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Tras los acontecimientos de los últimos días relacionados con los reclamos populares al Gobierno de la República por parte de varios gremios, dentro de los que destacan los transportistas, agricultores y el sindicato de empleados públicos ANEP, llama la atención el enfoque con que la prensa audiovisual televisiva a abordado el asunto.
Dos canales de televisión han monopolizado la información – o «deformación» – de los hechos que se han desarrollado en las vías costarricenses, así, la empresa Repretel y Teletica han editado para los televidentes su versión del reclamo popular.
Su aproximación a la problemática social en cuestión, a través de los noticiarios, tiene la característica principal de ser predominantemente fragmentaria y escasamente controvertida. La actitud de los periodistas, por no decir la directriz que han recibido de los directores de los medios, es la de reparar únicamente en las penurias y desmayos de dos o tres ciudadanos afectados en su cotidianidad por los congestionamientos.
Llama la atención el tratamiento desigual con que los aludidos medios tienden a distribuir los espacios y la opinión en relación con los actores en disputa. Mientras invitan al viceministro de la Presidencia y le hacen una entrevista complaciente, que muestra al televidente la condición bonachona y victimizada del gobierno de Abel Pacheco, no otorgan el mismo espacio televisivo a los dirigentes del movimiento. En los casos en que se ha entrevistado a algún dirigente, lo han hecho con preguntas tendenciosas, cuya finalidad manifiesta es la de desacreditar las acciones y propuestas de los grupos en conflicto.
Tal es la parcialidad de estos «medios de comunicación», que no se han preocupado por mostrar el contenido del pliego de peticiones que hicieran los miembros de las agrupaciones sociales, lo que quedó evidenciado cuando el señor Albino Vargas, presidente de la Asociación Nacional de Empleador Públicos ANEP cuestionó a un periodista sobre si conocía las pretensiones contenidas en el pliego de peticiones, obteniendo un silencio como respuesta.
Claro, tampoco se puede ser mezquino y decir, que no aparecen del todo espacios televisivos dedicados con exclusividad, aunque sea cuestión de segundos, a los dirigentes de la protesta. Tanto a Albino Vargas como otros de sus compañeros se les han dedicado trabajos de pantalla completa para mostrarlos, cual si se tratara de una ficha del archivo criminal, como delincuentes de perfil, y con su registro de participación en otros movimientos sociales, que hacen las veces de antecedentes delictivos o de hoja de juzgamientos.
Se reprocha como ciudadano, la ausencia de una prensa audiovisual alternativa y formadora salvo el programa «Diagnóstico» de Álvaro Montero en el canal 13, y los esfuerzos del canal 15 universitario, no existe en la televisión costarricense un programa o noticiario, que se esmere por informar de la manera más objetiva posible.
Hasta el momento el costarricense promedio recibe su visión de la cosa mediatizada por el lente de Teletica y Repretel, cuya sutil diferencia radica en la tendencia ligeramente más sensacionalista de este último medio masivo de comunicación.
De esta manera, la lucha de los grupos sociales contra los abusos de Riteve, contra las alzas irrazonables del costo de vida y el infame aumento salarial para el sector público, se minimizan y deforman tras una prensa coyunturalmente simpatizante del gobierno, y constantemente respondiendo a la ideología de sus dueños.
Sería positivo, que lejos de invisibilizar el conflicto mediante su reducción a un simple berrinche de «traileros», que estos influyentes medios de comunicación colectiva promovieran debates que involucren a todos los actores, y de esa manera, aportar pensamiento que conduzca a una salida inteligente y democrática de esta coyuntura.-
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