Abrir Noticia Guardar

Pacheco y la historia

«El dominio privilegiado de la ideología, aquel

«El dominio privilegiado de la ideología, aquel

donde ejerce directamente su función específica,

es el lenguaje». Juan Rafael Quesada.
En su intervención dominical antes de que se iniciaran las protestas de los traileros  y otros grupos contra la revisión técnica, el Presidente Pacheco hizo un llamado a los que se aprestaban a protestar alegando que ese comportamiento es inútil, contraproducente y que no era el camino seguido por los países desarrollados cuyo ejemplo -se sobreentendía,- deberíamos imitar.  Este es un argumento recurrente en el discurso de nuestro Presidente.  A mi, historiador, me ha chocado esa insistencia.  Entiendo que esas afirmaciones responden a necesidades ideológicas del discurso del Presidente.  Pero echemos una rápida ojeada a la historia de esos países ejemplares.  Los maestros del tortuguismo desde luego fueron los esclavos de la Antigüedad.  Lo practicaron los campesinos de la Edad Media.  Éstos y aquellos recurrieron más de lo que se cree a las manifestaciones y rebeliones.  A más de uno no le extrañará oir hablar de Jaquerie, Ciompi, W. Taylor, etc.  Más cerca de nosotros, la Revolución francesa costó, según Thiers, unas 17.000 cabezas entre monárquicos, girondinos, toda suerte de contras y no pocos inocentes.  Quizá sepa don Abel del luddismo.  Todas las conquistas sociales de la era industrial se han conseguido en Europa a base de lucha.  ¿Cuál fue el origen del festivo 8 de marzo?  ¿Y las luchas por los derechos de los negros en EE.UU.?  ¿Y los indios en América desde 1492?  Aquí los de Talamanca lograron la sobrevivir y mantener su cultura bloqueando la entrada a su tierra y todo sea dicho, matando a uno que otro cura y unos cuantos policías de entonces.  El siglo XX no necesita comentarios.  En el fondo de esta «rebelión de las masas» que diría Ortega y Gasset está la miopía social de las clases privilegiadas y sus élites políticas.  Pero lo más importante es que los conflictos sociales que derivan de la contradicción de intereses reales son una constante de toda sociedad.  «Esta no es Costa Rica» se ha repetido estos días.  Tal afirmación sólo demuestra un desconocimiento colosal de la historia y de las más elementales nociones de la teoría del conflicto social que se pueden encontrar en cualquier manual de Sociología.  Y conste que no defiendo a los «protestantes».  El problema de Costa Rica no es RITEVE.  Tampoco hace falta extenderse aquí porque el Informe «7 días» del 30-08-04 ha apuntado bien las causas del descontento social.  Finalmente, las negociaciones que concluyeron en la madrugada del 31-08-04 demuestran claramente que el gobierno ha tenido que enterarse a empujones, a remolque que los problemas no se pueden circunscribir, como quería La Nación en el editorial de ese día, a la revisión técnica.  El gobierno ha terminado dando la razón a la teoría del conflicto social y esa es una lección para todos.

  • Antonio Pizarro
  • País
Notas

Este documento no posee notas.