p. 12

Abrir Noticia Guardar

Educación superior y calidad

Alison  Wolf ha escrito una obra titulada «Myths about education and economic growth», en la que compara varias experiencias educativas de diferentes países y concluye  que no hay una relación causa –  efecto entre educación superior y crecimiento económico y, además, afirma que la expansión de la educación universitaria, con frecuencia, produce  deterioro en la calidad.

Alison  Wolf ha escrito una obra titulada «Myths about education and economic growth», en la que compara varias experiencias educativas de diferentes países y concluye  que no hay una relación causa –  efecto entre educación superior y crecimiento económico y, además, afirma que la expansión de la educación universitaria, con frecuencia, produce  deterioro en la calidad.

Las estadísticas confirman que la expansión de la matrícula universitaria ha sido, en los últimos veinte años, un fenómeno mundial. Sin embargo, es común escuchar críticas  asociadas a este fenómeno, como desajustes de los programas de grado y posgrado respecto a las necesidades  y proyectos de desarrollo, desactualización, improvisación y bajo rendimiento de profesores, sobreoferta de programas, bajo rigor en los estudiantes, y  poco impacto de los nuevos profesionales en la vida política  y en el desarrollo sostenible de sus países.

¿Qué ha sucedido con la educación superior en nuestro medio latinoamericano? Desde la Reforma de Córdoba, 1918, las universidades han sufrido cambios radicales, en mayor y menor grado. La CEPAL, de las  décadas de los 50 -70, contribuyó a impulsar  la educación general  y universitaria, como factor de desarrollo económico, social y político. La ola neoliberal y la globalización, en las últimas décadas, creó universidades  al por mayor en ciudades,  pueblos, y caseríos, en cualquier parte del país. Así, en los años sesenta, en Costa Rica  solo existía la Universidad de Costa Rica, en la década de los 70 se crearon 4 universidades, tres  públicas y una privada, y  para el  2003 se podían contar más de 50 universidades privadas. La población universitaria en la UCR, en 1965, era de 3,828, y en  2004  la matrícula en las universidades es aproximadamente de 90.000 estudiantes. El fenómeno en Centroamérica y en el resto de América Latina  ha sido y es semejante. ¿Somos ahora, por eso, menos pobres,  más desarrollados y menos dependientes? La tesis de Wolf pareciera tener asidero en nuestro medio latinoamericano.

Sin embargo, resulta extraño que el estudio de Wolf no contemple otras variables,  imprescindibles en el análisis de este tema tan complejo. Sobran estudios que afirman que los países desarrollados y  en particular  EUA y Japón llevan más de cien años apostando a la calidad de la educación como uno de los factores de crecimiento económico. Pero también estos países han tenido en cuenta que el PIB es una función de cinco variables: Trabajo + capital + educación + economía de escala + movilidad de los recursos.  La principal causa de crecimiento económico en los países más avanzados, al menos en los últimos cincuenta años, no ha sido la educación sino el trabajo. Esto significó fuentes de trabajo, productividad, ingreso, y prosperidad creciente. No obstante, en la última década, sobre todo con la entrada a la era digital, la educación y el conocimiento están tomando el primer lugar en esta fórmula.

Pero, la educación del primer lugar, que produce conocimiento, ciencia, tecnología, crecimiento económico, desarrollo integral y prosperidad, no es la educación masificada sin calidad. Es, por el contrario, una educación superior  sujeta a estándares internacionales de calidad y a sistemas de acreditación  nacional e internacional. Por consiguiente, la calidad no se crea, ni se alcanza con decretos o

  • Dr. Pedro J. Ramírez
  • Opinión
Notas

Este documento no posee notas.