿POR QUÉ?
Repasemos goles de los juegos contra catrachos y chapines.
Costa Rica va derrotando a Honduras 1-0 con gol de Andy Herron.
El empate llega cuando Julio César «Rambo» de León mete una bola entre Marín y Martínez a su compañero David Suazo y no hay otro defensa a la espalda. Marín corre tras David y lo «trabonea» y de ahí la bola sale impulsada a la red.
El juego se puso 2-2, de pronto, otra bola filtrada por Amado Guevara a Suazo entre Marín y Martínez, no hay nadie atrás y el portero Ricardo González sale desesperado, derriba a David y le comete penal. Anota Honduras el 3-2 y después hace fiesta con dos anotaciones más, el quinto gol también en una acción en que Martínez no cierra, Marín no llega y Saúl Martínez anota el quinto en las barvas de González.
Tres goles de Honduras que se dan en buena parte por la ausencia de ese guardaespaldas, ese que llaman líbero y que debe ubicarse detrás de los dos centrales.
En Guatemala pasó algo similar; las dos anotaciones de los chapines llegan por dos balones que pasan sobre las cabezas de los dos defensores centrales. Martínez llega tarde a cerrar al primer palo del portero Porras una bola que hubiese sido propicia para que la despejara el líbero y lo madruga Juan Carlos Plata. Después, Alexánder Castro cabecea para atrás un balón que le queda a Dávila, solo a su espalda (no hay líbero) y el chapín lo atrasa a Plata para que este anote con la complicidad de Marín que también cierra tardíamente.
De los siete goles que recibió la Selección Nacional, en cinco de ellos pareció reflejarse la urgencia de jugar con líbero, para tranquilizar las acciones de Marín y Martínez, pero Pinto piensa otra cosa.
OTRAS CONCLUSIONES
La falta de líbero la consideramos como la principal para ese par de reveses, pero igual se han confabulado otros menesteres.
Bien lo dijo el doctor del seleccionado en la etapa de Sampson, Willy Gálvez: este equipo está reventado físicamente.
¿No será por esto que Costa Rica se está cayendo en los segundos tiempos?
Honduras y Guatemala nos pasaron por encima en la última media hora de los partidos, donde los jugadores costarricenses se quedaron sin reacción. Desde luego que este factor se debe tomar en cuenta.
El trabajo mental en el grupo no ha sido bueno; se desestimó el valioso concurso del experto Germán Retana y un poco tarde llega a la delegación Alcides Alfaro, otro profesional especialista en manejo y superación de grupos, pero no precisamente de jugadores de fútbol.
Erick Lonnis arribó a aportar liderazgo, a convertirse en vaso comunicante entre el técnico y los jugadores.
Aciertos u ocurrencias, el par de derrotas en la eliminatoria hacen creer que todo fue demasiado tarde, a menos que la generosa aritmética, señale a partir de la fecha del miércoles 8, otra cosa.
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