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«Vamos a hacer una campaña por una Navidad inolvidable para los venezolanos», dijo a «Universidad» la diputada del Movimiento Quinta República (MVR), Iris Varela.
Después del triunfo electoral del presidente Hugo Chávez, en Venezuela, en el referéndum del 15 de agosto pasado, el Movimiento V República (MVR), que él encabeza, probablemente consolidará su posición política en el país con un triunfo en las elecciones regionales del 31 de este mes.
Y para celebrar lo que ha sido un año de consolidación política del Movimiento V República, aseguró que «vamos a hacer una campaña por una Navidad inolvidable.
«La gente ha sufrido mucho. Vamos a buscar la manera de que la fiesta sea gigantesca, que participe todo el pueblo», dijo a «Universidad» la diputada del Movimiento Quinta República (MVR), Iris Varela, quien dentro de su visita por el país la semana pasada, estuvo en la Universidad de Costa rica para dar una charla sobre la democracia participativa.
Esa mujer menuda, abogada, de 37 años, ha visto su vida trastocada por la situación política del país. «Mi sueño era ser juez, pero quizás ya no lo pueda cumplir. El proceso me tiene enamorada, tengo que continuar hasta que se consolide. Pero esa parte la extraño mucho, afirma la legisladora Varela, que se transformó en una de los principales líderes en el Táchira, el mismo estado del que es originario el expresidente Carlos Andrés Pérez, uno de los principales enemigos de Chávez.
Fue diputada constituyente, integra la dirección del MVR y la bancada del partido en el congreso. Ahora es un congreso unicameral, dice, porque «presenté una propuesta en la constituyente para que acabáramos con el senado y los senadores vitalicios», afirmó.
LUCHA POR GOBERNACIONES
La oposición se va a quedar «sin el chivo y sin el mecate», afirmó Varela. «No solo vamos a recuperar los cargos de gobernadores que nos traicionaron, que fueron elegidos con los votos del chavismo y luego se pasaron a la oposición, sino que vamos a conquistar gobernaciones que están en manos de la oposición, como la del estado de Miranda», que hoy está en manos de uno de los principales dirigentes opositores, Enrique Mendoza. Mendoza está disputando su reelección contra uno de los hombres más cercanos a Chávez, el exministro Diosdado Cabello, en la que será probablemente la disputa más emblemática de esta nueva confrontación política en Venezuela.
Entre los gobernadores que se pasaron a la oposición está David de Lima, en el estado de Anzoátegui, y Antonio Rojas, del estado de Bolívar. «Ellos avalaron el golpe de estado contra Chávez en marco del 2002 y apoyaron al entonces presidente de la Cámara empresarial Fedecámaras, Pedro Carmona, quien asumió la presidencia de la República por unas pocas horas, antes de que Chávez recuperase el poder.
«La oposición tiene algunas gobernaciones muy importantes, que generan ingresos muchos ingresos, de estados industrializados como Zulia (petrolero), Carabobo (un estado industrial donde está el importante puerto Cabello) y otras dos más. Pero nosotros también vamos a conquistar esas gobernaciones», aseguró Varela, quien asistió en San José, esta semana, a una actividad internacional sobre la lucha contra el terrorismo.
«Mucha gente que apoyaba a la oposición, hoy está desencantada, por la falta de reacción. Se ha desmantelado la Convergencia Democrática, que agrupaba a los principales sectores de oposición. En el referéndum, ganamos en todos los estados del país. A eso hay que sumar ahora el hecho de que la oposición va dividida. En algunos estados hay hasta nueve candidatos de oposición, frente a nuestros candidatos unitarios. Les vamos a dar una paliza electoral», aseguró.
OPOSICIÓN
«El gobierno necesita oposición, pero una oposición que no atente contra la constitución», estimó la diputada Varela. «El pueblo venezolano, lo que ha hecho es obligar a la oposición a que reconozca la constitución; les enseñó a marchar con la bandera y cantando el himno nacional, aseguró.
«Ellos no la han querido aceptar y suponemos que tampoco se van a quedar de brazos cruzados. Están haciendo llamados a la violencia a través de sus medios de comunicación y cuando alegan un fraude en el pasado referendo están promoviendo medidas de desobediencia civil».
Ante la contundencia de victoria del gobierno en la consulta popular (más de dos millones de votos) y la transparencia del proceso (avalado por los organismo internacionales que participaron como observadores), «la oposición quedó en estado catatónico. Es muy difícil para ellos aceptar la realidad, después de decir que ellos eran los que tenían la mayoría».
Hay sectores de la oposición que llaman a retirarse de las elecciones, pero eso sería un error», explica.
No sería la primera vez que eso ocurre en Venezuela. En los años 60, después de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, cuando se fundó la IV República, la izquierda se replegó y no participó en elecciones, lo que contribuyó a aislarla.
Con ese resultado «hemos obtenido un reconocimiento internacional y quedó en evidencia también que la oposición es violenta, no es democrática», enfatizó.
Pero ese resultado «sirvió para atenuar una polarización que había en el país. Mucha gente ha tratado de transitar el puente que nosotros tendimos y de acoger la propuesta de que respetemos nuestras ideas. Eso ha sido bueno para el país».
MISIONES
Uno de los grandes logros en materia de política social que ha implementado el gobierno son las llamadas «misiones». «Son los programas sociales; han proliferado en áreas como salud, educación (a todos los niveles); ahora se están incorporando los médicos venezolanos a la Misión Barrio Adentro, quizás la más exitosa, pues atiene a más de 12 millones de venezolanos.
El gobierno ha impulsado también el programa «Mercal», «para garantizar abastecimiento a los venezolanos que no tenían que comer», afirma Varela. Se han establecido casas de alimentación en hogares de las comunidades. El estado las dota de todo lo necesario para que elabore los alimentos y les da una beca para que esa trabajo sea remunerado».
Entre las transformaciones impulsadas por el gobierno, Varela destacó el hecho de que «Chávez puso las organizaciones financieras del estado al servicio de la gente pobre. Chávez dice que los pobres son buena paga y, por primera vez, el gobierno mira a los que, hasta ahora, habían estado excluidos».
«El pueblo venezolano está experimentando hoy lo que debió experimentar siempre», estimó la diputada. «Nosotros somos un país que navega sobre un mar de petróleo, pero los recursos petroleros nunca llegaron a la población. A PDVESA (la empresa petrolera del estado) no se podía siquiera hacer una auditoria», asegura.
«El gobierno tiene un plan de rescate nacional, se está refundando la República. Nos estamos quitando esa dependencia absoluta del ingreso petrolero? Chávez está reactivando la industria petroquímica, hay un programa «plásticos para el pueblo», que promueve microempresas en las barriadas, para que la gente haga productos derivados del petróleo y nuestros candidatos a las alcaldías están tratando de crear agrupamiento de ciudadanos que hoy trabajan en la economía informal, para que se organicen en cooperativas».
CORRUPCIÓN
Todo este programa tiene un costo elevado. Pero, con el petróleo a los precios en que está, superior a los 50 dólares el barril, prácticamente el doble de lo que se había previsto en el presupuesto, es posible financiarlo. Pero la situación puede cambiar.
Además, surgen denuncias de corrupción, en el manejo de esos recursos.
«Nosotros mismos denunciamos casos de corrupción», afirmó la diputada Varela. «Esto se ha vuelto como parte de la cultura de algunas personas y hay que combatirlo. El presidente le ha decretado la guerra a muerte pero, para eso, se necesita contraloría social y también necesitamos la oposición. La oposición tiene magistrados, jueces, pero no asumen la lucha contra la corrupción de manera seria, sino que la usan para descalificar al gobierno.
«En la Asamblea la oposición preside la comisión de contraloría, pero no se ve su trabajo. Puede haber corrupción, pero no es un problema que caracterice al gobierno nacional. El pueblo tiene que asumir también el control de su gobierno».
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